Por Resumen Latinoamericano 20 de abril de 2020
Revista Trinchera dialogó con la integrante de la militante del Partido de los Trabajadores del Brasil y miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, para analizar cómo está atravesando la pandemia del COVID-19 el pueblo brasileño.
¿Cuál era la situación general del país previa a la aparición de la pandemia?
Desde el inicio, el gobierno de Bolsonaro practica un discurso en
contra de los derechos humanos, con declaraciones discriminatorias sobre
diferentes grupos de la sociedad. Es un gobierno militarizado, con poca
transparencia y coherencia;con una política direccionada a priorizar a
una clase reducida de personas y sectores no populares. Alineado con las
políticas de los EEUU y de Israel, tiene un gabinete llamado “el gabinete de odio”,
que reproduce noticias falsas y intenta a través de técnicas de
comunicación que utiliza la semiótica, la programación neurolingüística,
las técnicas psicológicas de encuadramiento de masas a una cultura
fascista.
Es un gobierno con una política económica de ajuste para los más
vulnerables, que quita derechos sociales (empleo, salud, educación,
etc.), que tiene ministros que fueron elegidos a dedo para conducir una
necro política.
Por todo esto,la situación de Brasil empezó en términos totalmente
desfavorables respecto a cualquier intento de priorización del pueblo.
El cuadro previo ya era de una total falta de compromiso y de un
desmantelamiento de los sectores populares.
¿Cómo caracterizarías la actitud del gobierno nacional para enfrentar al COVID-19?
De acuerdo con el sitio coronavirus.saude.gov.br,
el Ministerio de la Salud de Brasil detectó neumonía de causa
desconocida en China y el 3 de enero de 2020solicitó información a la
OMS y el esclarecimiento de la situación.El 10 de enero fue puesto en
funcionamiento el Comité de Monitoreo de Eventos del Ministerio de la
Salud y el 16 de enero este Ministerio publica la primera información
sobre lo que se sabía de la enfermedad y un Boletín Epidemiológico. El 3
de febrero se declara la Emergencia de Salud Pública de Importancia
Nacional (ESPIN) y se realiza la primera reunión del Grupo Ejecutivo
Interministerial en Salud Pública (GEI-ESPII). El 4 de febrero el
Ministerio de Salud envía al Congreso Nacional el Proyecto de Ley de
Cuarentena y entre el 4 y el 5 de febrero se aprueba. El 7 de febrero
el Presidente de la República, Jair Bolsonaro, sanciona la Ley de
Cuarentena y el 26 de febrero ‑en Sao Pablo- se confirma el primer caso
de coronavirus.
Lo que pasó fue que eso ocurrió en pleno Carnaval que había empezado
el 21 de febrero. Esto no fue noticiado cómo debería haberse hecho,
priorizando la economía y banalizando la vida frente a la gravedad de la
situación, por lo que el pueblo brasilero no se encontraba en estado de
alerta y no se enteró de lo que estaba sucediendo como para tener la
oportunidad de protegerse para lo que venía. En marzo, sólo se lanzó una
aplicación para celular para informar sobre el Coronavirus.
¿A qué le atribuís la actitud adoptada por el gobierno?
Al total sometimiento y orientación de las políticas neoliberales de
los EEUU. Porque el gobierno electo de ultra derecha vino con el
propósito muy concreto de gobernar para la clase media, para los
empresarios, para segmentos de la economía y para las iglesias neo
pentecostales, y través de medidas provisorias y decretos redujo los
derechos de la clase trabajadora, de los jubilados, de los estudiantes,
etc. Un dato duro fue que en el primer año de gobierno, Bolsonaro editó
48 medidas provisorias de acuerdo con el sitio del Senado
donde se constata el carácter de un gobierno que no prioriza a los más
vulnerables, ni tampoco las políticas sociales, y sí los privilegios de
quienes creen que la economía deba estar en primer lugar.
