Uru­guay. Ale­jan­dra y Adrián

Por Jor­ge Zabal­za, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 julio de 2020.

En memo­ria de Gui­ller­mo Machado 

Adrián y Ale­jan­dra, mis veci­nos del Bajo Valen­cia, son un joven matri­mo­nio sin techo. Vivían de agre­ga­dos en casa de fami­lia­res. Jun­to a cen­te­nas de fami­lias nece­si­ta­ban una la vivien­da dig­na, dere­cho con garan­tía cons­ti­tu­cio­nal que el Esta­do nega­ba. Un buen día, espon­tá­nea­men­te, ocu­pa­ron el esté­ril bal­dío al nor­te de San­ta Cata­li­na. Se pro­po­nían poblar don­de rei­na­ba la chir­ca, tra­di­ción trans­mi­ti­da por sus padres y abue­los, fun­da­do­res de los barrios que se extien­den al oes­te de Camino Cibils. Una anó­ni­ma obra de civi­li­za­ción que colo­ni­zó el espa­cio vacío con miles de casas.

Ale­jan­dra y Adrián se suma­ron a la ocu­pa­ción y levan­ta­ron su pro­pio refu­gio con una pocas tablas y cha­pas. Podían haber­se dedi­ca­do a resol­ver estric­ta­men­te lo suyo, pero, ins­pi­ra­dos en los rela­tos que cir­cu­lan en la zona, se pro­pu­sie­ron levan­tar un meren­de­ro apro­ve­chan­do los res­tos de un tan­que aus­tra­liano. Seis meses des­pués, con el auxi­lio soli­da­rio de sin­di­ca­tos y mili­tan­tes, el meren­de­ro es una reali­dad. El matri­mo­nio, ade­más, está embar­ca­do en la for­ma­ción de una coope­ra­ti­va por ayu­da mutua afi­lia­da a FUCVAM. Son lucha­do­res, quie­ren salir orga­ni­za­da­men­te de la ago­bian­te situa­ción de mar­gi­na­ción a que han sido empu­ja­dos. Sin embar­go, pron­to les cae­ría enci­ma el Esta­do, con una furia inau­di­ta e injustificada.

La asociación de fiscales “rechaza” las descalificaciones a Pérez
Fis­cal Die­go Pérez, un ver­du­go de los con­de­na­dos de la tierra.

El miér­co­les 15 cita­ron a los ocu­pan­tes para una ins­tan­cia de diá­lo­go y nego­cia­ción en el Sis­te­ma de Media­ción de Mon­te­vi­deo. Par­ti­ci­pa­ban la Coor­di­na­do­ra de Asen­ta­mien­tos, la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes, la Jun­ta Depar­ta­men­tal, la Inten­den­cia de Mon­te­vi­deo y el fis­cal Die­go Pérez, que ya lle­va­ba “for­ma­li­za­dos” por aso­cia­ción para delin­quir una quin­ce­na de ocu­pan­tes. Toda una cere­mo­nia ins­ti­tu­cio­nal que, se pre­su­mía, tenía la lau­da­ble inten­ción de resol­ver un con­flic­to social. El “país de los amor­ti­gua­do­res” en pleno fun­cio­na­mien­to. Adrián con­cu­rrió como refe­ren­te de una impor­tan­te movi­li­za­ción social y fue “aten­di­do” como si hubie­ra come­ti­do un deli­to al luchar por vivien­das dig­nas para todas y todos los vecinos. 

Uruguay2704 II

El fis­cal Die­go Pérez, repre­sen­tan­te del gobierno nacio­nal en la ins­tan­cia, se des­po­jó de su dis­fraz de amor­ti­gua­dor y man­dó dete­ner a Adrián Ala­nís. La ins­tan­cia de “diá­lo­go y nego­cia­ción” se trans­for­mó en una tram­pa poli­cía­co-judi­cial: el refe­ren­te barrial resul­tó pro­ce­sa­do por aso­cia­ción para delin­quir y usur­pa­ción, deli­tos que se le podrían impu­tar a cual­quier ocu­pan­te de tie­rras, mujer u hom­bre, que angé­li­ca­men­te con­cu­rrie­ra a la ins­tan­cia de media­ción con­vo­ca­da por las auto­ri­da­des. Die­go Pérez optó por decla­rar la gue­rra a los ocu­pan­tes y echar a andar la maqui­na­ria repre­si­va que repro­du­ce sepul­tu­re­ros del régimen.

