Por Amílcar Figueroa Salazar*, Resumen Latinoamericano, 20 abril 2020
foto: Amílcar Figueroa
Algun@s camaradas me han manifestado dos inquietudes:
1.- ¿Qué tan inminente es una agresión militar de #EstadosUnidos contra #Venezuela?
2.- ¿Qué hacer si eso pasa a ser una realidad?
Esas preguntas, aunque formuladas de muy diversas maneras, son
recurrentes en el seno del movimiento social, y ameritan una respuesta,
desde la perspectiva del sujeto histórico revolucionario;
vale decir, desde la perspectiva de comuneras y comuneros, de la clase
obrera, de los distintos factores excluidos y ofendidos por el sistema
del capital. Cabe añadir, además, otra interrogante: ¿cuál debe ser, en
esas circunstancias, la posición a asumir por quienes, desde siempre, hemos luchado por el advenimiento del Socialismo/Comunismo?
De forma sintética, trataré de presentar algunas ideas para orientar la discusión, al respecto:
– La persistencia con que las distintas administraciones estadounidenses (#Bush/#Obama/#Trump)
han atacado al proceso bolivariano tiene que ver con el tema que hemos
venido analizando, en otras notas, relacionado con el retroceso de su
economía y la pérdida acelerada de la hegemonía global que ostentaban,
hasta poco tiempo (mundo unipolar) y, cuya recuperación supone, para
ellos, la apropiación de los reservorios de materiales estratégicos que,
aún posee el planeta. Eso conduce a la élite del hegemón imperialista a
retomar un eje fundamental de su política: la #DoctrinaMonroe.
Partiendo de considerar a América Latina su patio trasero, no podían
aceptar que, durante la primera década del Siglo XXI, buena parte del
continente se le saliera de control.
En ese sentido, de 2008 en
adelante, han iniciado una contraofensiva con propósito recolonizador.
Obama fue llevado al poder para que, aplicando la llamada política del
«poder inteligente», alcanzara ese objetivo. A Trump le ha correspondido
un momento de mayor declive y, por tanto, su política está marcada por
la desesperación; es mucho más agresiva. Ahora bien, los distintos
caminos que han venido explorando, hasta hoy día, no les han dado
mayores resultados.
– Si la guerra, en la actual etapa del desarrollo del Capitalismo, tiene características
distintivas a otros momentos de la historia, y se han operado, además,
cambios sustantivos en las modalidades de intervención imperial; cabe
señalar que, Estados Unidos ha entrado en guerra contra la nación
venezolana desde hace ya bastante rato, solo que, hasta ahora, la
agresión militar directa no es lo que ha primado y, pareciera, que más
allá de las amenazas, la guerra psicológica (elemento relevante de la
guerra en la actualidad), el cerco y el incremento de presiones de
varios tipos, «el poder permanente», que es quien en definitiva decide
si escalan a la acción militar, no contaría con las mejores condiciones
para tomar la decisión de pasar a esa fase. Sin embargo, no podemos
hacer esta afirmación en términos absolutos: todos los escenarios son
posibles, en medio de la actual crisis de decadencia sistémica. Dicho de
otra forma, todavía la intervención armada abierta no es la más
inminente, entre las acciones de guerra que contra el pueblo venezolano
el imperialismo estadounidense tenga previsto en lo inmediato.
– Aún así, debemos tener presente que el ejercicio de la violencia
siempre ha estado presente en la estrategia de los factores
reaccionarios, tanto internos como internacionales;
pero, sus resultados han tropezado con un elemento clave: su política
no ha logrado fracturar, ni a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ni
al aparato policial del país; salvo desprendimientos
individuales que se han sucedido a cuenta gotas. Sin embargo, la
política, tanto desdela dirección del Comandante Chávez, como la
conducida por #NicolásMaduro Moros; ha puesto su mayor esfuerzo en mantener la #paz,
evitar la confrontación y su costo en vidas; lo cual, no pocas veces y,
habida cuenta, las variaciones en las correlaciones de fuerza, ha
llevado al Gobierno a hacer concesiones en la radicalidad
revolucionaria. Ejemplo,
cuando la derecha desató la criminal “guarimba”, aunque no logró
triunfos militares de contundencia, logró imponer la Mesa de Negociación
Económica.
– En este momento táctico, el Gobierno
Bolivariano y el liderazgo de Nicolás Maduro Moros se encuentran
fortalecidos. El acertado manejo del combate a la pandemia generada por
el Coronavirus le ha permitido recuperar fuerzas y, más allá de eso,
mantener la iniciativa política, cuestión subjetiva invaluable a la hora
que los imperialistas quisieran abandonar su estrategia de
«estrangulamiento» o asfixia
del proceso para derrocarlo y/o domesticarlo y, tomaran el camino de
perseguir un triunfo, en términos perentorios de tiempo.
– Una
intervención militar, bien sea esta ejecutada en forma directa por el
Ejército Sur de los Estados Unidos, o por fuerzas militares títeres de
la política imperialista, no logrará, en ningún caso, una salida de
corto plazo. Por el contrario, conducirá a una cruenta resistencia
armada, frente a la cual el proceso bolivariano cuenta ventajas para una
lucha de largo aliento:
a.- El cambio operado en el pensamiento
militar venezolano, la adopción de la concepción de Guerra de todo el
Pueblo, en caso de un conflicto armado;
b.- La reingeniería de la estructura militar, el establecimiento de las regiones militares, y
c.- Especialmente, la existencia de una Milicia Bolivariana muy numerosa y políticamente comprometida con el proceso.
– A las anteriores consideraciones,
hay que añadir que: el cuadro de relaciones políticas y militares que
ha cultivado el proceso bolivariano pesan, a la hora de que los
imperialistas, aún dentro de la irracionalidad de su desesperación,
vayan a decidirse por saltar al injerencismo militar abierto.
–
Todo lo expuesto permite pensar que es más probable estemos entrando a
una etapa más dura del cerco económico, de mayor apoyo al sabotaje, de
mayor infiltración mercenaria en procura deasestar golpes de mano,
aspirando que los sectores radicales de oposición pesquen en la
situación de escasez y privaciones que, seguramente, viene;para
conseguir, así sea parcialmente, un levantamiento interno que les
permita, ahí sí, pasar a la intervención directa o sumir al Gobierno en
una debilidad tal que lo conduzca a aceptar una negociación en
condiciones absolutamente desfavorables.
Pero si, en todo caso, ocurriese la agresión militar, no cabe para los socialistas/comunistas una aptitud distinta que sumar todas las fuerzas posibles, unirnos al combate antiimperialista; ser consecuentes con nuestra tradición histórica de lucha en un proceso de largo aliento, donde quienes sostengan las posiciones más firmes y claras podrán contribuir a señalar el rumbo que, en nuestro caso, debe contemplar ir por más…
*Amílcar Figueroa Salazar es historiador, editor, antiguo guerriller y político venezolano.