Las formaciones sardas de izquierda independentista iRS, ProgReS y Torra han publicado un comunicado conjunto en el que rechazan el proyecto de gasoducto desde las costas de Argelia al Estado italiano (denominado GALSI) y que atravesaría la isla en superficie dividiéndola en dos. El independentismo sardo tiene un largo historial de resistencia contra las agresiones de la oligarquía italiana. Reproducimos a continuación el comunicado en su integridad:
El primer ministro italiano viaja a las históricas colonias del norte de África para reunirse con los líderes políticos locales y tomar decisiones sobre la construcción de un gasoducto que involucra directamente al territorio nacional sardo sin siquiera enviar un mensaje de Whatsapp a la Región Autónoma de Cerdeña.
No nos asustemos: así funciona la infame Autonomía. Por eso somos independentistas.
No se necesita gas en Cerdeña. Solo podría ser útil para la conversión de centrales eléctricas que actualmente funcionan con peores combustibles que el gas, como el carbón y el petróleo. Pero para el resto, el camino es el de la electrificación, también porque somos capaces de producir electricidad con fuentes propias como el sol, el viento y la hidroelectricidad.
En cualquier caso, para alimentar una o dos centrales eléctricas ciertamente no es necesario construir un gasoducto que, además, según el proyecto, no incluye tomas en Cerdeña, configurándose así como un mero derecho de paso. En cambio, los italianos han hecho sus cálculos y han entendido que es más barato construir un gasoducto parcialmente terrestre que uno completamente submarino. A condición de que sean los sardos los que paguen por los daños ambientales en la zona, sin siquiera tener ningún tipo de beneficio. Así funciona para gasoductos, para zonas militares, para energía eólica… Hace tiempo que es hora de despertar.
De hecho hay otro daño igualmente cercano a nuestro corazón, el de la pérdida de la dignidad de nuestro pueblo. Siempre hemos trabajado para crear una nueva clase dirigente que, incluso en el marco de la colaboración internacional, piense y actúe en nombre de los derechos e intereses de los sardos, al igual que todos los líderes políticos del mundo que son principalmente responsables ante sus propios gente En Cerdeña intentarán convencernos de que este proyecto dará trabajo a los sardos. Pero nuestro objetivo es la independencia energética, no ser contratados como trabajadores no calificados al servicio de los especuladores.
Solo un independentismo fuerte y autoritario podrá comenzar a actuar como una barrera a las imposiciones italianas en nuestra tierra y a la pasividad sumisa de los autonomistas sardos. En lo que a nosotros respecta, esta dinámica debería conducir naturalmente a un choque – por los méritos de la propuesta y en principio por los métodos de toma de decisiones – entre los órganos institucionales sardos e italianos, como sucede en toda Europa cuando los intereses del Estado entran en conflicto con los de naciones sin Estado.