Resumen Latinoamericano* /8 de marzo de 2020
*Las mujeres trabajan en la alimentación desde la semilla hasta el plato. Participan en la consecución, producción, transformación, distribución, intercambio y consumo de alimentos. ¿Qué pasaría en Colombia si las mujeres dejaran de trabajar en las labores de la alimentación?
Desde la selección y cultivo de semillas y plantas, la cría de animales y la recolección de productos del bosque, pasando por su procesamiento y preparación en variados productos alimentarios y medicinales, hasta la gestión y toma de decisiones sobre el hecho alimentario, las mujeres aportan sus conocimientos, esfuerzos y redes de apoyo para el bienestar de muchas otras personas y comunidades.
Todos estos trabajos, que a veces se hacen en condiciones de gran precariedad, desigualdad, estigmatización, subvaloración y explotación, hacen parte de la economía del cuidado que recae fundamentalmente en las mujeres. Si bien este trabajo sostiene nuestro sistema social y económico, aún carece de reconocimiento, y es pilar fundamental del sostenimiento del orden capitalista y patriarcal que se beneficia de la inequitativa distribución social de los cuidados.
En Colombia, el valor económico del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado representa cerca del 20% del producto interno bruto ‑PIB- y su valor (185.722 miles de millones de pesos), supera el valor agregado bruto de actividades económicas como el comercio, la administración pública, las industrias manufactureras y las actividades inmobiliarias [1].
El suministro de alimentos tan solo es un indicador que nos permite visibilizar las problemáticas sexistas alrededor de los sistemas alimentarios. La provisión alimentaria es la labor no remunerada a la que más tiempo destinan las mujeres (34,6 %). De acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, en Colombia para el periodo 2016 – 2017, la participación y tiempo de las mujeres en el suministro de alimentos [2] fue del 74,4% mientras que para los hombres del 24,9%[3]. Esta es una de las tantas actividades que contribuye a la producción de servicios pero no está incluida en el Sistema Nacional de Cuentas.
A pesar de su participación en todo el proceso alimentario, el hambre, la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad afectan más a las mujeres de menores ingresos y de familias indígenas, afrodescendientes y campesinas. La desigualdad social y de género también se expresa en la mayor prevalencia de anemia en mujeres en edad fértil y en especial aquellas de más bajos recursos[4].
Otras formas de discriminación contra las mujeres se expresan en la privatización de la semillas, en el limitado acceso a tierras, la imposición de proyectos minero energéticos u otros extractivistas, la criminalización y asesinato de lideresas defensoras del medio ambiente, la incitación al consumo de productos comestibles ultraprocesados (comida chatarra), entre otros.
Todo esto afecta de manera sustancial la soberanía alimentaria de las mujeres en Colombia. Reflexionar sobre los supuestos y valores que se asignan a los roles de las mujeres y al trabajo alimentario en la sociedad, pasa por transformarlos y desafiar las formas en que el patriarcado y el sistema alimentario capitalista neoliberal hegemónico impacta negativamente tanto a las mujeres como a la naturaleza[5].
La consolidación de sistemas alimentarios justos, debe incluir la distribución y reconocimiento equitativo del trabajo del cuidado en el hogar, en la comunidad y en el Estado. Las reivindicaciones y movimientos de las mujeres buscan articular sus esfuerzos, resistiendo y promoviendo alimentación diversa, ecológicamente sostenible y saludable que proteja el cuerpo y el territorio.
[1] Departamento Nacional de Estadística, DANE 2017. Boletín Técnico Cuenta Satélite de Economía del Cuidado (CSEC).
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/cuentas/ec/Bol_CS_Econo_cuidado_CPEC_2017_prov.pdf
[2] Entendido como “preparar y servir alimentos, levantar los platos o lavar la loza, llevarle la comida a personas del hogar al sitio de trabajo o estudio. En: ENUT, 2018.
[3] Departamento Nacional de Estadísticas, 2018.
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/ENUT/Bol_ENUT_2016_2017.pdf
[4] FAO, OPS, WFP y UNICEF. 2018. Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2018. Santiago. Número de páginas (132) . Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
https://iris.paho.org/handle/10665.2/49616
[5] Donna, Kiah , & M. Alejandra , Women do Food. 2020
* Nota realizada por Juana Camacho Segura: antropóloga, investigadora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia; y Paola Romero Niño: socia de FIAN Colombia y coordinadora de género y derechos de las mujeres de esa organización.
CI JC/PR/MP/JA/07/03/2020/20:00