Boli­via iría a elec­cio­nes gene­ra­les el pró­xi­mo 6 de septiembre

Por Veró­ni­ca Zapa­ta*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 junio 2020

El pre­si­den­te del Tri­bu­nal Supre­mo Elec­to­ral de Boli­via, Sal­va­dor Rome­ro anun­cio final­men­te que envia­rá un pro­yec­to de ley a la Asam­blea Legis­la­ti­va que fija­ra un nue­vo pla­zo para rea­li­zar las elec­cio­nes gene­ra­les has­ta el 6 de sep­tiem­bre. El can­di­da­to pre­si­den­cial por el M.A.S. Luis Arce Cata­co­ra infor­mó que su fuer­za polí­ti­ca via­bi­li­zó un acuer­do con las demás fuer­zas polí­ti­cas para con­cer­tar que la fecha de elec­cio­nes sea el pró­xi­mo 6 de septiembre.

El T.S.E. Infor­mo que en las pró­xi­mas sema­nas se definirán
los pro­to­co­los para que en las acti­vi­da­des pre­pa­ra­to­rias y la mis­ma jornada
elec­to­ral se cum­pla con las debi­das medi­das de pro­tec­ción, tan­to de distanciamiento
social como de equi­pa­mien­to, a par­tir de reco­men­da­cio­nes de auto­ri­da­des nacionales
y exper­tos inter­na­cio­na­les. Por otra par­te, el secre­ta­rio gene­ral de la O.N.U.
reali­zo un pedi­do a los par­ti­dos y auto­ri­da­des para que coope­ren con el T.S.E.
en la cele­bra­ción de elec­cio­nes pací­fi­cas, tras­pa­ren­tes e inclu­si­vas: “A
soli­ci­tud del T.S.E. y con el apo­yo de la Unión Euro­pea, Sue­cia, Cana­dá y el
Rei­no Uni­do, las Nacio­nes Uni­das segui­rán brin­dan­do asis­ten­cia téc­ni­ca al
Órgano Elec­to­ral Plu­ri­na­cio­nal, inclu­so sobre las medi­das de miti­ga­ción que
per­mi­tan que las elec­cio­nes se lle­ven a cabo en las mejo­res condiciones
sani­ta­rias posi­bles”, sostuvo.

La lucha del pue­blo boli­viano para exi­gir elecciones
generales.

El 3 de mayo pasado
se pos­ter­ga­ron las elec­cio­nes gene­ra­les en el país por la emer­gen­cia sanitaria.
De esta mane­ra, por segun­da vez se ven­ció el pla­zo del man­da­to del llamado
“gobierno de tran­si­ción” de Áñez. El pri­mer ven­ci­mien­to fue el 22 de enero
cuan­do la pre­si­den­ta de fac­to, se auto pro­rro­gó el man­da­to jun­to a la asamblea
legis­la­ti­va has­ta el 3 de mayo, en un accio­nar de ava­sa­lla­mien­to al derecho
jurí­di­co. La inten­ción de los gol­pis­tas es de vol­ver a auto pro­rro­gar­se el
man­da­to, pero esta vez, de mane­ra inde­fi­ni­da uti­li­zan­do la pan­de­mia como estrategia
para man­te­ner­se de mane­ra inde­fi­ni­da en el poder, lo que fue recha­za­do por las
orga­ni­za­cio­nes sociales. 

El pue­blo boliviano
exi­ge la rea­li­za­ción de las elec­cio­nes gene­ra­les para ele­gir un gobierno legítimo
y con lide­raz­go para con­vo­car a cada sec­tor de la socie­dad con el fin de
enfren­tar en con­jun­to la situa­ción dra­má­ti­ca de cri­sis sani­ta­ria y económica
que atra­vie­sa el país. Has­ta el momen­to el gobierno de fac­to no ha podido
garan­ti­zar los ele­men­tos bási­cos para enfren­tar el Covid-19, reac­ti­vos y
res­pi­ra­do­res mecá­ni­cos, des­atan­do el colap­so sani­ta­rio en Beni y San­ta Cruz. El
país se ha endeu­da­do vía F.M.I. y B.M., pero no se cono­ce el des­tino de los
fon­dos, pues no se obser­van en inver­sión en sis­te­ma sanitario. 

