La Junta de Andalucía, a través de su consejero de educación y deporte, Javier Imbroda, ha anunciado la medidas que el gobierno de la Junta de Andalucía va a aplicar en la final de la Copa del Rey de fútbol que se disputará en Sevilla, en fecha por determinar, entre los equipos vascos del Athletic de Bilbao y la Real Sociedad de San Sebastián.
La solución que se le ha ocurrido a este “cerebro” es tan novedosa que a nadie se le había ocurrido en las finales de Copa del Rey celebradas en años anteriores donde el himno de España y su Rey fueron recibidos con sonoras pitadas por las aficiones vascas y catalanas en varias ocasiones.
La novedad de esta edición de Copa del Rey para evitar las pitadas no van a ser medidas policiales como se intentó en ocasiones anteriores para evitar que los aficionados entraran en el estadio con instrumentos de ruido, ni siquiera las recurrentes amenazas de multas y sanciones a los club participantes.
El arma “secreta” de la Junta de Andalucía para evitar la pitada va a ser la “pedagogía”: «No dude usted que trataré de hacer pedagogía y transmitiré a esas fantásticas aficiones que respeten los símbolos nacionales que a todos nos representan», ha dicho Imbroda, en respuesta a una pregunta sobre la Copa realizada en el Parlamento andaluz por el diputado Francisco José Carrillo, de su mismo partido, Ciudadanos.
El también exseleccionador español de baloncesto, ha añadido que confía en «que prevalezca ese respeto que todos nos debemos, estemos o no de acuerdo. Eso lo trasladaré, no lo dude usted», se ha comprometido el consejero andaluz antes de recordar que ya habló con el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, sobre las pitadas al himno español en las últimas finales de Copa.
Sin duda, las aficionadas vascas que acudan a Sevilla, tras escuchar al Sr. Imbrada decirles que los símbolos españoles nos representan a todas y que el Rey de España es una persona que merece todo nuestro respeto, recapacitarán y se abstendrán de pitar el himno.
Esta forma tan infantil de tratar las pitadas al himno de España y a su Rey, nos harían gracia y serian motivo de chascarrillos y bromas si no fuera porque este señor representa a las andaluzas y porque muchas andaluzas sentimos verguenza de estos representantes que hacen que todos los andaluces aparezcamos como “idiotas” a los ojos del mundo.
Pensar que las pitadas se producen porque vascos y catalanes no llegan a entender el significado de los símbolos de España y de su Rey y que por lo tanto el problema se puede solucionar con “pedagogía”, es decir, explicando a vascos y catalanes las bondades de España, de su Régimen y de su Rey, es demostrar lo que muchas andaluzas ya sabían: tenemos en el gobierno andaluz ejemplares únicos del “homo imbecilis”.
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