Cuba, Raúl Antonio Capote, Resumen Latinoamericano, 1 de mayo del 2020
El investigador
social y escritor nacido en Argentina Marcelo Colussi, escribió «no debemos
olvidar nunca que el enemigo no es el guardaespaldas del amo: sigue siendo el
amo».
El amo entrenó a
los ejércitos latinoamericanos en la Escuela de las Américas en Panamá, por
años sede del Comando Sur de las fuerzas estadounidenses, no para enfrentar
agresiones externas, los preparó para enfrentar al pueblo, fueron entrenados en
los más despiadados métodos de guerra sucia, fueron enseñados a matar, violar,
torturar, aterrorizar.
Cuando cambiaron
los tiempos y la amenaza real de que el enfrentamiento popular a las dictaduras
llevara a una radicalización de la lucha, que condujera a procesos
revolucionarios profundos, mediatizaron esos procesos, lograron salvar las
esencias de su poder en el continente y los militares regresaron a los
cuarteles.
Las llamadas transiciones
a la democracia preservaron el poder de las élites, durante unos años, todo les
fue bien, pero Venezuela dio la clarinada y de nuevo «el yugo lanzó», los demás
pueblos siguiendo el ejemplo de Caracas, comenzaron a cambiar la realidad
preconcebida por el amo.
El amo había
exigido ceñudo «No más Cubas» y la pequeña isla se multiplicaba rebelde por
todas partes. Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua,
lideraron el proceso de cambios progresistas, dentro de las estructuras del
estado burgués.
Pero no pueden
haber cambios revolucionarios permanentes sin educación política, no es solo
dar, es comprometer, educar, hacer partícipes de los cambios a las amplias
masas del pueblo, sectores importantes de la clase media y los pequeños
burgueses, muchos de ellos surgidos gracias al desarrollo económico alcanzado
en los años de la primavera progresista, se volvieron enemigos acérrimos de los
gobiernos de izquierda, a los que comenzaron a ver como el impedimento a sus
ansias de llegar a la cumbre y convertirse en parte de la oligarquía.
Una «inesperada»
contrarrevolución conservadora, sobre la base de una estrategia bien concebida
por el amo, comenzó a actuar con éxito, inició la reconquista neoliberal.
Las embajadas
estadounidenses, con amplia tradición en golpes de estado y subversión política,
Paraguay 1954, Guatemala 1954, República Dominicana 1963, Brasil 1964,
Argentina 1976, Bolivia 1971, Uruguay 1973, Chile 1973, se convirtieron en la
base logística e ideológica de la ofensiva.
Hoy los pueblos se
alzan contra los proyectos neoliberales, la derecha latinoamericana no tuvo
otro expediente que aplicar, al llegar al poder hicieron lo de siempre, no hubo
propuesta nueva, ni intento nacionalista auténtico, la gente volvió a sentir el
peso del yugo.
El pueblo chileno,
ciudadanos de la vitrina neoliberal del oasis capitalista, se levanta, y de
nuevo salen los guardaespaldas del amo a reprimir, Bolivia se rebela, los
pueblos originarios pelean en las calles contra la traición, el amo tiene
miedo.
El enemigo, sigue
siendo el amo al norte del Río Bravo, que se niega a aceptar que los tiempos
han cambiado, su élite cavernícola e ignorante no puede entender que nada podrá
detener la marcha de la historia.
El enemigo verdadero no es el guardaespaldas del amo: sigue siendo el amo, pero eso no excluye la responsabilidad histórica de quienes usan las armas contra el pueblo al que deben defender.
Tomado de Granma (Colaboración de RC)