*Articulo de Paul Antonopoulos, analista geopolítico independiente /South Front (southfront.org) /
Después de suministrar equipos y de envalentonar a una Ucrania militarizada, Gran Bretaña ha comenzado a armar a los albaneses de Kosovo con sistemas de misiles antitanque Javelin y NLAW. La embajada británica en Belgrado dijo que algunos medios de comunicación serbios publicaron afirmaciones inventadas sobre exportaciones de armas del Reino Unido a Kosovo y afirmó que no había nada de cierto en esas acusaciones. Sin embargo, el Ministro del Interior serbio, Aleksandar Vulin, insiste en que el Reino Unido sí transfirió armas a Kosovo, declarando: “Están creando un ejército, armándolo, dándole vehículos blindados, sistemas antitanques, aviones no tripulados, realizando entrenamientos, hemos oído que les están enviando a cursos de prueba en Turquía y Albania”, y añadió
que la integración de Kosovo en la OTAN sólo pretende “provocar a Serbia”.
Al parecer, Londres quiere utilizar la situación en Ucrania para aumentar la presión sobre los serbios en relación con las cuestiones de Kosovo y Bosnia Herzegovina. Antes de que comenzara la operación militar rusa en Ucrania, Gran Bretaña ya estaba muy implicada en cuestiones de seguridad en los Balcanes.
Cabe recordar que Boris Johnson advirtió de una situación extremadamente peligrosa en los Balcanes ya en diciembre del año pasado y nombró al mariscal del aire Sir Stuart Peach como enviado especial del primer ministro a los Balcanes occidentales.
Tras el Brexit, el Reino Unido hizo todo lo posible por mantener su presencia en Europa, incluso en los Balcanes Occidentales, donde las raíces de un conflicto que amenaza con estallar siguen existiendo. El Reino Unido abogó por el refuerzo al máximo de la Operación Althea (formalmente la Fuerza de la Unión Europea en Bosnia Herzegovina), el refuerzo del contingente de la OTAN en dicho país, e incluso coordinó la llegada unilateral de contingentes y fuerzas británicas al territorio de Bosnia herzegovina.
Esta militarización británica (y de la OTAN) despierta temores y amenaza la seguridad tanto de Serbia como de todo los Balcanes, con las violentas guerras de los años 90 aún frescas en la memoria. Es probable que el Reino Unido siga suministrando equipos la zona balcánica y que anime a otros miembros de la OTAN a reforzar a los ejércitos antiserbios de la región.
Esto se produce cuando Montenegro parece estar sincronizado en términos de rusofobia, señalando a Serbia como un factor perturbador en la zona. Esto resulta irónico si se tiene en cuenta que Montenegro no es independiente de facto y que, en cambio, sigue los intereses del Reino Unido y de Estados Unidos.
Albania es también otra de las claves de los designios anglosajones sobre los Balcanes, sobre todo porque expresa con entusiasmo su voluntad de tomar medidas prácticas para reforzar las fuerzas de la OTAN en la región.
El armamento occidental de Kosovo, el refuerzo de Bosnia Herzegovina y el estímulo para que Montenegro y Albania se militaricen “advierten” a Serbia de que no debería estar tan cerca de Rusia, especialmente en el contexto de la guerra de Ucrania.
El hecho de que lleguen instructores extranjeros con sistemas militares a Kosovo no es una novedad, ya que hasta ahora han entrenado a las tropas albanesas de Kosovo en cuestiónes como fuerzas especiales, unidades de apoyo,
telecomunicaciones, sistemas antiblindaje, PVO y otras. Sin embargo, es probable que se trate de un entrenamiento elemental y de un proceso incompleto, con el objetivo futuro de equipar completamente a las fuerzas de Kosovo con sistemas de armas mucho más potentes.
Londres está tomando esta decisión de armar a Kosovo a pesar de que no existe un consenso completo en la OTAN sobre el estatus del territorio, ya que Grecia, Rumanía, Eslovaquia y España se niegan a reconocer su independencia ilegalmente declarada de Serbia. A pesar de que no se ha alcanzado un consenso, Londres y Washington trabajan sin descanso para ayudar a Pristina a construir una especie de “Ejército de Kosovo”.
En efecto, la Alianza Anglo está radicalizando aún más a los albaneses de Kosovo y fomentando la desestabilización en los Balcanes. En lugar de castigar al primer ministro de facto de Kosovo, Albin Kurti, por prohibir el voto a los serbios de Kosovo, le recompensan con armas y una mayor integración en la OTAN.
Los sistemas antimisiles ligeros y antitanques Javelin, mencionados habitualmente como parte de un paquete de “apoyo” occidental a las Fuerzas Armadas ucranianas contra Rusia, han pasado a formar parte del arsenal de las
llamadas fuerzas de seguridad de Kosovo. La adquisición se acordó en una reunión entre Albin Kurti y Boris Johnson en febrero de este año, y según Serbia, algo desmentido por el Reino Unido, el primer contingente de 50 sistemas se entregó en abril.
Al mismo tiempo, la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo celebrará una sesión para debatir un proyecto de resolución que invitará a Serbia a armonizarse con las decisiones de la UE en materia de política exterior y de seguridad, incluidas las sanciones contra Rusia. El proyecto de resolución propuesto por el ponente del PE para Serbia, Vladimir Bilczyk, lamenta que Serbia no haya cumplido con las sanciones de la UE tras la operación militar de Rusia en Ucrania e insta a las autoridades serbias a mostrar “un compromiso real
con los valores de la UE”.
El proyecto de resolución recuerda a las autoridades serbias que los avances en el diálogo para normalizar las relaciones con Kosovo determinarán el ritmo de las negociaciones de adhesión a la UE. El texto propuesto debe ser aprobado por el Parlamento Europeo en una sesión plenaria este año.
En efecto, la UE y la Alianza Anglo trabajan conjuntamente para alejar a Serbia de Rusia. La UE proporciona la zanahoria de la pertenencia al bloque mientras que la Alianza Anglo proporciona el palo, armando, entrenando y militarizando a los albaneses de Kosovo contra Serbia. Teniendo en cuenta que Serbia ya ha experimentado todos los horrores de la OTAN y que poco podía hacer mientras Europa dividía al pueblo serbio estableciendo nuevos países, no permitiéndo así a muchos serbios estar dentro de las fronteras de Serbia, es poco probable que
Belgrado se deje intimidar para abandonar su larga y probada relación con Moscú.
El 4 de abril, Vucic declaró su victoria en las elecciones presidenciales serbias. Prometió permanecer neutral en relación a las alianzas militares.
El parlamento serbio pidió que la neutralidad militar se recogiera en la constitución.
El 28 de marzo, Vucic ofreció a Kiev y Moscú mantener conversaciones en Belgrado.
El 27 de marzo, el mando del ejército serbio evaluó la preparación de las fuerzas de reacción rápida.
El 25 de marzo, se celebran concentraciones serbias en Kosovo contra la prohibición de las autoridades albanesas de Kosovo de celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales en la provincia de Serbia.
El 18 de marzo, Serbia se prepara para recibir sistemas chinos de defensa antiaérea FK‑3.
El 10 de marzo, el presidente de Kosovo, Yosom Osmani, se dirigió al ministro de Asuntos Exteriores alemán con una petición de apoyo para el ingreso de Kosovo en el Consejo de Europa, en la OTAN y en otras organizaciones
internacionales.
El 6 de marzo, el presidente serbio Aleksandar Vucic explicó el apoyo de Belgrado a la resolución de la ONU que condenó las acciones de Rusia en Ucrania al estar preocupado por el bienestar de Serbia y por la presión externa.