Medio Orien­te. Cons­tan­tes cons­pi­ra­cio­nes de Esta­dos Uni­dos con­tra Irak y Siria

Por Moh­sen Kha­lif Zade, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 06 de julio de 2020

EE.UU. había pla­nea­do armar las pro­tes­tas en Irak mien­tras pro­por­cio­na­ba ayu­das a los gru­pos terro­ris­tas para que ocu­pen Damas­co, capi­tal de Siria. 

Con estas decla­ra­cio­nes, for­mu­la­das duran­te una entre­vis­ta a la cade­na tele­vi­si­va ira­quí Afaq, el expre­mier ira­quí Nuri al-Male­ki, ase­gu­ró que el com­plot esta­dou­ni­den­se tenía como obje­ti­vo alla­nar el camino para que Bag­dad caye­ra en manos de los mani­fes­tan­tes —que serían arma­dos por el pro­pio Washing­ton— al mis­mo tiem­po que los terro­ris­tas del Fren­te Al-Nus­ra (auto­pro­cla­ma­do Fren­te Fath Al-Sham) y extre­mis­tas de EIIL (Daesh, en ára­be) ocu­pa­ran la ciu­dad siria de Damasco.

El dise­ño de tal cons­pi­ra­ción por par­te de Esta­dos Uni­dos es nor­mal, por­que la per­ma­nen­cia de sus fuer­zas en Irak, en gran medi­da, se debe a la con­ti­nua­ción de las ten­sio­nes y la ines­ta­bi­li­dad en este país. En los últi­mos años, los mer­ce­na­rios del país nor­te­ame­ri­cano se han encar­ga­do de gene­rar el caos en el terri­to­rio ira­quí, en espe­cial, des­pués de que Washing­ton no logró des­truir el eje de la Resis­ten­cia en la región de Asia Occidental.

Que­re­mos com­pa­rar el papel esta­dou­ni­den­se con el ira­ní en Irak, aun­que no hay cabi­da para la com­pa­ra­ción, pero los inten­tos de algu­nas per­so­nas para hacer com­pa­ra­cio­nes nos obli­gan a res­pon­der a estas deman­das. Para Irán la esta­bi­li­dad de Irak es un asun­to cru­cial ya que el país per­sa com­par­te con Bag­dad una fron­te­ra de 900 km de lon­gi­tud, y eso sig­ni­fi­ca que la esta­bi­li­dad y segu­ri­dad de Irak está rela­cio­na­da con la esta­bi­li­dad de Irán. No debe­mos olvi­dar que la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán fue uno de los pri­me­ros paí­ses en ofre­cer apo­yo a Irak des­pués de que más del 40 por cien­to del terri­to­rio ira­quí fue­ra ocu­pa­do por el gru­po terro­ris­ta EIIL (Daesh, en ára­be). Irán ha toma­do esa deci­sión como un acto moral y que se le impu­so por las reglas de vecin­dad y acer­ca­mien­to con el pue­blo iraquí.

La ines­ta­bi­li­dad y el caos en Irak bene­fi­cian, en gran medi­da, a EE.UU. Un ejem­plo de esta situa­ción que­dó cla­ro en la posi­ción de Esta­dos Uni­dos cuan­do se abs­tu­vo de entre­gar armas a las tro­pas ira­quíes para enfren­tar a la agru­pa­ción extre­mis­ta de Daesh. Al final, lo que Al-Mali­ki reve­ló es solo la pun­ta del ice­berg en la serie de cons­pi­ra­cio­nes que Esta­dos Uni­dos ha lle­va­do a cabo con­tra el pue­blo ira­quí des­de el momen­to de la inva­sión de Irak en 2003, y lo que que­da por venir podría ser mucho más peligroso.

Es de seña­lar que nin­guno de los ele­men­tos bási­cos que con­du­je­ron a Washing­ton a tra­mar com­plots con­tra Irak y Siria ha cam­bia­do. Ha aquí por qué las cons­pi­ra­cio­nes esta­dou­ni­den­ses están lejos de haber aca­ba­do con­tra los paí­ses que con­for­man la Resistencia.

EEUU sigue la mis­ma polí­ti­ca hos­til en la región

Washing­ton sigue con una doc­tri­na cla­ra en Asia Occi­den­tal que tenía como fin la imple­men­ta­ción del caos en esta región para lograr la ins­tau­ra­ción de un cam­po de ines­ta­bi­li­dad y vio­len­cia en la zona que se exten­de­ría des­de El Líbano, Pales­ti­na, Siria a Irak e Irán. Dicha doc­tri­na bus­ca con­ver­tir a Irak en un Esta­do falli­do, y uti­li­zar a ban­das extre­mis­tas como el Fren­te Al-Nus­ra para derro­car al Gobierno sirio, pre­si­di­do por Bashar al-Asad. Ade­más, ha inter­ve­ni­do en los asun­tos inter­nos de Irán y El Líbano finan­cian­do actos de sabo­ta­jes y pro­tes­tas anti­gu­ber­na­men­ta­les en estos dos países.

