Mali. El deba­te continúa

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de enero de 2022.

La Comu­ni­dad Eco­nó­mi­ca de Esta­dos de Áfri­ca Occi­den­tal (Cedeao) abor­da­rá el 9 de enero, en su pri­me­ra reu­nión cum­bre de 2022, la actua­li­dad polí­ti­ca de Mali, país sumi­do en una com­ple­ja situa­ción institucional.

Ese Esta­do de la región del Sahel, en los pasa­dos 12 meses resul­tó víc­ti­ma de ata­ques de gru­pos terro­ris­tas que le cau­sa­ron dece­na de bajas a las Fuer­zas Arma­das (FAMA) y a las tro­pas extran­je­ras par­ti­ci­pan­tes en la con­tien­da con­tra los movi­mien­tos inte­gris­tas de dis­tor­sio­na­da filia­ción islámica.

La Cedeao siguió de cer­ca esa con­tien­da béli­ca y tam­bién se intere­só por las con­se­cuen­cias de los cam­bios polí­ti­cos ocu­rri­dos en agos­to de 2020, cuan­do los mili­ta­res derro­ca­ron al pre­si­den­te Ibrahim Bou­ba­car Kei­ta (IBK) y a lo que suce­dió un pro­ce­so de transición.

Esa deci­sión del Ejér­ci­to –al igual que la toma­da en 2012 con­tra el enton­ces gober­nan­te Ama­dou Tou­ma­ni Tou­ré- se rela­cio­nó en gran medi­da con la gue­rra no con­ven­cio­nal que enfren­ta el Esta­do con los gru­pos extre­mis­tas, dis­per­sos des­de 2013, pero no erradicados.

El 18 de agos­to de 2020, pro­ta­go­nis­tas de un levan­ta­mien­to en la base mili­tar de Kati, cer­ca de la capi­tal, Bama­ko, detu­vie­ron al pre­si­den­te Bou­ba­car Kei­ta y a varios minis­tros; poco des­pués anun­cia­ron la diso­lu­ción del Par­la­men­to y del Gobierno, lo que ahon­dó el males­tar social y debi­li­tó la institucionalidad.

Así, la Comu­ni­dad medió con los gol­pis­tas a tra­vés de un envia­do espe­cial, el exman­da­ta­rio nige­riano Good­luck Ebe­le Azi­ki­we Jonathan, pero en 2021 otro gol­pe cas­tren­se inte­rrum­pió el plan de trans­for­ma­cio­nes nacio­na­les difun­di­do a raíz del pri­mer motín y des­ac­ti­vó total­men­te el lesio­na­do engra­na­je constitucional.

Una de las labo­res pre­vis­tas que afec­ta­ron las aso­na­das fue el cum­pli­mien­to del calen­da­rio elec­to­ral y las pro­me­sas del res­ta­ble­ci­mien­to de la auto­ri­dad civil en el país. Para cal­mar los áni­mos la jun­ta cas­tren­se nego­ció con líde­res polí­ti­cos y repre­sen­tan­tes de la socie­dad civil una legis­la­ción con vis­tas a los comicios.

El 12 de sep­tiem­bre de 2020 que­dó apro­ba­da la ley prin­ci­pal y la hoja de ruta del perío­do de tran­si­ción, la cual esta­ble­cía que ese pro­ce­so de cam­bios dura­ría 18 meses con un pre­si­den­te inte­ri­no, Ba Ndau, y un pri­mer minis­tro, el excan­ci­ller Mok­tar Oua­ne, ambos derro­ca­dos en 2021.

Assi­mi Goi­ta, coro­nel del Ejér­ci­to, enca­be­zó los dos asal­tos al poder, por lo cual medios de pren­sa le iden­ti­fi­ca­ron como un per­so­na­je rudo, cuyo pri­mer gol­pe de Esta­do pro­fun­di­zó la cri­sis inter­na here­da­da de la admi­nis­tra­ción de IBK y el segun­do que­bró el plan de trans­for­ma­cio­nes que la Cedeao con­si­de­ra­ba prometedor.

La admi­nis­tra­ción pro­vi­sio­nal infor­mó aho­ra a la Comu­ni­dad Eco­nó­mi­ca de Esta­dos de Áfri­ca Occi­den­tal que Mali nece­si­ta de seis meses a cin­co años más para con­cluir la tran­si­ción, soli­ci­tud admi­ti­da por par­ti­dos y gru­pos socia­les, aun­que sin el res­pal­do uná­ni­me, pues otros sec­to­res deman­dan un rápi­do retorno a la civilidad.

En prin­ci­pio, el gobierno de trán­si­to acor­dó cele­brar elec­cio­nes pre­si­den­cia­les y legis­la­ti­vas en febre­ro de 2022, 18 meses des­pués de que el coro­nel Goi­ta derro­ca­ra a Bou­ba­car Kei­ta, pero des­de enton­ces se avan­zó muy poco en el asun­to de los comi­cios, por lo cual se cul­pó a la des­or­ga­ni­za­ción nacio­nal y a la vio­len­cia integrista.

La pro­pues­ta de exten­der el calen­da­rio de la tran­si­ción pre­sen­ta­da a la Cedeao por el can­ci­ller malien­se, Abdou­la­ye Diop, enfren­ta la deci­sión los miem­bros del blo­que subre­gio­nal de per­se­ve­rar en su recha­zo a los gol­pes de Esta­do y abo­gar por el man­da­to civil.

Así se pre­su­me que la cum­bre extra­or­di­na­ria de la Comu­ni­dad enfren­ta­rá al menos dos líneas de cri­te­rios en su deba­te al máxi­mo nivel el pró­xi­mo domin­go: quie­nes favo­re­cen ampliar el tiem­po de espe­ra y los que por el con­tra­rio plan­tean la rea­li­za­ción del pro­gra­ma elec­to­ral el pró­xi­mo mes de febrero.

No obs­tan­te, la opción que se acep­te en el even­to debe­rá some­ter­se a un con­teo regre­si­vo en ese un país don­de la vio­len­cia de gru­pos extre­mis­tas y los gol­pes de Esta­do suma­ron ines­ta­bi­li­dad al cada vez más com­ple­jo pano­ra­ma socio­po­lí­ti­co interno, aho­ra expues­to a deba­te en la Cedeao.

Fuen­te: Prensalatina.

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