Sergio Arancibia /Resumen Latinoamericano /24 de abril de 2020
Toda esta pandemia en que estamos inmersos ha obligado a que los medios de comunicación, y la ciudadanía en su conjunto, se vean enfrentados a nuevos términos, que no siempre se comprenden en toda su real significación. Uno de esos términos es el referido al peak de la enfermedad. Se repite permanentemente que no hemos llegado todavía, en Chile, al peak de esta pandemia, y se asume, implícitamente, que llegar a esa situación constituye una suerte de meta a alcanzar – o por lo menos un punto en que podemos tener un respiro de alivio – y que supuestamente ese punto se alcanzaría en las próximas semanas o en algún momento del mes de mayo.
Pero ¿qué significa alcanzar el peak?
Ese nivel se alcanza cuando la cantidad de nuevos contagiados se iguala al número de recuperados. Por ejemplo, para poner las cosas en sencillo, podemos suponer que se generan 1.000 nuevos contagiados diarios, durante varios días seguidos, y que, al mismo tiempo, 1.000 casos de personas que estuvieron calificadas como contagiados dejaron diariamente de estarlo, es decir, se mejoraron.
En números reales, el día 23 de abril, hubieron 516 nuevos contagiados y 418 personas que abandonaron la condición de contagiados. Son más los que entran en esa triste categoría que los que salen. El día anterior hubo 464 nuevos casos, y 417 recuperados. El día 21 de abril, 325 nuevos casos y 284 mejorados. Y así. Siempre, hasta hoy, los nuevos casos son más que los recuperados. No hemos, por lo tanto, alcanzado el peak de esa pandemia.
Pero cuando lleguemos a ese peak, eso no significará que la epidemia se haya detenido, que hemos ganado esa pelea y que podemos respirar aliviados y satisfechos. No. Significa – tomando nuevamente un caso numérico meramente ilustrativo – que los contagiados son 15 mil, y cada día se contagian 1.000 nuevos ciudadanos y se mejoran 1.000 de los anteriores enfermos. La cantidad total de contagiados se mantiene en 15 mil, pero, además eso significa que la pandemia sigue presente en el seno de la población nacional, pues esas cifras indican que cada día aparecen 1.000 nuevos contagiados. Mil entran como contagiados y mil salen. Pero como hay mil nuevos enfermos, si esos números se sostienen en el tiempo, eso significaría que, de mil en mil, podría llegar a enfermarse una gran cantidad de hombres y de mujeres del país.
Supongamos que se termina contagiando el 50 % de la población nacional, sin movernos ni para atrás ni para adelante en lo que se refiere al peak de la enfermedad. De los 19 millones que son los chilenos hoy en día, se podrían enfermar 9 millones 500 mil. Si de todos los enfermos se muere aproximadamente el 1%, eso significa que tendríamos que lamentar la muerte de 92 mil compatriotas, fundamentalmente nuestros viejos.
No podemos, por lo tanto, conformarnos con llegar cuanto antes al peak de la enfermedad. No podemos conformarnos con que la cantidad de enfermos diarios sea igual a la cantidad de recuperados. Hay que luchar, con todas las fuerzas y con todas las herramientas con que cuente el país, para que la cantidad de recuperados sea la mayor posible, y la cantidad de nuevos contagiados sea la menor posible y que el momento del peak sea solo punto de pasada en esta lucha. Esa, y solo esa, tiene que ser la gran meta nacional.
El Clarín*