Res­pec­to a Pales­ti­na, y des­de su lle­ga­da a la Pre­si­den­cia en EE.UU., Trump ha toma­do deci­sio­nes polé­mi­cas a favor de Israel, que han cau­sa­do indig­na­ción y, algu­nas veces, una res­pues­ta mili­tar de los gru­pos de la Resis­ten­cia y sus patro­ci­na­do­res, es decir Irán, Irak y Siria.

Ha reco­no­ci­do la ciu­dad de Al-Quds (Jeru­sa­lén) como la capi­tal de Israel, vio­lan­do reso­lu­cio­nes de la Orga­ni­za­ción de Nacio­nes Uni­das (ONU); ha anun­cia­do un plan de paz, deno­mi­na­do el “acuer­do del siglo” que, supues­ta­men­te, pre­ten­día zan­jar el con­flic­to pales­tino-israe­lí. Deci­dió reco­no­cer la sobe­ra­nía del régi­men de Tel Aviv sobre los altos del Golán sirios, ocu­pa­dos des­de 1967, pese al recha­zo mun­dial, y res­pal­dó la deci­sión del pri­mer minis­tro israe­lí, Ben­ja­mín Netan­yahu, de ane­xar par­tes de la ocu­pa­da Cisjordania.

A pesar de todas esas medi­das, y ser el mayor expor­ta­dor de armas en esta región, Esta­dos Uni­dos no ha logra­do pro­yec­tar su influen­cia polí­ti­ca. Washing­ton no con­tro­la diná­mi­cas polí­ti­cas com­ple­jas basa­das en iden­ti­da­des nacio­na­les, étni­cas y reli­gio­sas a las que pre­ten­de enfren­tar alián­do­se con los dic­ta­do­res regio­na­les, tal y como es el rei­no saudí.

Entre las polí­ti­cas más inje­ren­cis­tas de EE.UU. en la región que aca­ba­ron en desas­tre, se pue­de des­ta­car su inva­sión a Irak. El 20 de mar­zo de 2003, una coa­li­ción lide­ra­da por Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos, lan­zó una ofen­si­va con­tra Irak. La prin­ci­pal jus­ti­fi­ca­ción de tal acto era de que el exdic­ta­dor ira­quí Sadam Husein tenía y desa­rro­lla­ba armas de des­truc­ción masi­va. Sadam fue derro­ca­do, sin embar­go, nun­ca se encon­tra­ron armas. A pesar de que Washing­ton ale­ga­ba que dicha ope­ra­ción no dura­ría más de unos meses, la pobla­ción civil lle­va casi dos déca­das sufrien­do las secue­las de la agre­sión esta­dou­ni­den­se. El resul­ta­do más nefas­to de tal deci­sión esta­dou­ni­den­se fue la apa­ri­ción del gru­po ultra­vio­len­to de Daesh en el terri­to­rio ira­quí en 2014. Esta agru­pa­ción cri­mi­nal come­tió todo tipo de atro­ci­da­des, sin dis­tin­guir entre los civi­les y mili­ta­res, has­ta que Irak anun­ció su erra­di­ca­ción tres años después.

Otro ejem­plo de la polí­ti­ca erró­nea de EE.UU. en la región es su inter­ven­ción en Siria para derro­car al pre­si­den­te Bashar al-Asad. Des­de la irrup­ción de la cri­sis siria en 2011, con­for­me a los repor­tes, EE.UU. ha pro­por­cio­na­do todo tipo de ayu­das, logís­ti­cas inclui­das, a los gru­pos terro­ris­tas para gene­rar caos en el país con el fin de ser­vir los intere­ses de Israel. Y a par­tir de 2014, EE.UU. creó una lla­ma­da coa­li­ción inter­na­cio­nal, y lan­zó ata­ques aéreos con­tra Daesh en Siria. En varias oca­sio­nes estas incur­sio­nes gol­pea­ron posi­cio­nes de las tro­pas sirias y sus alia­dos para impe­dir sus avan­ces con­tra los terroristas.

El Ejér­ci­to sirio, que cuen­ta con el res­pal­do de Rusia, Irán y gru­pos de la Resis­ten­cia, ha logra­do recu­pe­rar prác­ti­ca­men­te toda Siria, excep­to la pro­vin­cia de Idlib. Un pro­ce­so de con­ver­sa­cio­nes de paz impul­sa­do por las Nacio­nes Uni­das no logró avan­zar, debi­do a las vio­la­cio­nes de los gru­pos terro­ris­tas, y así las tro­pas sirias se vie­ron obli­ga­das a comen­zar una gran ofen­si­va para recu­pe­rar Idlib. El pasa­do mar­zo, se detu­vo esta ofen­si­va anti­te­rro­ris­tas des­pués de que Rusia, alia­da de Damas­co, y Tur­quía que apo­ya a los terro­ris­tas y los lla­ma­dos rebel­des, acor­da­ron un alto el fue­go para Idlib.

