Argentina. OLP-Resistir y Luchar: Lo que mata es el capitalismo/ Reflexiones para un nuevo escenario

Argen­ti­na. OLP-Resis­tir y Luchar: Lo que mata es el capitalismo/​Refle­xio­nes para un nue­vo escenario

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Por OLP-Resis­tir y Luchar, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 abril 2020

Esta­mos pasan­do por una cua­ren­te­na pro­duc­to de lo que algu­nos defi­nen como pan­de­mia y otros como gue­rra bac­te­rio­ló­gi­ca mun­dial, indu­ci­da a tra­vés de la infec­ción del coro­na­vi­rus. En ese cruel esce­na­rio, los y las tra­ba­ja­do­ras for­ma­li­za­dos, en negro, cuen­ta­pro­pis­tas, mono­tri­bu­tis­tas y de la eco­no­mía popu­lar, nue­va­men­te somos la varia­ble de ajus­te del capitalismo.

Un sin núme­ro de voces pro­po­nen cum­plir con un lar­go perío­do de ais­la­mien­to como una sim­ple expre­sión de deseos, ya que muchas y muchos tra­ba­ja­do­res no tie­nen esa posi­bi­li­dad, y si lo cum­plen están sen­ten­cia­dos a nue­vas privaciones.
Antes de dic­tar el gobierno la cua­ren­te­na, ya apa­re­cían las pri­me­ras imá­ge­nes que mos­tra­ban a las y los tra­ba­ja­do­res como obje­tos, via­jan­do en tras­por­tes, haci­na­dos, sin nin­gu­na posi­bi­li­dad de pro­tec­ción, mien­tras que los medios con­ta­bi­li­za­ban dece­nas de infec­ta­dos y muer­tos en Chi­na y Euro­pa. Se cons­truía de esta mane­ra una sub­je­ti­vi­dad de obe­dien­cia por super­vi­ven­cia laboral.

Des­pués lle­gó el con­fi­na­mien­to, en ese momen­to lxs aho­ra trabajadora/​es esen­cia­les, que en la mayo­ría de los casos eran y son pobres y pre­ca­ri­za­dos, pasa­ron a ser valo­radxs y reco­no­cidxs con los aplau­sos, pero cuan­do se dis­pu­sie­ron las licen­cias para quie­nes tenían que cui­dar a sus hijos, los patro­nes infor­ma­ron que no eran pagas. Ni qué hablar de lxs pre­ca­ri­zadxs que lle­ga­ron a ser dete­nidxs con cau­sas pena­les ya que inten­ta­ban via­jar y cir­cu­lar para no per­der su tra­ba­jo o cobrar el día. Así fue­ron a parar a la cár­cel y mal­tra­tadxs por las fuer­zas poli­cia­les, ver­du­le­ros, ven­de­do­res en bici­cle­ta, emplea­das domés­ti­cas y un sin fin de per­so­nas. Rigió enton­ces una cua­ren­te­na de cla­se, que puso en evi­den­cia la cir­cu­la­ción sin res­tric­ción algu­na de los sec­to­res aco­mo­da­dos de la socie­dad, bien dife­ren­te del rigor repre­si­vo pade­ci­do al res­pec­to por los más humil­des. A ello se sumó el agra­van­te de muchas muje­res que, en tales cir­cuns­tan­cias, han debi­do per­ma­ne­cer ence­rra­das con sus gol­pea­do­res, lo que ha gene­ra­do no pocos des­en­la­ces fatales.

Aho­ra bien, en ese mar­co se pro­du­je­ron diver­sos acon­te­ci­mien­tos que mos­tra­ron que la dere­cha local y tras­na­cio­nal inten­ta sacar rédi­to (léa­se en acu­mu­la­ción de más ganan­cias) con la ayu­da del virus. Así, entre gallos y media­no­che, con­tan­do con el decla­ra­do asen­ti­mien­to del gobierno nos roba­ron a las y los argen­ti­nos 250 millo­nes de dóla­res para pagar la deu­da exter­na. Valio­sos fon­dos que fue­ron a parar a “Bui­tre­lan­dia” en vez de refor­zar, en esta eta­pa, las ayu­das a millo­nes de pobres a quie­nes no les bas­ta con lo poco que han reci­bi­do y a otros que no reci­bie­ron nada de nada.

