Resumen Latinoamericano, 7 de enero de 2022.
El proyecto de empresas transnacionales, que espera iniciar perforaciones en el volcán en 2023, no ingresó al sistema de evaluación de impacto ambiental. El Lonko Alberto Curamil llegó hasta al lugar para expresar su rechazo.
Hasta los pies del volcán Tolhuaca llegaron las comunidades mapuche Pancho Kuramil del lof Radalko, Liempi Colipi del lof Contué y del lof Pidenco Lafkenche para manifestar su rechazo al proyecto geotérmico Adobera, que se pretende instalar en la zona.
Adobera pertenece a la empresa holandesa Transmark Renewables y las irlandesas GEG y North Tech Energy. En 2017, el Ministerio de Energía entregó a Transmark una concesión de 9.100 hectáreas en la zona para la exploración de energía geotérmica.
Según una resolución del Servicio de Evaluación Ambiental de 2018, el proyecto no necesita ingresar al sistema de impacto ambiental y puede proceder con su programa de perforaciones que “permitirían confirmar la extensión del recurso geotérmico y cuantificar el potencial reservorio, para subsiguientemente, si los estudios son favorables, desarrollar un proceso productivo de generación eléctrica”, según dice el documento.
La primera planta con capacidad de 3 MW iniciará operaciones a comienzos de 2023 y planean aumentar hasta 9 MW en 2024.
Desde los pies del volcán, las comunidades mapuche aledañas denunciaron que el proyecto es uno más de los muchos proyectos extractivos que vienen a depredar el territorio. “Vienen acá a intervenir el volcán donde nacen las aguas que pasan por nuestras comunidades. Para nosotros, es un volcán inserto en nuestro sistema cultural y espiritual, siempre mencionamos al volcán Tolhuaca en nuestras rogativas. Si hoy perforan el Tolhuaca, es como si lo asesinaran, nos oponemos para mantenerlo vivo”, afirmó el lonko Alberto Curamil, premio Goldman 2019 por su defensa al medio ambiente.
Apuntan a que este tipo de actividades extractivas implican daños también al bosque nativo, desechos humanos e industriales, movimiento de maquinaria, camiones de alto tonelaje, contaminación acústica, modificación de cursos de agua, alteración de la vida natural como rutas de aves, peces, y animales en general.
“Estas empresas extranjeras vienen solo a enriquecerse, a llenar su bolsillo con dinero, a imponerse, a destruir el Itrofil Mongen (…) Acá en Curacautín no vamos a permitir que vengan a destruir el territorio, por la vida y libertad de nuestro pueblo, vamos a luchar y defender nuestro territorio”, dijo Curamil en un video de la manifestación en la zona.
Justamente, para el 15 de diciembre, la empresa convocó a un encuentro con una organización local de Curacautín, a la que invitaron para contarles del proyecto y el proceso de perforación. Curamil denuncia que ninguna de las comunidades mapuche fue invitada. “Es parte de su estrategia de validación, citan solamente a sectores que no se oponen”, aseguró. El encuentro fue finalmente cancelado y la empresa implementó un buzón de consultas, quejas y sugerencias en la Municipalidad de Curacautín.
Por su parte, la convencional constituyente del distrito 23, Manuela Royo, afirmó que “en el contexto de emergencia climática, es peligroso que empresas de geotermia se instalen en la ladera del volcán Tolhuaca, más aún cuando son las propias comunidades indígenas del territorio las que expresan descontento, falta de consulta y la amenaza que significan estos proyectos”.
“La nueva Constitución debe defender los derechos de la Naturaleza y respetar las decisiones de comunidades de pueblos originarios”, finalizó la constituyente.
Fuente: Radio U Chile