El 29 de abril se realizó
el pri­mer cace­ro­la­zo y petar­da­zo masi­vo a nivel nacio­nal en ple­na cuarentena
para exi­gir al T.S.E. que fije fecha de elec­cio­nes. Tras la pre­sión del pueblo,
el 30 de abril se san­cio­nó la Ley 1.297 de Pos­ter­ga­ción de las Elec­cio­nes Generales
que dio un pla­zo de 90 días para que el tri­bu­nal elec­to­ral fija­ra la fecha de las
elec­cio­nes gene­ra­les has­ta el 3 de agos­to. Áñez recha­zo la medi­da y pre­sen­tó un
ampa­ro de incons­ti­tu­cio­na­li­dad al Tri­bu­nal cons­ti­tu­cio­nal, y diferentes
gol­pis­tas siguie­ron la mis­ma línea y fue­ron rechazados.

Para lograr que se
vuel­va a retor­nar el tema elec­to­ral y reen­cau­zar al país en la vía democrática,
el pue­blo boli­viano sos­tu­vo una fuer­te lucha con medi­das de pre­sión en plena
cua­ren­te­na. Se rea­li­za­ron cua­tro cace­ro­la­zos y petar­da­zos con acatamiento
abso­lu­to, mar­chas de pro­tes­tas y nume­ro­sos blo­queos en dife­ren­tes regio­nes del
país. El pri­mer cace­ro­la­zo fue el miér­co­les 29 de abril, y los domin­gos 10, 24 y 31 de mayo a las 19 horas. Duran­te el
pri­mer y exi­to­so cace­ro­la­zo, en UNITEL el prin­ci­pal medio de comu­ni­ca­ción funcional
al gol­pe de esta­do, dis­tor­sio­na­ban la reali­dad y afir­ma­ban que el contundente
recla­mo tenía el obje­ti­vo de exi­gir la anu­la­ción de la per­so­ne­ría jurí­di­ca del
M.A.S. Uno de los blo­queos más impor­tan­tes se lle­vó a cabo en kara kara, ciudad
situa­da al sur de Cocha­bam­ba don­de se des­ató una fuer­te repre­sión con gases
lacri­mó­ge­nos y bali­nes. Tam­bién, en El Alto se repri­mió y los mili­ta­res manosearon
a una mujer mien­tras era detenida.

Ante el éxi­to de
los cace­ro­la­zos que se vivie­ron como una “noche de fes­te­jo de año nue­vo” en
Boli­via, el gobierno de fac­to deci­dió des­ple­gar a los mili­ta­res en las principales
ciu­da­des para ame­dren­tar y hacer gala de su fuer­za. Diver­sos recla­mos se fueron
suma­do a las pro­tes­tas, entre ellos, la fle­xi­bi­li­za­ción de la cua­ren­te­na para
poder ini­ciar las acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas para sobre­vi­vir en medio de la
pan­de­mia del Covid.19, el recha­zo a los nume­ro­sos casos de corrup­ción del
gobierno de fac­to, el cese de la per­se­cu­ción polí­ti­ca y encar­ce­la­mien­tos, la
dero­ga­ción del decre­to que per­mi­te el uso de semi­llas trans­gé­ni­cas, etc., fue­ron cal­dean­do den­sa­men­te el cli­ma polí­ti­co y
social en el país las últi­mas semanas.

Ante la lucha del
pue­blo boli­viano, el gru­po para­mi­li­tar “Resis­ten­cia Juve­nil Cocha­la”, se
reor­ga­ni­zó y lla­mó a ata­car a los movi­mien­tos socia­les si estos con­ti­nua­ban con
los blo­queos, el pedi­do de elec­cio­nes, y como con­tra­de­man­da exi­gie­ron el cierre
de la asam­blea legis­la­ti­va y la pos­ter­ga­ción de las elecciones.

Por otro lado, una ins­ti­tu­ción que en el pasa­do apo­yó a Áñez como la iglesia
le reali­zó fuer­tes cri­ti­cas. El 10 de mayo el pre­si­den­te de la conferencia
epis­co­pal de Boli­via (C.E.B.) Mon­se­ñor Ricar­do Cen­te­llas cri­ti­co a Áñez por “preo­cu­par­se
dema­sia­do” en repar­tir car­gos a fami­lia­res y pro­rro­gar su man­da­to y no
dedi­car­se con efi­cien­cia a cui­dar la
salud de las y los bolivianos. 

Ofen­si­va mili­tar a la asam­blea legis­la­ti­va para evitar
elecciones.