¿Qué efectividad consideras que tienen las medidas adoptadas?
Son muy efectivas para un porcentaje mínimo de la población que
concentra riquezas, para las empresas, para el sector financiero, para
un segmento religioso, y esto se comprueba a través del apoyo al
gobierno de Bolsonaro por parte de los representantes de esos sectores.
Pero para la gran mayoría de la población queda muy claro que aumentaron
las desigualdades sociales, el nivel de desempleo y la pérdida de
derechos.
¿Cuál ha sido la actitud de la oposición en esta
situación? ¿Actuaron con prudencia y colaborando a mejorar o
aprovecharon para golpear al gobierno?
Para contextualizar la respuesta, el Congreso de Brasil está
compuesto por el Senado Federal (con 81 senadores, que representan las
27 unidades federativas, los 26 estados y el Distrito Federal) y la
Cámara de los Diputados (con 513 diputados federales que representan al
pueblo). La oposición en el Senado es de 23,5% y de 29% en la Cámara de
Diputados. La oposición es minoritaria y no es nada fácil su actuación
en las esferas del gobierno. Las fuerzas políticas juegan un papel
fundamental en el tablero, pero cuando la correlación de fuerzas es
desfavorable, el esfuerzo de articulación y negociación en la esfera
gubernamental para no dejar que las políticas neoliberales destruyan los
derechos conquistados por el pueblo, es un acto de resistencia.
¿Cómo repercutió este nuevo escenario en la economía nacional?
Por increíble que parezca,el lunes 20 de abril el Senado votará la
Medida Provisoria 905 que alterará la legislación del trabajo y cambiará
para peor la vida del trabajador: flexibilizará las relaciones entre
patrón y empleado, no garantizando los derechos adquiridos. Otro ejemplo
es la Proyecto de Enmienda Constitucional 10, que en el artículo 9
permite que el Banco Central compre cualquier papel financiero privado
(derivativos, papeles podridos y cualquier otro “crédito”) de cualquier
institución nacional o internacional, en cualquier tipo de mercado, sin
límite o control alguno, sin necesidad de identificar los créditos o su
condición.
En el artículo 10 se prevé que el Tesoro Nacional entre con 25% del
dinero para la compra de esos papeles. Entonces los daños al Banco
Central son integralmente transferidos al Tesoro Nacional. Con esos
ejemplos puede considerarse que el nuevo escenario puede ser usado como
oportunidad para reducir los derechos del pueblo y apoyar al sistema
financiero. María Lucia Fattorelli, Coordinadora Nacional de la a
Auditoria Ciudadana de La Deuda, hace una alerta al respecto, de acuerdo
con el sitio auditoriacidada.
¿Cómo repercutió la pandemia en el día a día del pueblo?
Brasil es un país caracterizado por una brutal desigualdad social.
Ese virus ataca directamente a los más vulnerables: los que no tienen
acceso a ítems de limpieza, no tienen acceso a saneamiento básico,
muchas casas no tienen cloacas adentro, muchas villas son súper
pobladas; es decir que el impacto en el día a día expresa que las
dificultades, que ya no eran pocas, ahora se agravan más. Eso sin contar
la pérdida de empleos que fue del 11% y que el 56% de la población debe
atrasar el pago de deudas, de acuerdo con una encuesta realizada por el
BTG Pactual y FSB Pesquisa el 1 de abril.
Por otra parte, en el ámbito educativo, se tuvo que recurrir a clases
virtuales, aunque algunas escuelas cerraron sus puertas sin dejar
alternativas para los alumnos. La logística del abastecimiento de las
familias, también sufrió daños. Muchos movimientos sociales empezaron a
ayudar a los pobres con donaciones de artículos de limpieza, ropa y
comida. Los mayores tuvieron que aislarse para no contagiarse, ya que
son parte de la población con alto riesgo de contagio junto con
diabéticos, hipertensos, personas con inmunodepresión, y otros casos que
se juntan a esos.
