Resumen Latinoamericano, 21 de mayo 2020—
Solamente un hospital de los 16 existentes en el noreste de Siria está en pleno funcionamiento y más de la mitad de los centros de salud pública están fuera de servicio, una realidad que complica el escenario sanitario en medio de la pandemia de la Covid-19.
La escasez de agua interrumpe la vida diaria y debilita la capacidad de la gente para tomar las precauciones higiénicas básicas contra la enfermedad causada por el coronavirus SARS-Cov‑2.
En algunos lugares, los generadores se han convertido en la única fuente de energía. Las familias han sido desplazadas repetidamente, a menudo sin más remedio que regresar a las ciudades y pueblos donde los servicios públicos colapsaron.
«Para millones de personas en el nordeste de Siria, las consecuencias de los enfrentamientos, la escasez de agua, alimentos y medicamentos, la falta de electricidad, la recesión económica con la pérdida de empleos y el aumento de los precios son tan preocupantes como el coronavirus, y posiblemente lo sean aún más en este momento», dijo Karim Mahmoud, jefe de la oficina del Comitè Internacional de la Cruz Roja (CICR), en Hassakeh.
«Existe el riesgo de que las crisis profundas se agraven, ocultas a plena vista, mientras la atención del mundo se centra en el coronavirus. La comunidad internacional, los actores humanitarios y los donantes deben responder a la pandemia sin perder de vista las necesidades crónicas relacionadas con los conflictos en lugares como el noreste de Siria», dijo Fabrizio Carboni, director regional del CICR para Oriente Próximo y Medio en Ginebra.
Junto con la Media Luna Roja Árabe Siria, el CICR está respondiendo a las necesidades más apremiantes, llevando a cabo reparaciones urgentes en la infraestructura de agua, distribuyendo alimentos y comidas calientes diarias a las personas más vulnerables, y apoyando los servicios de salud en las comunidades y en los campamentos.
La escasez de agua sigue siendo una de las principales preocupaciones de la población civil en las gobernaciones de Hassekeh, Deir Ezzor y Raqqa.
Fuente: Al Mayadeen