El Ayun­ta­mien­to deja con 30 euros para vivir a una mujer en ERTE | BERRI OTXOAK

El Ayun­ta­mien­to deja con 30 euros para vivir a una mujer al exi­gir­le un alqui­ler de 495 euros por un piso social aun­que su sala­rio es de 525

● La veci­na de Lutxa­na sufre un Expe­dien­te de Regu­la­ción de Empleo (ERTE) has­ta el 30 de sep­tiem­bre debi­do a la cua­ren­te­na por el covid-19

● El Ayun­ta­mien­to le ha apli­ca­do un recar­go de los reci­bos des­de agos­to has­ta fin de año para cobrar­le los alqui­le­res sus­pen­di­dos duran­te el esta­do de alarma

● Aho­ra se nie­ga a apli­car la “exo­ne­ra­ción total o par­cial” que el Ayun­ta­mien­to pro­me­tió el 1 de abril para las fami­lias con “vul­ne­ra­bi­li­dad eco­nó­mi­ca sobrevenida”

● La pla­ta­for­ma con­tra la exclu­sión Berri-Otxoak exi­ge la anu­la­ción de los reci­bos de alqui­ler a las per­so­nas sin recursos

Bara­kal­do, 22 de julio de 2020.

La veci­na de Lutxa­na M. Sáiz, cuyo tra­ba­jo está en sus­pen­sión por la pan­de­mia del covid-19, ten­drá que vivir duran­te los pró­xi­mos 5 meses, y al menos todo el verano, con 30 euros al mes por­que el Ayun­ta­mien­to ha deci­di­do no sólo vol­ver a cobrar­le el alqui­ler de su piso social sino ade­más apli­car­le un recar­go por los meses en que los reci­bos que­da­ron apla­za­dos por el esta­do de alarma.

Así lo ha denun­cia­do la afec­ta­da, de 36 años, en un acto de pro­tes­ta rea­li­za­do fren­te al edi­fi­cio con­sis­to­rio, en el que la pla­ta­for­ma con­tra la exclu­sión Berri-Otxoak ha denun­cia­do la situa­ción como “uno de tan­tos casos en Bara­kal­do” y ha exi­gi­do a los res­pon­sa­bles muni­ci­pa­les “que rec­ti­fi­quen, que anu­len los reci­bos a las fami­lias sin recur­sos y que amplíen las ayu­das muni­ci­pa­les para los dam­ni­fi­ca­dos por la pandemia”.

Sáiz ha recor­da­do que el 31 de mar­zo el Ayun­ta­mien­to les comu­ni­có a las per­so­nas afec­ta­das la deci­sión de “sus­pen­der el cobro de las cuo­tas de las vivien­das de Eretza en régi­men de alqui­ler” has­ta el final del esta­do de alar­ma. En la mis­ma noti­fi­ca­ción y en una nota de pren­sa, se infor­mó ade­más de que “se podrá con­tem­plar la exo­ne­ra­ción total o par­cial del mis­mo, si se acre­di­ta una situa­ción de vul­ne­ra­bi­li­dad eco­nó­mi­ca sobre­ve­ni­da duran­te este perio­do como con­se­cuen­cia de la pan­de­mia del coro­na­vi­rus y las res­tric­cio­nes asociadas”.

El esta­do de alar­ma ter­mi­nó el 21 de junio y M. Sáiz ha vuel­to a reci­bir el reci­bo de alqui­ler, pero en lugar de el impor­te ori­gi­nal del alqui­ler, el Ayun­ta­mien­to le ha apli­ca­do un recar­go (pro­rra­teo) para recu­pe­rar en cin­co meses, has­ta fin de año, los pagos que se sus­pen­die­ron duran­te la cua­ren­te­na. De esta for­ma, la cuo­ta que M. Sáiz tie­ne que pagar sube a 495 euros mien­tras que su suel­do se ha que­da­do en 525 debi­do a que su empre­sa le ha apli­ca­do, al menos has­ta el 30 de sep­tiem­bre, un Expe­dien­te de Regu­la­ción de Empleo (ERTE).

La afec­ta­da ha soli­ci­ta­do a la socie­dad urba­nís­ti­ca muni­ci­pal Eretza, encar­ga­da de estos alqui­le­res del Ayun­ta­mien­to, que le apli­que la “exo­ne­ra­ción total o par­cial” que se anun­ció en mar­zo. “Sin embar­go, la res­pues­ta ha sido nega­ti­va y Eretza dice aho­ra, lite­ral­men­te, que aque­lla car­ta del 31 de mar­zo ‘se envió en momen­tos de mucha incer­ti­dum­bre para todos’ y, que en defi­ni­ti­va, que no van a cum­plir la pro­me­sa envia­da por escrito”.

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