Liset García, Resumen Latinoamericano, 18 abril 2020.-
Se multiplica en las redes un mensaje escrito por el escritor inglés Nate White y reproducido en el sitio https://thehobbledehoy.com/2019/03/08/british-writer-pens-the-best-description-of-trump por Michael Stevenson, actor británico, conocido por su participación en series de televisión y en varios filmes, en el que recrea la caracterización de Trump, que según él es la mejor descripción de ese presidente que ha leído.
¿Por qué a algunos británicos no les gusta Donald Trump?, fue la pregunta que sirvió de pie para motivar al citado escritor, “elocuente e ingenioso”, para escribir una respuesta que al magnate de la Casa Blanca no le gustará precisamente porque lo retrata.
White explicó que Trump carece de ciertas cualidades que los británicos tradicionalmente estiman. “Por ejemplo, no tiene clase, ni encanto, ni frialdad, ni credibilidad, ni compasión, ni ingenio, ni calidez, ni sabiduría, ni sutileza, ni sensibilidad, ni autoconciencia, ni humildad, ni honor ni gracia”.
Prosigue su descripción con el conocido sentido del humor inglés. “Nos gusta reír. Y aunque Trump puede ser risible, nunca ha dicho nada irónico, ingenioso o incluso ligeramente divertido, ni una vez, nunca… ese hecho es particularmente perturbador para la sensibilidad británica”.
Agrega que con Trump, es un hecho. “Ni siquiera parece entender lo que es una broma. Su idea de una broma es un comentario grosero, un insulto analfabeto, un acto casual de crueldad.
“Trump es un troll. Y como todos los trolls, nunca es divertido y nunca se ríe… Es todo superficial… Lo vemos como que no tiene un mundo interior, ni alma”.
Luego hace una revelación devastadora para Trump: “En Gran Bretaña tradicionalmente estamos del lado de David, no de Goliat. Todos nuestros héroes son valientes perdedores: Robin Hood, Dick Whittington, Oliver Twist. Trump no es ni valiente, ni un desvalido. Él es exactamente lo contrario de eso. Ni siquiera es un niño rico malcriado, o un gato gordo codicioso. Él es más un baboso blanco gordo”.
Luego, menciona reglas de la decencia básica, que Trump las rompe todas. “Golpea bajo, lo que un caballero no debe, nunca podría hacer, y cada golpe que apunta está por debajo del cinturón. Le gusta particularmente patear a los vulnerables o los sin voz.”
Al describir el ojo particularmente agudo para detectar algunos defectos en las personas, que tienen los estadounidenses, punto que confunde y consterna a los británicos, y a muchas otras personas también, porque los defectos de Trump parecen bastante difíciles de pasar por alto, afirma el escritor británico.
“Se convierte en una forma de arte; es un Picasso de mezquindades; un Shakespeare de mierda”, y agrega: “Sus defectos tienen defectos… Dios sabe que siempre ha habido gente estúpida en el mundo, y mucha gente desagradable también. Pero raramente la estupidez ha sido tan desagradable, o la maldad tan estúpida. Él hace que Nixon parezca digno de confianza y George W parezca inteligente”.
Para finalizar su descripción escribe que “si Frankenstein decidiera hacer un monstruo montado enteramente de defectos humanos, haría un Trump. Y si ser un idiota fuera un programa de televisión, Trump sería una serie”.