Vien­do el fra­ca­so de los gru­pos terro­ris­tas en el cam­po de bata­lla, el país nor­te­ame­ri­cano cam­bió de pos­tu­ra y optó por adop­tar san­cio­nes con­tra Damas­co para res­trin­gir sus recur­sos en su lucha con­tra el terro­ris­mo. EE.UU. inten­si­fi­có la gue­rra eco­nó­mi­ca con­tra Siria al anun­ciar la apli­ca­ción de la deno­mi­na­da “Ley Cesar” que está diri­gi­da a 39 per­so­nas o enti­da­des a las cua­les se les con­ge­la­rá cual­quier acti­vo en Esta­dos Uni­dos. Entre ellas, figu­ran muchos miem­bros de la fami­lia del pre­si­den­te sirio, Bashar al-Asad.

Damas­co tachó las san­cio­nes impues­tas por Esta­dos Uni­dos como una nue­va for­ma de terro­ris­mo. “Las san­cio­nes de EE.UU. con­tra Siria en el mar­co de la lla­ma­da Ley César mues­tra cómo Washing­ton está vio­lan­do las leyes inter­na­cio­na­les”, indi­có la Can­ci­lle­ría siria al respecto.

Los obje­ti­vos estra­té­gi­cos de la Resis­ten­cia no han variado

Pue­de que EE.UU. median­te la impo­si­ción de san­cio­nes afec­te la eco­no­mía de Irak y Siria para que muchos de sus ciu­da­da­nos se sien­tan cada vez más des­con­ten­tos, y así gene­rar caos en estos paí­ses. Pero estos dos Esta­dos res­pal­dan a la Resis­ten­cia que tie­ne como obje­ti­vo apo­yar la cau­sa Pales­ti­na, la resis­ten­cia anti­im­pe­ria­lis­ta y defen­der­se de las ame­na­zas cons­tan­tes del régi­men israelí.

La Resis­ten­cia está com­pues­ta por gru­pos arma­dos como las Uni­da­des de Movi­li­za­ción popu­lar de Irak (Al-Hashad Al-Sha­bi, en ára­be), los Movi­mien­tos de la Resis­ten­cia Islá­mi­ca de El Líbano y de Pales­ti­na, Hez­bo­lá y HAMAS, res­pec­ti­va­men­te, así como otras agru­pa­cio­nes pro­gu­ber­na­men­ta­les yeme­níes y sirias que son dema­sia­do fuertes.

En las actua­les cir­cuns­tan­cias en la región de Asia Occi­den­tal, don­de las polí­ti­cas hos­ti­les de EE.UU. y sus alia­dos, —Tur­quía, Israel, Ara­bia Sau­dí y los paí­ses ára­bes del Gol­fo Pér­si­co— se hacen visi­ble con­tra los paí­ses patro­ci­na­do­res de la Resis­ten­cia, es decir Siria, Irak e Irán, es impres­cin­di­ble que los gru­pos de la Resis­ten­cia sigan alzan­do sus armas para neu­tra­li­zar los com­plots de Washing­ton en la región. La Resis­ten­cia debe man­te­ner­se pre­pa­ra­da para res­pal­dar la libe­ra­ción de Pales­ti­na, con­de­nar la agre­sión sau­dí con­tra Yemen, y fre­nar los pla­nes imperialistas.

Pues, según todo lo ana­li­za­do, el obje­ti­vo estra­té­gi­co de los gru­pos de la Resis­ten­cia es aca­bar con déca­das de la ocu­pa­ción israe­lí y expul­sar a Esta­dos Uni­dos de la región, al menos de Irak. Metas difí­ci­les, pero alcan­za­bles tien­do en cuen­ta las con­tra­dic­cio­nes en las polí­ti­cas de Trump, que ha deja­do solo a sus alia­dos en la región.

Super­vi­ven­cia del régi­men de la ocu­pa­ción israelí

Des­de la ocu­pa­ción israe­lí de los terri­to­rios pales­ti­nos en 1948, la super­vi­ven­cia de este régi­men se ha con­ver­ti­do en un desa­fío para las auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses que le han defen­di­do por todos los medios, optan­do inclu­so por vio­lar todas las reso­lu­cio­nes de la ONU para legi­ti­mar la crea­ción de un régi­men que prac­ti­ca el apartheid con­tra el pue­blo palestino.

Aun­que Israel tie­ne acuer­dos de paz con algu­nos paí­ses ára­bes, como Egip­to y Jor­da­nia, y está desa­rro­llan­do de for­ma secre­ta, lazos con Ara­bia Sau­dí y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos (EAU), pero eso no sig­ni­fi­ca que estos paí­ses no recla­man la recu­pe­ra­ción de los terri­to­rios pales­ti­nos. Por estas razo­nes, EE.UU., des­de hace déca­das, lle­va apli­can­do una polí­ti­ca exte­rior en Asia Occi­den­tal en la que apo­yar a Israel se con­si­de­ra asun­to clave.

Fuen­te: His­pantv

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