Des­pués, ya enva­len­to­na­dos, juga­ron su car­ta los empre­sa­rios ven­de­pa­tria de toda la vida. Techint echan­do 1450 tra­ba­ja­do­res, Dano­ne y la empre­sa san­ta­fe­ci­na de lác­teos Veró­ni­ca pro­po­nien­do reba­jas no de pre­cios (como corres­pon­de­ría) sino de sala­rios, Gar­ba­rino ame­na­zan­do con cerrar y echar a todo su per­so­nal si no se levan­ta la cuarentena.

El meca­nis­mo empre­sa­rial es sim­ple: des­fi­nan­ciar las empre­sas y exi­gir al Esta­do sub­si­dios o exen­cio­nes impo­si­ti­vas, caso con­tra­rio sus­pen­den o des­pi­den tra­ba­ja­dorxs. Esto no es nue­vo, el Esta­do lo acep­ta y todos los años por algu­na razón – infla­ción, sequía, baja de las expor­ta­cio­nes, reduc­ción del con­su­mo interno, dólar des­fa­vo­ra­ble, etc. – son los argu­men­tos uti­li­za­dos para que un gobierno con­di­cio­na­do y débil acep­te este meca­nis­mo. Se tra­ta de un dis­po­si­ti­vo per­ver­so de apro­ve­cha­mien­to de los recur­sos eco­nó­mi­cos del Estado.

Si fal­ta­ba algo para com­ple­tar un tin­gla­do com­pli­ca­do, sur­ge la denun­cia mediá­ti­ca sobre la com­pra de ali­men­tos rea­li­za­da por el Minis­te­rio de Desa­rro­llo Social a más alto pre­cio del lími­te que mar­ca­ba el pro­pio gobierno. Ante los ata­ques de algu­nos medios de la dere­cha que habla­ron rápi­da­men­te de corrup­ción, el minis­tro Daniel Arro­yo se jus­ti­fi­có rápi­da­men­te. Si es cier­ta lo mani­fes­ta­do, en el sen­ti­do de que los mayo­res pre­cios res­pon­den a la urgen­cia de la com­pra y a la nega­ti­va empre­sa­rial a bajar el cos­to de los pro­duc­tos, esta­mos ante un mani­fies­to deli­to de los empre­sa­rios y fal­ta de auto­ri­dad esta­tal, y corres­pon­de actuar con­tra esas empre­sas. Si se dice por lo alto y por lo bajo que esta­mos entran­do en un perío­do de eco­no­mía de gue­rra, lo lógi­co es que empre­sa que no se adap­te al momen­to y quie­ra chan­ta­jear no solo al gobierno sino a millo­nes de argen­ti­nos, se la expro­pie. Lisa y lla­na­men­te, como hicie­ron el Coman­dan­te Hugo Chá­vez y el pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro en Vene­zue­la, con peces gor­dos simi­la­res. O como rea­li­za­ra Perón en su pri­me­ra presidencia.

Si ello no fue­ra así, y se tra­ta­ra de una sim­ple y lla­na sobre­fac­tu­ra­ción, con des­tino a los clá­si­cos “retor­nos” o coimas, la situa­ción no es muy dis­tin­ta. Las empre­sas siguen sien­do res­pon­sa­bles – con las san­cio­nes seña­la­das en el pun­to ante­rior – más el agre­ga­do de que tam­bién tie­nen obvia res­pon­sa­bi­li­dad los fun­cio­na­rios esta­ta­les, que debe­rían ser sancionados.

Fren­te a este pano­ra­ma es nece­sa­rio que des­de las orga­ni­za­cio­nes popu­la­res plan­tee­mos algu­nas alter­na­ti­vas para el futu­ro inmediato:

• Una, des­ple­gar la máxi­ma uni­dad posi­ble entre orga­ni­za­cio­nes her­ma­nas, a fin de garan­ti­zar que las y los tra­ba­ja­do­res no sean – una vez más – quie­nes paguen los pla­tos rotos del sis­te­ma en crisis. 

