Bra­sil. Los mili­ta­res lle­ga­ron de la mano de Bolsonaro

Por Emir Sader*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 05 de Abril de 2020.

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No hay vacío en la polí­ti­ca. Siem­pre que hay un vacío, hay ins­ti­tu­cio­nes que tra­tan de lle­nar­lo. Las FF.AA. bra­si­le­ñas lo hicie­ron en 1964 y se pro­po­nen hacer­lo de nuevo.

En 1964 los mili­ta­res for­ja­ron el vacío para inter­ve­nir, actuan­do fuer­te­men­te para ero­sio­nar al ya débil gobierno de João Gou­lart. Apo­ya­dos en la Doc­tri­na de Segu­ri­dad Nacio­nal, ero­sio­na­ron la legi­ti­mi­dad del gobierno y die­ron el gol­pe, en sus­ti­tu­ción de los inep­tos polí­ti­cos tra­di­cio­na­les y sus partidos.

Aho­ra, de nue­vo, los par­ti­dos tra­di­cio­na­les han entra­do en cri­sis, derro­ta­dos sis­te­má­ti­ca­men­te por el PT. Bol­so­na­ro se apro­ve­chó de la nue­va cri­sis de los par­ti­dos tra­di­cio­na­les para pro­po­ner­se como alter­na­ti­va. Fue un buen can­di­da­to para la dere­cha: el úni­co que tenia un cau­dal de pre­fe­ren­cias en las encues­tas, gra­cias al apo­yo de las bases tra­di­cio­na­les del PSDB, que se habían radi­ca­li­za­do hacia posi­cio­nes de extre­ma dere­cha. Con eso, Bol­so­na­ro era la úni­ca apues­ta posi­ble de la dere­cha para esta­ble­cer una manio­bra mons­truo­sa, que ter­mi­nó lle­ván­do­lo a ganar las elec­cio­nes, aun­que de for­ma fraudulenta.

Su esti­lo sal­va­je y agre­si­vo, gro­se­ro, pro­yec­tó una ima­gen de líder popu­lar. El nom­bró a un ultra­neo­li­be­ral en Eco­no­mía, para garan­ti­zar el apo­yo de los gran­des empre­sa­rios. Se pre­sen­tó como la úni­ca posi­bi­li­dad de evi­tar que PT vol­vie­ra al gobierno. Arti­cu­ló mani­pu­la­cio­nes gigan­tes­cas, con la com­pli­ci­dad del Poder Judi­cial y los medios, para lle­gar al gobierno. 

Fue un buen can­di­da­to de la dere­cha, pero no es buen pre­si­den­te. No agre­ga, al con­tra­rio, apa­re­ce como un fac­tor de des­or­den del gobierno.

Él ya se había acer­ca­do al Ejér­ci­to para con­tar con el apo­yo de la ins­ti­tu­ción y per­so­nal que ocu­pe pues­tos esta­ta­les. Y tam­bién para con­tar con una ins­ti­tu­ción com­pro­me­ti­da con la repre­sión y la defen­sa del orden. Con­for­me Bol­so­na­ro fue per­dien­do apo­yo, inclu­so de los suyos, el gobierno fue lle­nán­do­se cada vez más de mili­ta­res, en acti­vi­dad y de la reser­va. Hoy com­po­nen el gobierno, mien­tras que Bol­so­na­ro se vacía, pier­de apo­yo y pier­de capa­ci­dad de acción, situa­ción aún más gra­ve por la pan­de­mia que se extien­de por todo el país. El vacío de la capa­ci­dad de gober­nar de Bol­so­na­ro ya está lle­na­do por los mili­ta­res, cada vez más com­pro­me­ti­dos, inclu­so como ins­ti­tu­ción, con este gobierno.

Para evi­tar la deli­ca­da ope­ra­ción de sus­ti­tu­ción de Bol­so­na­ro por su vice, Mou­rao, se va mili­ta­ri­zan­do cada vez más al gobierno. Los mili­ta­res ejer­cen su poder de veto de accio­nes guber­na­men­ta­les y se vuel­ven el úni­co núcleo capaz de dar un cier­to gra­do de acción a un gobierno per­di­do por la acti­tud desin­te­gra­do­ra de Bolsonaro. 

No es la mejor alter­na­ti­va para la FF.AA., pero fue la que les tocó y no dejan de apro­ve­char­la, tenien­do como obje­ti­vo man­te­ner al gobierno, modi­fi­ca­do o no, y la cons­truc­ción de una ins­ti­tu­cio­na­li­dad que tra­ta de pre­ve­nir el regre­so de PT al gobierno. Con el colap­so de la ges­tión de Bol­so­na­ro, que pier­de no sólo apo­yo popu­lar, sino tam­bién de los medios y de gran­des sec­to­res de la cla­se media, los mili­ta­res se vuel­ven estra­té­gi­cos y tien­den a ser la colum­na ver­te­bral del gobierno.

Un pro­ce­so que se cho­ca de fren­te con la res­tau­ra­ción de la demo­cra­cia. La mili­ta­ri­za­ción del gobierno es el prin­ci­pal obs­tácu­lo para el regre­so de la demo­cra­cia en Bra­sil. Un gobierno sin legi­ti­mi­dad, sin capa­ci­dad de gober­nar, que se desin­te­gra cuan­do debe­ría coman­dar al país duran­te una gra­ve cri­sis como esta, abre el camino para el esta­ble­ci­mien­to del poder mili­tar den­tro del Estado.

Si hay ya un coman­do esta­ble­ci­do para sus­ti­tuir en la prác­ti­ca a Bol­so­na­ro exis­te en el terreno de las espe­cu­la­cio­nes. Como se dice en ita­liano: Si non è vero, è ben trovatto.

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*Pági­na 12 – Foto: EFE

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