Por Alfredo Torres /Resumen Latinoamericano, 15 de junio de 2020
El jueves pasado se celebró con bombos y platillos el acto oficial en el cual la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, le transfirió al Fideicomiso para el Desarrollo de Río Piedras varias propiedades municipales. Tan pronto vi la noticia, reaccioné tal como lo había hecho cuando el exsenador Ramón Luis Nieves me visitó en la Tertulia para darme la nueva de la creación del fideicomiso.
En el año 1952 Río Piedras dejó de ser municipio independiente cuando fue anexado, mediante un referéndum, al municipio de San Juan. Desde el 1946 hasta el año 1968 el municipio fue administrado ininterrumpidamente por la alcaldesa Felisa Rincón (PPD). En el 1968, tras la fundación del PNP, llegó Carlos Romero Barceló a la poltrona municipal por 8 años, luego Hernán Padilla (8), Baltazar Corrada del Río (4), volviendo el PPD con Héctor Luis Acevedo (8), Sila Calderón (4), regresa el PNP con Jorge Santini (12). Otra vuelta de tuerca trae al PPD con Carmen Yulín durante los últimos 8 años. La alcaldía de San Juan ha sido para todos el ascensor para subir a Fortaleza (con la excepción de Santini, venga Dios a saber por qué). Carmen Yulín juró que Fortaleza no estaba en su mira, pero como todos sabemos tampoco pudo resistirse a esa tentación. En 50 años, 7 planes distintos de desarrollo, cada uno inconcluso. Cada alcalde venía con su nuevo plan del plan del plan para su feudo.
Mientras tanto Río Piedras se fue hundiendo en medio de la batalla ppd-pnp por el control sanjuanero. Río Piedras siguió jalda abajo, y parece que subir la jalda fue como el imposible amor. Y junto con Río Piedras, la Universidad de Puerto Rico siguió barranco abajo, con el solo consuelo de ser un buen botín de guerra. El casco urbano se fue despoblando, las viviendas abandonadas a la suerte de los herederos, el comercio extinguiéndose, las barriadas El Amparo (borrado de la faz de la Tierra), Blondet, Capetillo, Buen Consejo y Venezuela perdieron su brillo y el deterioro pasó a ser el pan nuestro de cada día. Plaza Universitaria y el Tren Urbano, dos grandes embeleco$$$ que habrá que arrastrar hasta que la muerte nos separe, se convirtieron en los nuevos juguetes. La Universidad tuvo la oportunidad de adquirir buena parte de Santa Rita y los sectores aledaños a la Avenida Ponce de León y a la Avenida Universidad para convertirse en una verdadera ciudad universitaria (entre estudiantes, profesores y trabajadores tiene más población que muchos municipios). De la misma manera, con la construcción del Tren Urbano, con una forzada estación adicional frente a Plaza Universitaria, se supone que no tendría que convertir la mitad de sus predios en estacionamientos.
Se podría argumentar que esa ha sido la realidad de los 78 municipios. Frente al shoppig mall, las urbanizaciones y el automóvil, es poco el espacio de maniobra que tienen los cascos urbanos. Pero nadie en su sano juicio está planteando que la cosas vuelvan a ser lo que eran, no. Se trata de encontrar nuevos usos a estos lugares, formas específicas de integración. Los ejemplos de transformación de los cascos urbanos de Carolina, Bayamón, Caguas, Guaynado, o Mayagüez, por mencionar algunos, dicen que había otros caminos.
En el 1995 se aprobó la Ley 75, Ley Especial para el desarrollo de Río Piedras. Y dependiendo del ocupante de turno en Fortaleza, se incrementó la batalla por el control de Río Piedras; enmiendas en el 1999, 2009, 2013 y finalmente en el 2016 donde se crea el famoso Fideicomiso. El quita y pon para el control, municipio vs. Cauce (UPR), y ahora el Fideicomiso. Y no sería de extrañar que dependiendo de quién gane las elecciones, volvamos nuevamente al mismo vacilón. Y es que cada decisión está basada en intereses político-partidistas, que no son necesariamente los intereses comunitarios, mucho menos universitarios.
Por eso de este acto surgen muchas preguntas. ¿Por qué el municipio por los pasados 8 años no asumió su función rectora en el desarrollo de Río Piedras, o al menos trató de parar su deterioro? ¿Por qué se esperó hasta la hora cero para hacer el traspaso de propiedades, cuando la alcaldesa no es candidata a reelección y vendrá otra administración con otro plan del plan del plan del plan? ¿Por qué la desidia con Río Piedras y la Universidad? Hace algunos años se sugirió la separación de Río Piedras, convertirse en municipio independiente otra vez. Tal vez tenía razón Leopold Kohr con su Conde de Buen Consejo. Tal vez deberíamos asumir que Small is beautifull, o quizás debemos cambiarle la dirección por la misma, a ver si algún día salimos o llegamos a algún lugar.
FUENTE: Claridad 60