Por Noelia Medina y Gigi Krein, Resumen Latinoamericano, 30 de junio de 2020
Ayer, Verónica Jose (embarazada de 7 meses), encontró sus pertenencias en la calle y la puerta de su habitación con un candado. Como tantos y tantas vecinos/as de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, vive en el circuito informal de alquileres. Allí, la violencia es ley: dueños y encargados intentan desconocer el DNU 320⁄2020 que prohíbe los desalojos hasta el 30⁄9. Gracias a la intervención de organizaciones, en particular C.A.T.S., y de Fiscalía, se logró un acuerdo informal, para que al menos Verónica no quede en la calle. Hoy continúan las negociaciones.
Como la gran mayoría de la población, Verónica vio mermada su posibilidad de trabajar debido a la pandemia, ya que sus ingresos son informales. Como también sucede en muchos casos, el hecho de ser migrante la pone aún más contra las cuerdas, teniendo en cuenta la estigmatización y la dificultad en el acceso a derechos básicos que elles sufren. Tanto es así, que sin importar que esté embarazada de 7 meses, ni que afuera hiciera tanto frío, basándose en la deuda de 3 meses que contrajo con el hotel donde vive, el encargado hoy decidió, unilateralmente, que ella ya no podría vivir ahí. Por tener precaria en lugar de DNI, no pudo acceder a ninguno de los 2 pagos del IFE.
El escenario que Verónica encontró al querer ingresar a su casa, fue encontrar sus pertenencias en la calle y la puerta de su vivienda con candado. A pesar de estar todo esto prohibido debido al DNU 320⁄2020, el encargado del hotel ubicado en Yerbal 3060 actuó a sus anchas. La policía, incluso, le daba la razón, dejando a Verónica en una situación desesperante. Fue recién por la intervención de organizaciones como C.A.T.S. (Colectiva Autónoma de Trabajadorxs Sexuales), el INADI y Fiscalía que se logró que ella pudiera reingresar al hotel y quedar, al menos por una noche más, a resguardo del frío y la lluvia, de la calle. De todos modos, habiendo incluso una resolución judicial que ordenaba al encargado restituir a Verónica su pieza, el encargado decidió no hacerlo, y sólo le permitió dormir en la pieza de una conocida en el mismo hotel. A la mañana del martes, su pieza seguía cerrada, con su documentación adentro.
El gobierno de la ciudad es completamente consciente que estas situaciones se repiten día a día, y sigue sin haber una vía clara de cómo se hace cumplir el DNU 320 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sabemos que la situación es angustiante, que los desalojos se suceden dejando a merced del frío y el coronavirus a personas con un alto grado de vulnerabilidad. Cabe recordar la muerte, hace menos de un mes, de un vecino desalojado de un hotel, que había quedado en situación de calle. Aquejado por enfermedades de base y con el contacto del BAP (108) sin responder, luego de 3 noches en pleno desamparo no pudo seguir luchando.
Larreta, Migliore y Maquieyra deben dar una respuesta ya, siendo los responsables políticos directos de la emergencia habitacional que hoy aqueja a gran parte de les vecines de la Ciudad.
Fuente: AnRed