Por Verónica Zapata*, Resumen Latinoamericano, 20 junio 2020
El viernes 19 una delegación del
autoproclamado presidente interino de la República Bolivariana de Venezuela,
Juan Guaidó tomó posesión de forma oficial de
la embajada de dicho país en La paz, Bolivia. De la terraza de la residencia
desplegaron un cartel con la imagen de Juan Guaidó al grito de: “Viva Venezuela
libre” donde se podía leer: “Juan Guaidó legítimo presidente de Venezuela”. Otra
pancarta anunciaba: “Aquí cesó la usurpación. Gobierno legítimo de Venezuela”.
El acto de posesión del nuevo embajador autoproclamado de Venezuela en
Bolivia tuvo lugar en el hall de la residencia de la embajada de Venezuela con
la presencia de un pastor y de los medios de comunicación. Se imploró a Dios bendecir
al nuevo embajador autoproclamado de Venezuela y con una frase amenazante a las
democracias de la región sostuvieron: “Rogamos a Dios que desde Bolivia se irradié
la libertad en América del Sur”. Finalmente cortaron la cinta e ingresaron a la
residencia.
El acto se realizó con la complicidad de la Guaidó boliviana, Jeanine Áñez, segunda presidenta en autoproclamarse en la región, pero la única que logró concretar un golpe de estado en Bolivia el pasado 10 de noviembre del 2019, y se autoproclamó presidenta con la biblia en la mano, en un parlamento vacío y con un militar colocándole la banda presidencial. También, envió a sus diplomáticos autoproclamados a Buenos Aires, que fueron repudiados por la colectividad boliviana.
Durante el 2019 no casualmente en Argentina previo al golpe de estado en
Bolivia, un perfecto desconocido como lo fueron Jeanine Áñez y Juan Guaidó se
autoproclamó “presidente de la colectividad boliviana” en Baires, este hecho
hubiera sería un chiste si no hubiera sido apoyado por el macrismo. Ese
acontecimiento fue una anticipación caricaturesca, pero de fuerte valor
simbólico de los planes de EU para Bolivia. Los que si fueron acontecimientos solventes
que avizoraban y marcaban el rumbo que tomaría Bolivia, fueron los innumerables
intentos de golpe de estado fallido en Venezuela y en Nicaragua los últimos
años, sobre todo el 2019. El recrudecimiento y la profundización del bloqueo a
Cuba con la Ley Helms- Burton. Todas señales que no fueron tomadas en cuenta en
su dimensión en un país, el más apetecible de la región para el imperio, por su
riqueza económica y sus recursos naturales, y por ser un proceso sin
precedentes en la región parido producto de más de 500 años de lucha desde las
entrañas del continente por los verdaderos dueños de estas tierras, los pueblos
originarios. Recordemos que los primeros en revelarse a la corona española
fueron los líderes indígenas Tupak Katari, Bartolina Sisa, Tupak Amaru y Micaela
Bastidas, quiénes impulsaron las independencias en el continente, pese a su
exclusión de la historia. El golpe de estado en Bolivia fue un golpe al indio,
y eso incluye ser un golpe al litio, no están disociados ambos conceptos porque
la defensa de los recursos naturales es una bandera de lucha indígena que tiene
más de 500 años.
Previo al golpe de estado en Bolivia se pudo corroborar el ingreso
masivo de ciudadanos venezolanos al país para hacer campaña contra Evo Morales
y adiestraron a los grupos paramilitares con su experiencia “guarimbera” con
intentos frustrados de golpes de estado en Venezuela. A su vez, ingresaron a la
Argentina ciudadanos venezolanos para apoyar la campaña de Macri de quién
recibieron beneficios migratorios que ningún otro migrante de otra nacionalidad
recibió. De esta manera, la derecha internacional trabajo articuladamente en la
región principalmente en los países donde hubo elecciones presidenciales el
2019, Argentina, Bolivia y Uruguay.
(*) Verónica Zapata, periodista y psicóloga boliviana.