Uru­guay. Tie­ne razón Sr. Presidente

Por Este­ban Pérez. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de enero de 2022

Nues­tro pitu­co pre­si­den­te tie­ne razón al afir­mar que el capi­ta­lis­mo “es lo nor­mal e inhe­ren­te al individuo”.

Tie­ne razón, pues nació en cuna de oro y den­tro de la esfe­ra de poder de la oligarquía.

Nadie pue­de negar que el capi­ta­lis­mo es el mejor sis­te­ma para los capi­ta­lis­tas, dis­fru­tan sus mie­les y no pue­den con­ce­bir que haya quie­nes lo cues­tio­nen: ¡si viven fenó­meno! Por supues­to para ellos tam­bién es nor­mal y natu­ral que la mayo­ría del país labu­re­mos para que se enri­quez­can, es que ¡pobre­ci­tos! tie­nen que man­te­ner su nivel de vida, el orden esta­ble­ci­do y Dios los colo­có en ese sitio, a los demás el boli­lle­ro de la vida los ubi­có para ser explo­ta­dos, es cues­tión del Destino.

Al capi­ta­lis­ta se le eri­zan todos los pelos cuan­do oye hablar de cues­tio­nar el sis­te­ma y mira teme­ro­so, con asco y odio (“apa­rien­cia delic­ti­va”) a las dece­nas de miles que viven en sus casas sin ter­mi­nar con o sin pape­les, a los miles de habi­tan­tes de los can­te­gri­les, a los sin­di­ca­lis­tas, a las orga­ni­za­cio­nes socia­les que le mue­ven el piso a su orden establecido.

La altu­ra trae con­si­go el temor a caer­se en las con­di­cio­nes en que viven sus explo­ta­dos y por esa razón tie­nen siem­pre gati­lla­do el apa­ra­to represivo.

Sin embar­go, la antro­po­lo­gía sos­tie­ne que la espe­cie huma­na tie­ne como carac­te­rís­ti­ca el ser, val­ga la redun­dan­cia, un ser social, comu­ni­ta­rio, con capa­ci­dad de empa­tía y de com­par­tir con sus semejantes.

El orden esta­ble­ci­do, el sis­te­ma capi­ta­lis­ta de pro­duc­ción, es por lo tan­to, anti­na­tu­ral, vio­len­ta la natu­ra­le­za huma­na y fue impues­to a pre­po por quie­nes se apo­de­ra­ron de los medios de pro­duc­ción y esta­ble­cen los lími­tes, los esta­men­tos estan­cos que divi­den entre explo­ta­dos y explo­ta­do­res. Su ambi­ción, a su vez, tie­ne a los recur­sos que nos brin­da la natu­ra­le­za al bor­de del colapso.

Nues­tra civi­li­za­ción, mejor dicho, la que fue impues­ta por los pode­ro­sos, cru­je por todos lados y pone en ries­go todas las for­mas de vida del pla­ne­ta, no sólo la huma­na. Vamos camino de la mano irra­cio­nal del capi­ta­lis­mo hacia una nue­va y len­ta extin­ción de las espe­cies, esta vez no por un meteo­ro sino por cul­pa de los huma­nos. La con­tra­dic­ción capi­ta­lis­mo ver­sus comu­ni­dad espe­re­mos se resuel­va parien­do una socie­dad jus­ta, equi­ta­ti­va, cui­da­do­sa y sana­do­ra de la mal heri­da naturaleza.

Fuen­te: Sema­na­rio Voces. 

Itu­rria /​Fuen­te

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