Resumen Latinoamericano, 28 mayo 2020
«EL PUEBLO SALVANDO AL PUEBLO»
Hoy, asambleas de 114 villas pudimos decirle a otra villa que no lucha
sola, que somos miles, que acá estamos. Hoy pudimos llevar un respaldo
urgente a la situación del barrio, desde la organización popular de
nuestros demás barrios. Y sí, pudimos contarles a los 5 mil vecinos de
Villa Azul que, complementando los módulos alimentarios de los
municipios, hoy habrá también viandas
calientes en cada puerta, con carne, con fruta, con agua mineral. Y eso
no lo pudimos hacer solos, lo pudimos hacer gracias a ustedes, que nos
vienen dando vapor desde que comenzó toda esta película de terror.
Ustedes lectores, ustedes actrices, ustedes doctores, ustedes
futbolistas, ustedes enfermeras, ustedes monotributistas, ustedes
cartoneras, ¡ustedes! Toda esa inmensa masa de comunidad nos permitió
articular la solidaridad del pueblo con, tal vez, la única buena noticia
que recibimos entre tanto estupor: la percepción de una sensibilidad
mayor, que viene imponiéndose sobre el statu quo, incluso en sectores
históricamente reacios a las causas populares e incluso en el universo
de los medios, donde tantos gritos de dolor quebraron por fin al
silencio de la televisión.
Porque sí,
el terror se basa en la incomunicación.
Pero el amor se basa en la mancomunión de las oportunidades, que
conforman este poderoso pulmón de las sociedades que hoy piden
desesperadamente un respirador, para inhalar este mundo y exhalar uno
mejor. Sólo así podemos explicarlo, sólo así podemos asimilarlo: uno,
diez, doscientos, miles de artistas y trabajadores conmovidos por la
crueldad y la precariedad que desnuda el coronavirus, decidieron poner
en marcha una campaña de donaciones que ya se volvió el reaseguro de
nuestra dignidad, #ContagiáSolidaridad.
Comprometiéndose y organizándose, muchísimas personalidades afectadas
por el inevitable congelamiento de los espectáculos masivos en vivo,
decidieron motorizar un engranaje humanitario no sólo para darnos
oxígeno frente al colapso alimentario, que ya presentamos de manera
cruda y pormenorizada frente a las autoridades de Nación, Capital y
Provincia, sino también para reactivar toda esa capacidad ociosa que
mantiene agonizando a tantas pymes del entretenimiento, que fueron las
primeras en cerrar y de seguro serán las últimas en reactivar.
Colateralmente paradas, pero habilitadas, en afán de colaborar, pequeñas
empresas culturales, gastronómicas o logísticas estarán activando
coordinadamente, para darnos una mano salvaguardando el empleo de
muchísima gente. Y como entendemos la cuarentena, porque cada vida vale
la pena, hoy sólo nos proponemos sumar: que se mueva la economía y
nuestro pan de cada día, que no puede faltar.
Ya lo van a ver,
literalmente lo van a ver.
Varias tapas de La Garganta y otras figuras que se han ido acercando,
estarán motorizando donaciones por todas las redes y canales posibles,
en pos de generar los recursos que permitan comprar al costo los insumos
urgentes que toda esa industria puede producir, ahora que no habrá
catering para los partidos de fútbol, ni grupos electrógenos en los
recitales, ni baños químicos en las fiestas, ni masitas para los
eventos. Así, asumiendo que no ganarán plata esta vez, muchos
proveedores ligados al teatro y la música podrán socorrer abajo y
sostener al personal propio, abaratando significativamente los costos y
agilizando la provisión de alimentos, pañales, bebidas, baños químicos
para los comedores, trajes sanitarios para cocineras, generadores,
garrafas y productos de limpieza, que por supuesto no vienen a emparchar
los baches del Estado, ni a reemplazarlo, ni a entorpecerlo, sino a
ofrecer una respuesta inmediata para los distintos distritos, sin
distinción de color gobernante, porque sin dudas hace falta una
redistribución de la riqueza, con un programa real para resolver la
pobreza estructural. Y eso, lamentablemente, hoy lo puede comprobar
cualquiera. Pero el hambre no espera: necesita de nosotros y nosotras,
articulando con otros y otras, porque ahí tenemos la humanidad que no
supimos encontrar otrora.
Si queremos una nueva normalidad,
¡vamos a empezar ahora!