Méxi­co. Con­tra AMLO, sólo odio y desesperación

Por Miguel Ángel Ferrer, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de enero de 2022. 

El pano­ra­ma para los crí­ti­cos del pre­si­den­te no pue­de ser más deso­la­dor. Encues­ta tras encues­ta y elec­ción tras elec­ción es abru­ma­dor el res­pal­do de la ciu­da­da­nía a la per­so­na y a las polí­ti­cas de López Obrador.

Contra AMLO, sólo odio y desesperación

Un muy recien­te son­deo reve­la una apro­ba­ción de 72 por cien­to al man­da­ta­rio. Y en las pasa­das elec­cio­nes More­na se lle­vó la mayo­ría en la Cáma­ra de Dipu­tados. Y tam­bién logró amplí­si­ma mayo­ría de las guber­na­tu­ras en disputa.

Para expli­car esta situa­ción los crí­ti­cos de López Obra­dor recu­rren al mis­mo argu­men­to que emplea­ron para expli­car la vic­to­ria de AMLO en los comi­cios pre­si­den­cia­les de 2018. Según ellos vota­ron por Andrés Manuel 30 millo­nes de indios, de nacos, de ton­tos, de igno­ran­tes, de simios, de fanáticos.

Si los crí­ti­cos de López Obra­dor no pue­den cam­biar de argu­men­to, menos pue­den idear una estra­te­gia polí­ti­ca que pue­da sacar al obra­do­ris­mo de Pala­cio Nacional.

Una estra­te­gia que con­ci­te votos para suplir al puro dis­cur­so de odio. Por­que para echar al obra­do­ris­mo del poder hacen fal­ta votos y sobran y estor­ban los insultos.

Son tales la impo­ten­cia y la caren­cia de argu­men­tos de esos crí­ti­cos, que sólo acier­tan a sos­te­ner que pre­fe­ri­rían ver en Pala­cio Nacio­nal a Sali­nas, a Zedi­llo, a Fox a Cal­de­rón o a Peña Nie­to en vez de a López Obra­dor, sin com­pren­der que esas expre­sio­nes son con­tra­pro­du­cen­tes para su cru­za­da anti­obra­do­ris­ta. Que para el pue­blo eso es como decir “Cruz, Cruz: que regre­se el dia­blo y que se vaya Jesús”. 

El pro­ble­ma para los anti­obra­do­ris­tas no es cier­ta­men­te la caren­cia de votan­tes. En reali­dad cuen­tan con millo­nes de ellos. Su pro­ble­ma es la insu­fi­cien­cia de sufragantes.

Entre los tres par­ti­dos de la dere­cha pue­den jun­tar 20 millo­nes de votos. Y eso supo­nien­do que, cosa poco pro­ba­ble, vayan jun­tos a la elec­ción pre­si­den­cial. Pero aún así es cla­ro que el obra­do­ris­mo fácil­men­te dupli­ca esa cifra con 40 millones.

Y más allá de los núme­ros abso­lu­tos, lo cen­tral es la pro­por­ción entre ambas fuer­zas en pug­na. Y según todos los datos e indi­cios dis­po­ni­bles, esta pro­por­ción es de dos a uno. Es lo mis­mo 60 con­tra 30 que 40 con­tra 20. O 20 con­tra 10.

Ade­más de la insu­fi­cien­cia de votan­tes, la dere­cha enfren­ta otro gra­ve pro­ble­ma que es el peli­gro de ver mer­ma­da su poten­cial cose­cha de votos. Por­que, así como va, es más fácil que pier­da adhe­ren­tes a que gane más.

La des­mo­ra­li­za­ción, la rabia, la frus­tra­ción, el odio y la deses­pe­ra­ción con­tri­bu­yen más a per­der votos que a ganarlos.

Itu­rria /​Fuen­te

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