La situa­ción
polí­ti­ca y social de cri­sis tuvo su pico el 21 de mayo cuan­do el coman­dan­te en
jefe de las F.F.A.A. de Boli­via general
Ser­gio Ore­lla­na ingre­só a la asam­blea legis­la­ti­va para dar un ulti­má­tum con pla­zo de una sema­na con
el fin de que se aprue­be una lis­ta de ascen­sos de mili­ta­res pre­sen­ta­da a la
asam­blea por Áñez en febre­ro pasa­do, y que la cáma­ra recha­zó el 18 de mayo siguiendo
la nor­ma­ti­va cons­ti­tu­cio­nal que esta­ble­ce que: “La pro­pues­ta de ascen­sos debe
ser envia­da por el eje­cu­ti­vo al sena­do para que esta cáma­ra en sesión reservada
aprue­be o recha­ce la pro­po­si­ción”. Eva Copa, la pre­si­den­ta del sena­do rechazó
las ame­na­zas, sos­tu­vo que no era indis­pen­sa­ble tra­tar ascen­sos en plena
pan­de­mia del Covid-19, y que ello debe­ría rea­li­zar­se pos­te­rior a la elec­ción de un gobierno democrático.

Evo Mora­les definió
a esta situa­ción como el ter­cer gol­pe, el pri­me­ro con­tra su per­so­na el 10 de
noviem­bre del 2019, el segun­do el 22 de enero cuan­do Áñez se auto pro­rro­gó el
man­da­to, no con­vo­có a elec­cio­nes gene­ra­les, se man­tu­vo en el poder y se
pre­sen­to como can­di­da­ta pre­si­den­cial para una pró­xi­ma elec­ción. Y un tercer
gol­pe o “auto­gol­pe” ante la ame­na­za de cerrar la Asam­blea Legis­la­ti­va y
gober­nar por la vía mili­tar como úni­ca opción con cie­rre de la asamblea
legis­la­ti­va de la cual dos ter­cios per­te­ne­cen al M.A.S., la dero­ga­ción de la Constitución
Polí­ti­ca de Esta­do, retro­tra­yén­do­la la de 1994 con el obje­ti­vo de evi­tar el
pro­ce­so elec­to­ral. Vol­ver a la cons­ti­tu­ción de 1994 impli­ca­ría disol­ver el Estado
Plu­ri­na­cio­nal y res­ta­ble­cer la Repú­bli­ca, con la con­si­guien­te exclu­sión de la vida polí­ti­ca y de la
dis­tri­bu­ción de la rique­za del país a los indí­ge­nas y a las mujeres.

Ante­rior­men­te el 10
de mayo Evo Mora­les reali­zó una gra­ve acu­sa­ción y exi­gió por Twitter
expli­ca­cio­nes al jefe de las F.F.A.A. que ame­na­zó a los asam­bleís­tas: “El
coman­dan­te en jefe Ore­lla­na, debe infor­mar al país por qué y para qué los nor­te­ame­ri­ca­nos entre­ga­ron en el estado
mayor el pasa­do 14 de abril, paque­tes de dine­ro y con qué fin los comandantes
reci­ben 50 mil dóla­res por día”.

Esta situa­ción de ofensiva
mili­tar a la asam­blea legis­la­ti­va, últi­mo bas­tión demo­crá­ti­co e ins­ti­tu­cio­nal en pie den­tro del país pos golpe
d esta­do, se lle­vó a cabo con el silen­cio cóm­pli­ce de Áñez y su gabi­ne­te, de los
fuer­zas polí­ti­cas de dere­cha de Fer­nan­do Cama­cho y Car­los Mesa, principalmente,
y de los sec­to­res civi­les empre­sa­ria­les, medios de comu­ni­ca­ción, etc., que
apo­ya­ron el gol­pe de esta­do del 10 de noviem­bre del 2019. Por otro lado, fue
fuer­te el repu­dio a nivel mun­dial por el accio­nar anti­de­mo­crá­ti­cos del jefe de
las F.F.A.A. Ser­gio Ore­lla­na a quien se
le pidió la renun­cia y se le exi­gió res­pe­tar la cons­ti­tu­ción nacio­nal que en su
Art. 245 afir­ma: “Las F.F.A.A. son una ins­ti­tu­ción esen­cial­men­te obe­dien­te, no
deli­be­ra, no rea­li­za acción polí­ti­ca, y está suje­to a órde­nes del presidente”.

(*)Veró­ni­ca Zapata,
perio­dis­ta y psi­có­lo­ga boliviana.

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