Resumen Latinoamericano, 16 junio 2020
“¡Hemos eliminado a un futuro terrorista!”, gritaron los militares que
torturaron a Haydée Oberreuter hasta provocarle un aborto en los albores
de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Corría el año 1975 y la exdirigente universitaria, de 21 años y
embarazada de cuatro meses, fue secuestrada y conducida a un cuartel de
la Armada chilena en la ciudad porteña de Valparaíso, donde sufrió todo
tipo de atrocidades.
Su caso no fue el único, pero sí marcó un antes y un después en la
historia chilena, pues se convirtió en la primera condena contra cuatro
exmarinos por torturas a una mujer embarazada en Chile.
El documental «Haydée y el pez volador», que se estrena el próximo 25 de
junio en distintas plataformas en línea en Latinoamérica y Estados
Unidos, narra la desgarradora historia de esta mujer y el proceso
jurídico que terminó en la histórica sentencia.
“Cuando [los militares] se enteraron de que estaba embarazada, como
hicieron con otras tantas mujeres jovencitas que creíamos que íbamos a
tener hijos para las patrias socialistas, deciden que hay que eliminar
al terrorista que viene en camino”, recordó Oberreuter, que ahora tiene
67 años.
El aborto forzado, en el que emplearon ácido, cables eléctricos y
corvos, “me dejó una huella física y emocional imposible de describir y
no me explico cómo sobreviví a ello”, añadió desde su casa de Santiago, donde pasa el confinamiento.
La condena, dictada en 2017, fue posible gracias a una cadena de hechos
fortuitos y al “desinteresado” y “solidario” trabajo de una periodista,
que publicó por primera vez en 2004 el relato de Haydée; de un abogado,
que leyó el reportaje y sin conocer a la protagonista interpuso una
querella; y de un juez, que acogió la demanda.
“Decimos que es histórico porque la Armada de Chile hasta ahora apenas
había sido juzgada, a diferencia de personal de otros cuerpos como el
Ejercito, Carabineros [policía chilena] y la Fuerza Aérea”, explicó la
directora del documental, Pachi Bustos.
Durante la dictadura de Pinochet, que llegó al poder en 1973 tras
derrocar con un golpe de Estado al presidente socialista Salvador
Allende, unas 3.200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de
los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otros
40.000 fueron encarcelados y torturados por causas políticas.
“Si bien la condena alguien podría decir que es justicia poética porque la cumplieron en arresto domiciliario y no pasaron ni un día en la cárcel
[…] sus hijos, sus nietos y sus familiares van a saber que fueron
condenados por torturas y eso ya sienta un precedente importante”,
explicó Bustos.
Según la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más de
3.500 mujeres fueron abusadas sexualmente durante la dictadura. Al menos
316 fueron violadas y 229 fueron detenidas estando embarazadas, de las
cuales 20 abortaron y 15 tuvieron a sus hijos bajo presidio.
“Este país nunca buscó a esos niños y tienes el ejemplo al otro lado de
la cordillera [en Argentina], donde los gobiernos y las familias han
buscado a esos niños. En Chile, siendo infinitamente menos las personas,
no se ha querido saber qué paso”, lamentó Oberreteur.
El estreno del documental, ganador este año del Premio del Público en el
Festival de Cine Chileno (FECICH), se ha pospuesto ya en dos ocasiones.
La primera, el pasado noviembre, cuando el país estaba sumido en la
mayor ola de protestas sociales desde el restablecimiento de la
democracia en 1990.
Y la segunda, en abril, por el confinamiento. “Como el escenario es tan
incierto y no sabemos qué va a ocurrir con las salas, optamos por esta
oportunidad de estrenarlo online”, reconoció la cineasta.