Resumen Latinoamericano, 28 mayo 2020
Informe de la OLP-Resistir y Luchar
A pesar de lo que diga el Presidente Alberto Fernández, la conducta prepotente de muchos empresarios continúa vigente en la cuarentena de clase.
Como todos sabemos en medio del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) la producción de alimentos es considerada una actividad prioritaria.
El dia martes 26 de Mayo, la patronal de INDUMEAT, una tercerizada de ECOCARNES, provocó un conflicto al repetir el método de no pagar la quincena atrasada, a los súper explotados que tiene en su listado dentro de la planta.
Los compañeros (todos varones), primero hablaron con el encargado quién no resolvió nada, y luego con el Jefe de Personal, Raul Quintana.
En momentos que se realizaba esta reunión con Quintana, alguien avisó que se había prendido fuego a no se sabe qué lugar del frigirifico, pero aún así se continuó la reunión hasta terminarla sin lograr un acuerdo y por ello los trabajadores se negaron a seguir trabajando.
Al día siguiente les negaron el ingreso bajo la acusación que ellos habían provocado el incendio.
Los trabajadores sin saber qué hacer, recurrieron al cuerpo de delegados de planta quienes son conocidos por su filiación de izquierda y de actitud combativa.
Sin embargo estos les hicieron el vacío, y los laburantes decidieron horas después, realizar un piquete en los portones de la Planta.
A las 18 hs como eran pocos levantaron la medida y convocaron para este jueves a una Asamblea a las 09hs y Olla Popular a las 11hs ahí mismo.
La patronal hizo su movida y en horas de la mañana temprano fue hablando por teléfono uno por uno con los compañeros citándolos en una oficina de la Capital adonde les pagarían salarios caídos e indemnización.
Esto dividió al grupo y mientras una parte de los despedidos se fue a la Vapital, otros trabajadores se presentó frente al Frigorífico.
Luego de dos tensas horas en las que trataban de decidir qué hacer, las organizaciones presentes en solidaridad, como la OLP «Resistir y Luchar», aconsejaron a realizar la Olla popular a pesar que eran un pocos.
Cuando la patronal se percató de los primeros preparativos para montar la Olla, el Jefe de Personal salió de la Planta a «dialogar».
Propuso que entraran de a uno a cobrar sus ingresos atrasados. Así fue, y uno por uno fueron cobrando una liquidación trucha, sin la doble indemnización.
Al final de la jornada, los trabajadores quedaron en volverse a juntar la semana que viene con la intención de obligar a la patronal a llegar a un acuerdo por todo lo que queda pendiente.
Una clase sin dirigentes.
Lo cierto es que el vacío dejado por el cuerpo de delegados, no se puede tapar con una publicación de Facebook, y mucho menos la total ausencia del Sindicato de la Carne.
Esto pone de relieve, que en la mayoría de las luchas, las compañeras y compañeros en los lugares de trabajo están solos, abandonados por las direcciones sindicales de sus organizaciones naturales.
Y como nada sale de un repollo, es indudable que el escenario de luchas está marcado por el infame contubernio (pactos a espaldas de los trabajadores) firmado por la CGT, cuya base es la rebaja salarial del 25%.
Mientras la recesión se instala en nuestro país en la forma de suspensiones, despidos y hambre, el gobierno capitalista y las patronales continúan ahogando a la clase trabajadora bajo la losa de presión de una cuarentena de clase en la que además de explotación, hambre y estafas salariales, nuestra clase sufre asedinatos y femicidios.
Pero así también, en medio de tantas angustias, como contrapartida, también crece la solidaridad y el auxilio.
Este jueves frente al Frigorífico se presentaron delegaciones obreras del Frigorífico Rioplatense, de Fate, del Suteba Tigre, de Stani/Cadbury, y de un Call Center de la zona, así como la presencia de nuestra OLP «Resistir y Luchar» en auxilio de nuestros hermanos de clase.
La semana que viene probablemente haya una nueva convocatoria de los despedidos, porque la sangre en el ojo por tanta impunidad no es fácil de ocultar y lentamente por aquí y por allá se va incrementando una todavía silenciosa angustia y rencor social, entre la que hay algunos destellos de «no se aguanta más» indicando un hartazgo en ciernes.