Resumen Latinoamericano, 10 de julio de 2020.
En un artículo de Veronica O’Kelly y Alejandro Bodart, publicado en la Web de la Liga Internacional Socialista (Lis) hacen un llamado a la «solidaridad con Hugo Blanco frente a los ataques de la nerviosa derecha peruana». Exponen que a raíz de la presentación del documental «Hugo Blanco Río Profundo», surgieron una serie de ataques contra él, acusándolo de «terrorista y asesino», por parte de sectores políticos de la oligarquía del Perú.
La autora y el autor fundamentan allí su profundo repudio a los ataques y piden la mayor solidaridad internacional con Hugo Blanco, en reconocimiento de su historia de lucha. Explican que el ataque tiene que ver con «la heroica lucha del pueblo peruano que tuvo a Hugo Blanco como uno de los más importantes referentes, protagonizando el colosal levante de masas en el Cuzco de principios de los ’60, organizando sindicalmente al campesinado en defensa del derecho a la tierra».
Valoran ese protagonismo de Hugo Blanco como una «experiencia histórica que fortaleció al campesinado y a la clase obrera en su lucha contra terratenientes y latifundistas, obligando a la burguesía a aplicar una reforma agraria que, aunque limitada, significó una conquista arrancada al poder terrateniente y corporativo». Califican el papel del dirigente Hugo Blanco como una «gesta heroica».
Relatan que Hugo Blanco fue preso y condenado a pena de muerte en aquel momento, pero con una gran campaña de apoyo y solidaridad internacional, en la que la corriente histórica fundada por Nahuel Moreno fue impulsora, se evitó que fuese ejecutado y unos años después se consiguió la libertad. Blanco dedicó el resto de su vida a la construcción de una herramienta política revolucionaria, obrera y socialista para los trabajadores, campesinos y sectores populares del Perú, con vinculación al esfuerzo de forjar también esa herramienta en muchos otros países y a escala mundial, compartiendo la lucha contra la depredación medioambiental del capitalismo y por la distribución da la tierra para quienes la habitan y trabajan.
Blanco también se destacó en el proceso constituyente que vivió el Perú en 1976. Wikipedia recoge la historia de Ángel Hugo Blanco Galdós (Cusco, 15 de noviembre de 1934), describiéndolo como «un líder campesino exguerrillero y político marxista, inicialmente de filiación trotskista», al que «recientemente, en 2020, se le dedicó un documental que ha generado debate en el Perú y que ha vuelto a poner en evidencia el macartismo de cierto sector de dicho país».
La enciclopedia reseña que: «En 1976, tras fuerte protesta popular contra el nuevo gobierno militar en Perú, encabezado por el general Francisco Morales Bermúdez, Blanco pudo volver al Perú como candidato a la Asamblea Constituyente por el Frente Obrero Campesino, Estudiantil y Popular, FOCEP. El objetivo de la Asamblea Constituyente era permitir una transición del gobierno militar a un gobierno civil. A raíz del uso de su espacio televisivo gratuito para su campaña electoral en contra de una agresiva alza de precios de la canasta básica y en favor de un Paro General llamado por la Central General de Trabajadores del Perú, CGTP. Esto hace que el gobierno lo deporte. Luego de haber sido elegido como constituyente con la votación más alta de la izquierda, le permiten regresar al Perú». Distintas organizaciones de izquierda tienen otras interpretaciones de estos hechos históricos, de modo que sólo citamos a Wikipedia como referencia.
Los ataques, que provienen de distintos portavoces de la derecha peruana, son interpretados como una reacción ante el hecho de que «ven como en el mundo entero la defensa del medioambiente, la tierra, el salario o la igualdad se convierten en motores de rebeliones y revoluciones».
Quienes hacen este llamado, junto a otros sectores de la izquierda en el mundo, advierten que «campesinos, obreros, mujeres, jóvenes, en definitiva, los oprimidos y las oprimidas del mundo entero no vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras el capital se dispone a resolver su crisis con más explotación y violencia». De manera que, «…así como en el Cuzco de los ’60, hoy la rebelión de los pueblos ya se está comenzando a ver en algunos países y regiones…» y «…por eso los gobiernos burgueses responden con ataques y represión, y por esa vía intentan frenar estos procesos».
De ahí el rechazo a los ataques frente a las «gestas heroicas como las que en nombre del compañero Hugo Blanco se hacen, y que para quienes hoy le brindan su solidaridad «sólo demuestran el terror del 1% de capitalistas que ven en peligro sus ganancias».
En Venezuela, Marea Socialista, adherente de la Lis, expresó que «acompaña el rechazo a los ataques de la derecha peruana contra Hugo Blanco y ensalza su trayectoria revolucionaria de gran proyección para los pueblos de América Latina».
* Fuente: Aporrea