La forma en que la tecnología y el desarrollo tecnológico influyen en la relación laboral y la vida de los trabajadores fue uno de los temas centrales de la iniciativa «¡Automatización y teletrabajo! Tiempos ofensivos y ritmos! ¡Trabajo con Derechos!», que tuvo como orador al psiquiatra José Manuel Jara y al abogado y ex director del sindicato luso CGTP-IN Joaquim Dionísio, entre otros.
«En el momento en que, con el pretexto del brote epidémico, algunas empresas intentan presentar el teletrabajo como la solución ideal, no solo en las circunstancias especiales que estamos experimentando, sino también para el futuro, se promueven ilusiones sobre las ventajas para los trabajadores, omitiendo las consecuencias negativas», subrayó la secretaria general de Intersindical, Isabel Camarinha, en la intervención de clausura.
Junto a una ideología de devaluación del trabajo, que considera que el trabajo es prescindible o desechable, el reflejo del médico José Manuel Jara analizó las consecuencias de la “oficina en el hogar”, una realidad que lleva a los trabajadores a mantener quedar confinado, pero siempre conectado.
El especialista advierte de los riesgos que el teletrabajo conlleva para la salud si es prolongado y exclusivo, y si no se tienen en cuenta los aspectos ergonómicos. Por otro lado, argumenta que estar encerrado en casa no es saludable para el entorno familiar.
Junto con el conflicto con el espacio doméstico, José Manuel Jara identifica aspectos negativos para la vida psíquica de los trabajadores, a saber, estar siempre conectado e indiferenciado entre la vida diaria y profesional.
«La tecnología debería servir para avanzar en la sociedad y no hacer que retroceda», subrayó Isabel Camarinha, recordando la posición de CGTP-IN sobre el desarrollo tecnológico.
«Ya sea en forma de automatización, digitalización o inversión en inteligencia artificial: la tecnología, en sí misma fruto del trabajo, debe ponerse al servicio de los trabajadores y sus condiciones de vida y trabajo, al servicio del desarrollo soberano del país, dando una contribución a la promoción de la cohesión social y territorial ”, subrayó.
Trabajador pierde libertad
El líder observa que es en el contexto de una individualización creciente, donde entran términos como “emprendimiento”, “resiliencia” y “colaboración”, que el teletrabajo debe ubicarse, enfatizando que lo que un trabajador gana a tiempo con los desplazamientos que deja tener que hacerlo, “pierde en privacidad, independencia y libertad”.
Además de la cuestión del aislamiento, Isabel Camarinha señala que los trabajadores están más sujetos “a los esquemas de manipulación de los empleadores”, con “mucha mayor dificultad” para sindicalizarse, participar en su organización de clase, movilizarse para exigir sus derechos y mejores condiciones de vida y trabajo.
«Un trabajador aislado es siempre un trabajador más sujeto a la explotación desenfrenada y al abuso de poder. Y es por eso que el teletrabajo es tan atractivo para muchos empleadores ”, enfatizó.
Por el contrario, surgieron ahorros en bienes raíces, equipos, seguridad, salud, energía y comunicaciones, utilizados por las empresas para reducir aún más los salarios de los trabajadores.
Al no ser un concepto nuevo, Isabel Camarinha argumenta que es hora de poner fin a la “ilusión” del trabajo desde casa, “que no debe confundirse con el trabajo realizado con la ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación”, una relación que está en la base del concepto de teletrabajo.
Fuente: www.abrilabril.pt
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