Resumen Latinoamericano, 7 de julio de 2020.
Pueblos chicos y grandes ciudades en el Caribe son cubiertos por las nubes de polvo que viajan miles de kilómetros desde el desierto del Sáhara, afectando el paisaje, la salud, el transporte y las actividades agrícolas y comerciales. Foto: OMM
GINEBRA, 29 jun 2020 (IPS) – La nube de polvo que viaja a través del Atlántico desde el desierto del Sáhara oscurece y contamina el aire en países ribereños del Caribe y amenaza la salud de sus habitantes, destacó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El fenómeno “oscurece los cielos, contamina el agua de lluvia y reduce enormemente la visibilidad, pero sobre todo plantea un peligro significativo para la salud.”, dijo la portavoz de la OMM, Claire Nullis.
Epidemiólogos han señalado que las partículas de polvo tienen un tamaño entre 2,5 y 10 micras (la milésima parte de un milímetro), pueden entrar por nariz y boca al respirar y alojarse en la tráquea, bronquios e incluso, las más diminutas, alcanzar los alvéolos en los pulmones.
Las nubes de polvo viajaron unos 7000 kilómetros desde el Sáhara hasta el Caribe, a donde llegaron el 17 de junio y pueden proseguir en julio, según la OMM.
Han afectado las pequeñas islas del Caribe oriental, a las Antillas mayores y, en tierra firme, a Venezuela, Colombia, países de América Central, México, y alcanzará el sureste de Estados Unidos.
El polvo africano sopla a través del Atlántico cada año “pero este evento es particularmente extenso e intenso, algo dramático, de proporciones verdaderamente históricas”, dijo Nullis en una conferencia el viernes 26.
Guadalupe y Puerto Rico clasificaron los niveles de calidad del aire en la categoría «peligrosa» con valores récord de PM10, las partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, cemento o polen dispersas en la atmósfera, y que pueden penetrar en los pulmones causando problemas respiratorios y enfermedades del corazón.
En la isla francesa de Guadalupe los registros de polvo en el aire fueron superiores a 400 microgramos por metro cúbico, y en Puerto Rico superiores a 500 unidades, “las más altas en los últimos 20 años de datos compilados”, dijo Nullis.
Ciudades como Caracas, a unos 20 kilómetros del litoral caribeño, se vieron cubiertas durante días por el polvo sahariano, mezclado con humo de incendios de vegetación en algunos casos, pero también el polvillo afectó a ciudades alejadas de las costas, como las colombianas Bogotá y Medellín.
Además de peligrosas para la salud, las tormentas de arena y polvo afectan el clima, el ambiente, las economías, el transporte y la agricultura en muchas partes del mundo.
Por lo general, son causadas por tormentas eléctricas o fuertes gradientes de presión asociados con los ciclones, que aumentan la velocidad del viento en un área amplia. Estos vientos levantan grandes cantidades de arena y polvo de suelos desnudos y secos a la atmósfera, transportándolos a cientos o miles de kilómetros de distancia.
Cada año, alrededor de 2000 millones de toneladas de polvo ingresan a la atmósfera, en parte como un proceso natural del planeta y en parte como resultado de una mala gestión del agua y la tierra, según la OMM.
Las observaciones de la organización en todo el planeta mostraron que en 2019 la concentración de polvo en la superficie de muchas regiones fue mayor que la media climatológica.
“La tormenta de polvo en curso, que ha afectado la vida diaria en el Caribe, muestra la importancia de los servicios de pronóstico y advertencia”, observó Oksana Tarasova, jefe de investigación del Medio Ambiente Atmosférico de la OMM.
A‑E/HM
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