Diana Manzo /Resumen Latinoamericano, 27 de abril de 2020
Los pedidos de los trajes regionales se interrumpieron al cancelarse las fiestas tradicionales en el Istmo de Tehuantepec por la pandemia del COVID- 19 y eso provocó una crisis en la economía de las artesanas zapotecas, quienes, para recuperarse, tejen y bordan cubrebocas.
“Bellas Juchitecas”, así se llama la agrupación conformada por 20 artesanas de Juchitán Oaxaca, quienes buscan posicionar mascarillas que ellas mismas confeccionan con tejidos tradicionales que se plasman en las enaguas y huipiles.
Para su elaboración usan cuatro tipos de tela, dos cubiertas de algodón, un pellón blanco y tela satín donde se coloca el bordado, de tal forma que sea protectora y segura para el usuario, además de que es lavable.
Las artesanas tienen de 13 a 60 años de edad y la mayoría con más de 20 años de experiencia elaborando trajes regionales, pero que a partir de esta pandemia por primera vez elaboran cubrebocas
Hace una semana comenzaron a bordarlas a propósito de la entrada en vigor de la fase 3 que sugiere el uso obligatorio de un cubrebocas en espacios públicos, por lo que esperan que sus ventas se logren y puedan mejorar la crisis económica que viven.
En los bastidores de madera colocan la tela previamente diseñada y con aguja e hilo multicolor bordan y tejen cada una de las mascarillas, todo es un trabajo artesanal que les lleva entre 8 y 10 horas concluir cada uno.
Cada cubreboca tiene un costo de cien pesos, que aseguran las artesanas es una cuota de recuperación debido a las necesidades económicas que tienen debido a la contingencia.
Muchas de ellas, viven al día y sus esposos tampoco tienen un salario fijo, en su mayoría son obreros, por lo que la necesidad de sobrevivir a la pandemia del COVID- 19 han optado por confeccionar mascarillas con atuendo tradicional.
De marzo a mayo, cada artesana confeccionaba entre 3 a 5 trajes regionales, pero todo se interrumpió, los clientes cancelaron los pedidos, por lo que decidieron hacer cubrebocas y recuperar algo de su inversión económica.
Sarahí Flores Rasgado, artesana de más de 10 años de experiencia explica que a falta y cancelación de atuendos tradicionales, se vieron obligadas a confeccionar cubrebocas y así tener un sustento familiar para pasar esta cuarentena.
“Creímos que todo pasaría muy rápido, pero ya vemos que no, esta cuarentena se ha extendido y por eso decidimos seguir con lo que sabemos hacer, que son los bordados y tejidos, nosotras vivimos al día, no tenemos un salario fijo, ahora esperamos que con estas ventas podamos lograr recuperar al menos lo que invertimos mientras pase la crisis de esta enfermedad”.
Se reúnen todas las tardes y entre varias van tejiendo cada uno, se ayudan, se complementan en sus hilos y tejidos, las 20 artesanas lo que anhelan son pedidos y compras, por lo que están abiertas a la distribución a nivel nacional e internacional.
“Pedimos que nos ayuden adquiriendo una mascarilla, sabemos que el precio lo vale, porque son tejidos tradicionales elaborados artesanalmente, le dedicamos tiempo y esfuerzo, esto lo hacemos porque deseamos mejorar nuestra economía en plena crisis por el COVID-19, por ahora es nuestra única forma que tenemos de obtener ingresos para nuestras familias”, concluyeron.
Las artesanas son: Sarahí Flores Rasgado, Sirena Ramírez Rasgado, Sahory López Ramírez, Elianeth Aquino Rasgado, Manuela Rasgado García, Juana Villavicencio Morales, Valentina Aquino Rasgado, Rosita Santiago Regalado, Lucero Rasgado García, Florina Vásquez Nicolás. Lucía Ruiz Vásquez, Lucero Sánchez Toledo, Beatriz Ramírez Rasgado, Luz Elena Aquino Rasgado y Angélica María Rasgado García.
Fuente: IstmoPress