¿Cuál es la percepción en las calles tanto de las medidas como de la situación cotidiana?
Todavía el gobierno de Bolsonaro cuenta con un apoyo popular del 30%.
El proprio presidente conduce el discurso ideológico del terraplanismo,
del negacionismo, del escepticismo y hace que la pandemia sea llevada
por esa parcela de la población con desprecio y banalización. Eso se
traduce en el desentendimiento de las orientaciones de la OMS. Bolsonaro
es un mal ejemplo y atiende al clamor de los industriales,
comerciantes, sectores financieros e iglesias que tienen interés de
volver a la vida cotidiana, a contramano de lo que está siendo
practicado en el mundo. Eso sin contar el llamamiento para hacer
apariciones en las calles en protesta al asilamiento social. Hasta ayer,
Brasil tenía 36.599 casos confirmados de coronavirus y 2.347 muertos
con una taza de letalidad del 6,4%. Esos resultados están subestimados
ya que de una población de 208 millones de habitantes, solamente fueron
testeadas 62.985 personas, de acuerdo con el sitio worldometers.
Es muy difícil, preocupante y confusa la percepción de lo que está
pasando porque el mandatario del país, que debería estar comprometido
con la vida del pueblo, eligió priorizar la economía.
¿Qué rol están jugando las FFAA en esta particular situación?
Las FFAA en Brasil tuvieron un papel fundamental en la dictadura
cívico-eclesiástico-militar en Brasil y este gobierno se identifica
claramente con la ideología de la tortura. Tal es así que el ídolo del
presidente Bolsonaroes el torturador Ustra, la persona que torturó nada
más y nada menos que a la ex Presidenta Dilma Rousseff. No hay mucho más
que decir porque por sí solo, eso ya define la principal característica
de este gobierno. Las Fuerzas Armadas no están poniendo el cuerpo en
las calles ayudando en el control de la movilidad, ni controlando las
fronteras, ni tampoco están cooperando en la logística, ni en los
hospitales. Básicamente no están siendo parte de la lucha contra el
coronavirus.
Más allá de las medidas oficiales ¿Cómo está haciendo el pueblo en general para sobrellevar esta situación?
En Paraná los asentamientos y campamentos del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) se movilizaron y donaron 45
toneladas de alimentos para hospitales, hogares de ancianos y familias
carentes. También donó 500 toneladas de alimentos a las víctimas de
Eldorado do Carajás en Pará. Y sigue donando productos agroecológicos
demostrando que la crisis alimentaria tiene solución sin el agronegocio.
La Central Única de las Villas lanzó una campaña virtual
#FavelaContraOVírus para recaudar dinero para ayudar a las villas con
alimentos y productos de higiene. La Organización Redes da Maré, en el
Complejo da Maré, que es un conjunto de villas con 140 mil habitantes en
Río de Janeiro, está colectando donaciones para distribuir entre los
habitantes de ese lugar. La Articulación de los Pueblos Indígenas de
Brasil también hicieron una campaña virtual para recaudar plata y
distribuir entre los pueblos indígenas alimentos y artículos de higiene y
limpieza. El MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) creó un
fondo de emergencia para ayudar en la compra de alimentos y de productos
de higiene para la población sin techo de varios estados brasileños.
Esos son algunos de los ejemplos de la sociedad civil y de los
movimientos sociales que se están organizando para ayudar a las
personas. Pero lo que pasa es que todo eso es muy poco en relación a las
demandas. Y también es importante decir que en durante este gobierno,
aumentó muchísimo el número de personas que vive en la calle, por lo que
también aumentaron las demandas sociales. El pueblo sigue intentando
sobrevivir y resistir por otras vías sin pasar por la ayuda humanitaria
del gobierno.
¿Cuál es la actitud de los empresarios?
