Resumen Latinoamericano*, 14 junio 2020.-
Aproximadamente 200 activos policiales bolivianos están movilizados en las instalaciones, amedrentando al cuerpo diplomático mexicano y a exiliados del MAS.
El corresponsal de la cadena internacional teleSUR en Bolivia, Freddy orales, informó este domingo que varios activos policiales están movilizados en los alrededores de la residencia del embajador de México en La Paz.
Morales señaló que aproximadamente 200 efectivos se encuentran armados, con perros policiales y con artículos antimotines en la residencia de la Embajada mexicana, sitio donde se encuentran exiliados dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Aunque la Policía es manejada directamente por el Gobierno de facto, éste aún no se ha pronunciado al respecto. Morales recordó que a finales de diciembre de 2019 y principios de enero del 2020, se presentaron casos similares de amedrentaciones contra las instalaciones diplomáticas.
Policía amaga con allanar residencia de Embajada de México en Bolivia
Vecinos de la sede diplomática, en la que se encuentran asilados el exministro de la Presidencia de Bolivia Juan Ramón Quintana, y otros seis exaltos funcionarios del gobierno del gobierno Evo Morales, refirieron que la operación estuvo a cargo de unos 200 uniformados, con vehículos diversos de campaña.
Los policías, según la versión,
rodearon la residencia y cruzaron por la parte posterior un lindero que
marca el perímetros de la sede, previo al pequeño muro trasero de la
misma, que trataban de escalar.
El encargado de Negocios de la Embajada de México, Edmundo Font, encaró a los intrusos desde la sede y los increpó advirtiendo que lo que pretendían era una ilegalidad y un atentado contra territorio mexicano con inmunidad absoluta según la Convención de Viena..
Los informes obtenidos señalan que tras
aproximadamente 40 minutos de tensión y ante la decidida actitud del
funcionario mexicano, los policías recibieron órdenes de retirarse y se
fueron.
Otras fuentes indicaron que el encargado de Negocios
protestó telefónicamente ante autoridades del gobierno de facto de
Jeanine Áñez y exigió el retiro del asedio al inmueble, que es
custodiado por una veintena de agentes.
La provocación, como la
calificaron los informantes, fue precedida por rumores policiales de una
inminente intervención de la unidad de élite Fuerza Especial de Lucha
Contra el Crimen (Felcc) para allanar la residencia diplomática y
detener a los siete exfuncionarios allí asilados.
También en la
semana recién terminada, fue retirado el grupo de jóvenes violentos que
se mantuvieron durante siete meses asediando a la embajada y exigiendo
la entrega de los asilados, y que fueron tolerados por el gobierno pese a
las protestas mexicanas.
En días pasados se inició una campaña
internacional para exigir al gobierno de facto que, conforme a las
normas de asilo suscritas por el Estado boliviano, otorgue salvocondutos
a los asilados y permita que viajen a México.
El régimen de Áñez se niega a dotar de salvoconductos a los asilados y pretende que les sean entregados.
Opiniones recogidas en círculos políticos señalan que la provocación puede ser una maniobra desesperada de atraer apoyo de sectores de la población que aprobaron el golpe de noviembre pero han dejado de respaldar al régimen por escándalos que han mostrado su corrupción.
El pasado mes de diciembre, las autoridades de facto expulsaron a la embajadora mexicana en Bolivia, María Teresa Mercado, luego de que se reuniera con diplomáticos españoles para tratar el tema de los asilados políticos.
El acoso contra los diplomáticos mexicanos y los exiliados del MAS, se da en medio de un fuerte rechazo popular al Gobierno de facto por su manejo ineficiente de la pandemia y los masivos despidos y disminución de salarios a los trabajadores, lo que generó que la Central Obrera Boliviana se declarara en Emergencia.
*Fuente: teleSUR y Prensa Latina