Esta­dos Uni­dos. Mumia Abu Jamal: Cómo me afec­ta el Covid-19

Por Mumia Abu-Jamal /​Resumen Lati­no­ame­ri­cano, 16 junio 2020

(en una plá­ti­ca con Noe­lle Han­rahan de Pri­son Radio)

MUMIA: No vemos mucho por­que esta­mos ence­rra­dos 23 horas y 15 minutos
cada día. Es decir, todo el mun­do en las pri­sio­nes del esta­do de
Pen­sil­va­nia vive bajo el decre­to de urgen­cia del 13 ¿o 15? de marzo.
Des­de enton­ces hemos esta­do ence­rra­dos. Tene­mos 45 minu­tos diariamente
afue­ra de las cel­das. Podría ser en la maña­na, tar­de o noche, pero en
esos 45 minu­tos, te pue­des bañar, lla­mar a un ami­go o familiar,
conec­tar­te en el kios­ko, o lim­piar tu celda.

Apar­te de esto, estás ence­rra­do en tu cel­da. Todos los pre­sos en el
esta­do ente­ro de Pen­sil­va­nia están en ‘el hoyo’ aho­ra. Así fue en
el pasi­llo de la muer­te. Así fue en ‘el hoyo’. Así es aho­ra, en
nom­bre de la salud.

Hemos escu­cha­do que hay gen­te enfer­ma, la mayo­ría en la prisión
Phoe­nix cer­ca de la ciu­dad de Fila­del­fia. Ha habi­do otros bro­tes, pero
no ha habi­do mucha cober­tu­ra de ellos.

¿Y las cár­ce­les de los con­da­dos? Pare­ce que hay más gen­te enferma
ahí. Cla­ro, son las más cer­ca­nas a las comu­ni­da­des. Ya sabes, hay
gen­te que entra y sale. Hablo del per­so­nal de las cár­ce­les, los
volun­ta­rios, las visi­tas, sea quien sea.

Pero lo que aho­ra pasa en las cár­ce­les de los con­da­dos lle­ga­rá a las
pri­sio­nes esta­ta­les. Sólo es cues­tión de tiempo.

Creo que el encar­ce­la­mien­to masi­vo ha sido – y odio decir­lo, pero lo
creo — nor­ma­li­za­do. Es decir, para todos los fines y pro­pó­si­tos, ¿a
quién le vale un carajo?

Y aun­que a tu fami­lia y tus seres que­ri­dos le impor­ta, el llamado
ciu­da­dano pro­me­dio esta­dou­ni­den­se aho­ra ence­rra­do en su casa encuentra
esta situa­ción into­le­ra­ble. ¡Indig­nan­te! Se está vol­vien­do loco.

Pero como sabes en Pen­sil­va­nia y tam­bién Nue­va York bajo la locu­ra de
las leyes anti-dro­ga de Roc­ke­fe­ller, y en todas par­tes del país, hemos
teni­do gen­te ence­rra­da en las pri­sio­nes duran­te años. En Pensilvania,
duran­te déca­das. Maroon Shoatz y otros han esta­do ence­rra­dos en el
con­fi­na­mien­to soli­ta­rio duran­te décadas.

Enton­ces, ya sabes, aho­ra la gen­te está reci­bien­do una prue­ba de esto;
aun­que es más rela­ja­da, dis­tin­ta, es una prue­ba, por­que no puedes
salir de tu casa cuan­do quie­ras. No pue­des salir. Estás encerrado.

Y para ser sin­ce­ro, está más segu­ro así.

Lo que hemos vis­to es que la gen­te esta­lla. Y a no ser que me confunda,
espe­ro que me equi­vo­que, pero ten­go un pre­sen­ti­mien­to que vamos a
tener una segun­da ola de la cri­sis en este país.

Está com­pro­ba­do que ya es el país con la can­ti­dad más alta de muer­tes
rela­cio­na­das con COVID 19, por eso pien­so que vamos a ver una dura
reali­dad con can­ti­da­des aún más altas.

Y las can­ti­da­des se mul­ti­pli­can. Alre­de­dor de 2000 cada día. Des­de 1300
has­ta 2500 dia­rios. Y van aumen­tan­do. En las últi­mas sema­nas, hemos
sal­ta­do de cien­tos de muer­tes has­ta dece­nas de miles.

NOELLE: ¿Cómo te hace sen­tir esto? Aun­que un virus no discrimina,
aho­ra hemos vis­to que sí discrimina.

MUMIA: Es por­que sigue las reali­da­des eco­nó­mi­cas del sis­te­ma en el que
ope­ra. Es decir, la gen­te que está en con­tac­to con el público –
cho­fe­res de auto­bu­ses, enfer­me­ras, médi­cos, policías,
bom­be­ros — muchos de ellos, espe­cial­men­te en las ciu­da­des gran­des, son
Negros y Puer­to­rri­que­ños. Están en la calle para dar de comer a sus
fami­lias, apo­yar a sus fami­lias, y están en con­tac­to. Muchos de ellos y
ellas tie­nen poca protección.

Esen­cial­men­te los tra­tan como…ya sabes, les dicen trabajadores
esen­cia­les, pero reci­ben el tra­to de todos los demás trabajadores:
Sal­gan a tra­ba­jar y cállense.

NOELLE: Son como tra­ba­ja­do­res desechables.

MUMIA: Sí. Para ser real­men­te hones­to, el lla­mar­los trabajadores
esen­cia­les es men­ti­ra. Es como des­cri­bir una pri­sión como un instituto
de correc­cio­nes. Tú sabes y yo sé que hacen poca correc­ción aquí.
Solo mal­tra­tan a las per­so­nas y las hacen peo­res. Los llamados
tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras esen­cia­les son hom­bres y mujeres
dese­cha­bles. Son del pue­blo. Y mien­tras los noti­cie­ros empie­zan a
repor­tar un poco de la reali­dad, nos infor­man que 60 por cien­to de las
per­so­nas que están murien­do en Nue­va York son Negros y Lati­nos. Has
vis­to que en otras par­tes de Esta­dos Uni­dos, las par­tes más blancas,
están dicien­do “Ánda­le, déja­nos salir, noso­tros no somos como
ellos”. Pero esta­mos vien­do que en reali­dad las y los trabajadores
‘esen­cia­les’ son dese­cha­bles para el sis­te­ma eco­nó­mi­co y político.

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