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Asen­ta­mien­to «Nue­vo Comienzo»

Sin decir dicien­do, fun­da­men­tó su acto repre­si­vo en el ante­ce­den­te judi­cial de Adrián quién, des­de que fue deja­do en liber­tad, ha tra­ba­ja­do en la cons­truc­ción, con­for­ma­do un hogar (Ale­jan­dra per­dió su emba­ra­zo la noche del tem­po­ral) y, ade­más, es cono­ci­do su lar­go esfuer­zo en aras del bien­es­tar colec­ti­vo. En reali­dad, su deli­to es haber naci­do en la mar­gi­na­ción y la exclusión. 

Pese a todo el dis­cur­so elec­to­ral sobre la nece­si­dad de trans­for­mar las cár­ce­les en cen­tros de reha­bi­li­ta­ción, cuan­do un libe­ra­do demues­tra feha­cien­te­men­te su volun­tad de salir del deli­to, el colé­ri­co fis­cal Die­go Pérez se atri­bu­ye el dere­cho de con­de­nar­lo a vivir en la calle. ¡Cuán­ta saña gra­tui­ta e injus­ti­fi­ca­da! Es un nue­vo dis­pa­ra­te del sis­te­ma de “jus­ti­cia”. Con sus niñas y niños, algu­nos de bra­zos toda­vía, las fami­lias ocu­pan­tes con­ti­núan sopor­tan­do tem­po­ra­les y olas de frío bajo sus techos de car­tón. En el ais­la­mien­to: gobierno y par­la­men­to los igno­ran. No es que los hayan olvi­da­do, no saben que exis­ten. Sola­men­te les res­ta la espe­ran­za de salir ade­lan­te con su coope­ra­ti­va, que les adju­di­quen un terreno y un prés­ta­mo para cons­truir por ayu­da mutua las vivien­das de bajo cos­to. Espe­ran que fis­ca­lía y el gobierno no opten por empu­jar­los al abis­mo. Hay solu­cio­nes, como siem­pre las hubo. Bas­ta con que haya volun­tad política.

Con el rela­to de lo suce­di­do a los crea­do­res del “Nue­vo Comien­zo” (así bau­ti­za­ron su barrio), se pre­ten­de poner de relie­ve las ideas que corren por detrás del esce­na­rio de los “alla­na­mien­tos noc­tur­nos”. La cosa va mucho más allá de una sim­ple refor­ma cons­ti­tu­cio­nal o del deba­te jurí­di­co, es una ten­ta­ti­va de ins­ta­lar la ideo­lo­gía de la mano dura. En reali­dad, hay fuer­tes indi­cios de que ya es hege­mó­ni­ca y cuen­ta con la aquies­cen­cia de los par­ti­dos y el elec­to­ra­do sufi­cien­tes. La vio­len­cia de la acti­tud del fis­cal Die­go Pérez fren­te a la mar­gi­na­ción social, es ape­nas una expre­sión indi­vi­dual de esa la filo­so­fía de la mano dura que se pro­pa­ga des­de el poder polí­ti­co. En defi­ni­ti­va, es el mis­mo espí­ri­tu con­que un ener­gú­meno inten­tó que­mar vivo al pobre Andrés que dor­mía en la calle. Se pro­mue­ven las ideas y lue­go se sufren las con­se­cuen­cias prác­ti­cas. Si las cosas con­ti­núan por el mis­mo derro­te­ro, ten­dre­mos que llo­rar muchos Gui­ller­mo Macha­do más.

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