Los sindicatos CCOO y UGT han hecho pública su intención de convocar una huelga general en el Estado español en una fecha que darán a conocer hoy. La reforma del mercado laboral diseñada por Madrid, que recortará de nuevo los derechos de los trabajadores y abaratará el despido, se constituye en el motivo central por el que las centrales llaman a un paro que ya ha sido criticado tanto por la patronal como por el Gobierno del PSOE, que coinciden en calificar la convocatoria de «irresponsable». De esta manera, y al menos en apariencia, se rompe la denominada «paz social» que ha acompañado a Rodríguez Zapatero en su mandato.
Una «paz social» que ha logrado sostenerse de forma incomprensible a pesar de los cinco millones de parados que existen en el Estado, del progresivo deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores en los últimos años e incluso de los drásticos recortes sociales que el Ejecutivo español ha decidido recientemente. Al parecer, la reforma laboral ha terminado por colmar un vaso que parecía no tener fondo y ahora los dos esclerotizados sindicatos se enfrentan a esta convocatoria con el lastre del descrédito y la debilidad que les confiere la abulia de la que han hecho gala hasta ahora. Una actitud que encuentra en el ejemplo griego la verdadera medida de su irresponsabilidad.
Hoy se conocerá la fecha de esa huelga y todo indica que no será en junio, por lo que se desarrollará con posterioridad a la convocatoria hecha por la mayoría sindical vasca para el 29. Es de prever que, tal y como ocurriese con la huelga en el sector público, será la convocatoria liderada por LAB y ELA la que logre movilizar a los trabajadores, y no porque se lleve a cabo antes, sino porque han sido las centrales abertzales las únicas que desde el comienzo de la depresión económica han hecho frente con contundencia a los ataques contra la clase trabajadora. Las únicas que han liderado una dinámica de respuesta tanto a la patronal como a las administraciones en su deplorable gestión de la crisis. Y las únicas que proponen una alternativa sólida de futuro, empezando por el marco vasco de relaciones laborales.
Fuente: gara