Para tener en cuenta de cómo la cosa camina el grupo Havan, del
empresario Luciano Hang, uno de los principales aplaudidores de
Bolsonaro, suspendió el contrato de trabajo de 11 mil empleados, la
mitad de todos los empleados del grupo. El sector está más preocupado
por ahorrar y no sentir el impacto económico que mantener los empleos
como forma de garantizar la subsistencia de sus empleados. Esa es la
política que Bolsonaro propone flexibilizando las relaciones de trabajo y
favoreciendo a los dueños de las grandes empresas por los trabajadores.
Por ahí sigue la mayoría de los empresarios, apoyando el
desentendimiento del asi lamiento y promoviendo el caos social con el
incumplimiento de los derechos del trabajador.
Del mismo modo, ¿Cómo están actuando los medios de comunicación?
En Brasil, los medios tradicionales siempre cumplieron el papel de
desinformar y favorecer así a sectores concentrados de la sociedad y a
otros sectores económicos y religiosos. Son como partidos políticos que
manipulan los datos de acuerdo con sus intereses y los intereses de sus
aliados y distorsionan la comunicación. Los medios alternativos son los
que siempre dieron una contribución muy importante para frenar las
noticias falsas, romper el cerco mediático, diseminar la verdad y para
que el pueblo sepa de lo que realmente pasa en los bastidores de la
política que no llegan a conocimiento público.
¿Cuáles crees que serían las medidas más urgentes que
debería adoptar el gobierno en este contexto, entendiendo las
particularidades del país?
En este gobierno no se espera nada diferente a lo que se ha visto
hasta ahora. La salida es el fortalecimiento de la sociedad.Los frentes
Brasil Popular y el Pueblo Sin Miedo, junto a movimientos sociales,
populares y estudiantiles, centrales sindicales, partidos políticos,
tradiciones religiosas y entidades de la sociedad civil, firmaron un
documento ayer para el lanzamiento de una plataforma de emergencia para
enfrentar la pandemia y la crisis brasileña.
La intención de esa Campaña es movilizar al pueblo para concientizar
sobre la barbarie que está atravesando Brasil con este desgobierno y
presentar propuestas para la salida a esa situación insostenible. Con
esto se abrió una cuenta para las personas firmen pidiendo la salida de
Bolsonaro y su gobierno y en defensa de la vida. Pero también para
llamar a la población para tener elecciones directas, pero dentro de la
ley, con transparencia y sin campañas de noticias falsas y elecciones manipuladas.
También como una acción de resistencia y ayuda, el neurocientífico e
investigador Miguel Nicolelis creó un Proyecto llamado Mandacaru (una
especie de cactus que da flor pero en pleno sertão de Brasil), una red
voluntaria y solidaria para proponer acciones científicas en
contraposición a la oscuridad y el negacionismo de la ciencia en Brasil.
Ese proyecto está vinculado al Comité Científico del Nordeste para el
enfrentamiento del COVID-19, donde Nicolelis es uno de los
coordinadores. Ese comité
está vinculado al Consorcio Nordeste, que es una iniciativa conjunta de
los gobernadores, para proponer acciones en diversas áreas, pero ahora
fundamentalmente para controlar la pandemia.
El canal de Youtube del Partido de los Trabajadores
está haciendo entrevistas con parlamentarios y personas del medio
académico y científico, reuniones y plenarias, para dar al pueblo una
alternativa comunicacional, pero también de formación política. Los
canales Rede TVT, Brasil de Fato, Fundación Perseu Abramo, Movimiento Sin Tierra,
y otros tantos buenísimos canales comprometidos en hacer una
comunicación transparente y fiel a los hechos de la historia, son
ejemplos que hacen que la esperanza no muera y que vidas puedan ser
salvadas a través de la solidaridad, el compromiso con la democracia y
el estado de derecho. Pero también la construcción de un Brasil más
justo, menos desigual e inclusivo.