• Dos, sus­pen­der los pagos de la ile­gí­ti­ma y odio­sa deu­da exter­na, e inves­ti­gar­la a fon­do, pri­vi­le­gian­do que ese dine­ro esté des­ti­na­do a desa­rro­llar la crea­ción de nue­vos pues­tos de tra­ba­jo que com­pen­sen la ola de des­pi­dos que ya se ha producido. 

• Tres, ante el evi­den­te saqueo per­pe­tra­do con­tra nues­tro pue­blo a tra­vés del FMI y los sec­to­res reac­cio­na­rios de todo pela­je, que­da en evi­den­cia la impor­tan­cia del rol del Esta­do y de las prio­ri­da­des que este debe­rá ir adoptando. 

Para ello, es pre­ci­so seña­lar algu­nos criterios: 

a) Dis­tin­guir los dife­ren­tes tipos y tama­ños de empre­sas o acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas (de la eco­no­mía social, recu­pe­ra­das, coope­ra­ti­vas, fami­lia­res, pymes, media­nas y gran­des, mono­pó­li­cas o no, nacio­na­les o tras­na­cio­na­les, a las que hay que res­pal­dar con pro­gra­ma de urgencia.

b) Rei­vin­di­car el apo­yo a las pri­me­ras (de la eco­no­mía social, recu­pe­ra­das, coope­ra­ti­vas y pymes) median­te cré­di­tos y pro­mo­cio­nes (fidei­co­mi­sos) que les per­mi­tan emer­ger de esta situación. 

d) Res­pec­to a las media­nas y gran­des, par­ti­cu­lar­men­te aque­llas vin­cu­la­das a cues­tio­nes estra­té­gi­cas, con­si­de­rar accio­nes que per­mi­tan que la pre­sen­cia esta­tal en las mis­mas no se ago­te con estas “ayu­das” a los empre­sa­rios que chan­ta­jean, cons­pi­ran, ergo des­es­ta­bi­li­zan, sino trans­for­mán­do­las en una pre­sen­cia per­ma­nen­te en la direc­ción de las mis­mas a tra­vés de algún orga­nis­mo espe­cí­fi­co del Estado

e) Para el últi­mo caso, con­tem­plar tam­bién la pre­sen­cia en la direc­ción de esas empre­sas de dele­ga­dos de las y los tra­ba­ja­do­res de cada una de ellas, ele­gi­dos demo­crá­ti­ca­men­te en cada cen­tro de trabajo.

Estas ideas apun­tan a sos­te­ner los dere­chos actua­les de las y los tra­ba­ja­do­res. Simul­tá­nea­men­te dan cuen­ta de que el futu­ro no pue­de ser la mera con­ti­nui­dad de este capi­ta­lis­mo actual, prin­ci­pal res­pon­sa­ble de la cri­sis que pade­ce­mos. El “esta­do de bien­es­tar» que emer­gió lue­go de la Segun­da Gue­rra Mun­dial deman­da un paso más. Se tra­ta de la pre­sen­cia pro­ta­gó­ni­ca de las y los tra­ba­ja­do­res en esas empre­sas. Ello per­mi­ti­ría abrir paso a un pro­ce­so don­de la par­ti­ci­pa­ción popu­lar deje de ser un mero argu­men­to de cam­pa­ña elec­to­ral y sir­va a los fines de reor­ga­ni­zar el pro­ce­so pro­duc­ti­vo y de dis­tri­bu­ción de bie­nes a esca­la nacional.

Por­que no exis­te cau­sa más noble que reu­nir al pue­blo y su acti­vis­mo más hones­to para resis­tir con­tra quie­nes pre­ten­den sacar par­ti­do de las afli­gen­tes cir­cuns­tan­cias que atra­vie­san las mayo­rías nacio­na­les de la ciu­dad y el cam­po, nues­tro nor­te sigue sien­do unir­se des­de aba­jo y orga­ni­zar­se combatiendo.-

Itu­rria /​Fuen­te

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