El comunero mapuche Marco Mauricio Millanao Mariñan fue sacado de su celda de forma sorpresiva y a la fuerza el día miércoles por la noche, por parte de funcionarios de gendarmeria en la cárcel de Lebu. Nadie sabía, ni siquiera él, su destino, hasta que fue ingresado a la cárcel de Temuco. No hubo ninguna audiencia donde se discutiera con su defensa la pertinencia de su traslado, no hubo notificación a sus abogados de esta medida, sino sólo cuando ésta ya estaba en curso.
Nadie tampoco entiende el por qué de su traslado, dado que el lunes 10 de mayo debería estar en el Tribunal de Juicio Oral de Cañete, en el inicio de la audiencia de preparación de juicio.
Recordemos que el peñi Marco está imputado junto a otros cuatro familiares y vecinos de su Comunidad Pascual Coña de Lleu Lleu, por varios hechos que se han producido en el marco de la resistencia mapuche a la ocupación chilena en Wallmapu, ocurridos durante 2009.
Al igual que en el caso del peñi Jorge Mariman en la cárcel de Angol, los traslados forzados y fuera de toda norma legal, por parte de gendarmería, pretenden imponerse como una práctica habitual a partir de los primeros días del gobierno derechista de Sebastián Piñera.
Pretende además imponerse como la forma del trato que le dará el gobierno empresarial al contencioso que sostiene el estado chileno con el Pueblo Mapuche; es una práctica dictatorial y facista a la que nuestra Nación Mapuche debe y tiene el derecho a responder.
Es una situación que debe poner en alerta a los defensores de los derechos humanos, es un abuso que hay que parar.