Resumen Latinoamericano* /21 de marzo de 2020
La crisis del coronavirus delata también la enfermedad de un sistema capitalista fallido. Primero, la crisis empuja al Ecuador y el mundo hacia la flexibilización laboral. Resaltamos la vulnerabilidad de lxs trabajadorxs rurales quienes dependen del jornal/comercialización. El coronavirus también genera incertidumbre alrededor de la capacidad de los supermercados y mercados de prevenir el acaparamiento y la especulación con los alimentos. Pero la falta de abastecimiento de alimentos sanos no es un problema solo durante la crisis. Existe una necesidad continua de alcanzar la soberanía alimentaria y fortalecer la inmunidad pública con alimentos sanos, nutritivos y libres de agrotóxicos. Además, la inmunidad de la naturaleza se debilita cada vez más. El colapso ambiental inminente y el coronavirus están vinculados en esa relación disfuncional construida por los seres humanos con la naturaleza, al ser uno de una serie de virus provocados por las malas prácticas humanas.
Pero existe esperanza si volteamos la mirada al campo. El OCARU revaloriza los aportes de la agricultura familiar campesina (AFC) y de la agroecología como alternativas ecológica y socialmente viables en tiempos de crisis y más allá. La AFC y la agroecología nos ofrecen formas para replantear las relaciones humanas y con la naturaleza, no desde de la explotación y acumulación, sino desde la solidaridad y el Buen Vivir. A pesar de la falta de apoyo gubernamental, la AFC se ha posicionado fuertemente en esta crisis. “Que Rico Es” junto con la “Red de Ferias y Mercados Agroecológicos de Pichincha” emitieron un directorio con los contactos de productores quienes hacen entregas a domicilio para abastecer a ciudades como Quito, Riobamba y El Oro. El OCARU celebra iniciativas como esta, y destaca la importancia de concientizar a la sociedad sobre la AFC y la agroecología como alternativas viables para sanar a una sociedad y economía enfermas.
Observatorio del Cambio Rural, OCARU*