Donostia. ¿Qué puede esconderse detrás de la decisión de CC.OO. de convocar una huelga el mismo día que la de ELA y LAB, y mantener la del 29 de septiembre?
La convocatoria de septiembre esta diseñada y dirigida desde Madrid por lo que allí se decidirá si definitivamente se hace. En cuanto a la decisión de convocar huelga para el 29 de junio, supongo que ha pasado algo tan sencillo como que gran parte de la militancia de CC.OO. se ha negado a ponerse en contra de una huelga que es necesaria, vista la reforma que nos han impuesto, y por lo tanto, se justifica por sí misma entre los trabajadores.
¿No puede haber un intento de reventar la convocatoria de la mayoría sindical vasca?
El intento de reventar la respuesta ha sido el propio proceso de negociación de la reforma. Se ha ocultado lo que de verdad se estaba debatiendo y se ha alargado el proceso para dificultar o imposibilitar la respuesta. A pesar de todo, hay convocatoria porque hay que responder a este nuevo recorte de derechos y tenemos capacidad para hacerlo. Esto significa que en Euskal Herria no sólo existe una realidad sindical propia sino que, a diferencia del Estado, es una realidad sindical con capacidad de reaccionar ante los constantes recortes en los derechos laborales y sociales de la gran mayoría social. Es una realidad sindical que también sale a la calle con una alternativa sencilla y concreta que se resume en movilizar a la sociedad para impulsar los cambios que necesitamos.
¿La ausencia de respuesta a la última huelga en el sector público de Comisiones Obreras y UGT pone en evidencia el fracaso de una política sindical cercana a los poderes políticos?
La clave para que los trabajadores secunden un llamamiento es la credibilidad de los convocantes. Es fácil decir a la gente que haga lo que tú no estás dispuesto a hacer, pero es muy difícil convencerla. No se le puede decir a la clase trabajadora que debe salir a la calle, ponerse en frente del Gobierno y de la patronal para defender mediante la movilización nuestros intereses, cuando tú no has estado dispuesto a levantarte de la mesa y hacer lo propio sabiendo en qué iba a terminar esta reforma. Yo no sé qué valoración hacen de la huelga que convocaron pero está claro que la estrategia de dar cobertura durante años a las políticas que han generado esta crisis desmoviliza y resta credibilidad.
¿Las medidas de ajuste han puesto en cuestión el diálogo social?
El fracaso del dialogo social lo constatamos en la fase de crecimiento económico, y el análisis es sencillo. Si estás viendo que por mucha riqueza que se genera estamos perdiendo poder adquisitivo, que cada vez es menor el peso de las rentas de trabajo y mayores los beneficios empresariales, que las políticas públicas sólo benefician a una de las partes, sólo puedes llegar a la conclusión de que los instrumentos que tienen la función de que ocurra lo contrario, como era el diálogo social, han dejado de funcionar.
¿Qué les diría a los sindicatos que firmaron el convenio marco de la Función Pública con López?
Rechazamos en su día el acuerdo y hoy no podemos más que constatar que ese marco no es un instrumento válido para defender las condiciones laborales en la función pública y mejorar los servicios públicos. Fuimos muy críticos con que se le regalara a Patxi López una foto tan importante sabiendo que no hay por parte de este gobierno ninguna apuesta por mejorar el sector público y lo ha vuelto a demostrar con sus nuevos recortes. Ahora, lo importante es abordar el debate de cuál es la línea sindical más efectiva en el sector público y que ese mal acuerdo no sea un lastre para concretar esa línea de forma conjunta.
¿CC.OO. les acusa de hacer contraprogramación de las huelgas?
La diferencia sindical se constata en nuestro modelo y estrategia que esta vez se ha concretado en la huelga general, pero sobre todo en nuestra posición ante instituciones y patronal y en nuestra intervención sindical diaria. De todas formas, lo que nosotros decidimos en su día era responder desde y en Euskal Herria a una crisis que no hemos generado y defender nuestros derechos movilizándonos y presentando una alternativa. Ese es el compromiso que asumimos con los trabajadores y el camino que estamos haciendo, con agenda propia, sin depender de un sindicalismo que está haciendo un camino que no compartimos.
¿La crisis puede estar afectando a una desmovilización de los trabajadores?
Hay cuatro sectores realizando huelgas en defensa de convenios dignos, salimos a la calle en marzo, hemos salido hace dos semanas. El sector público respondió a los recortes, vamos a salir el 29 de junio. La realidad es que ha habido mucha más movilización sindical los últimos meses que en la fase anterior y eso sólo puede deberse a que muchos trabajadores ven la necesidad de movilizarse en defensa de sus derechos. El problema no es que las movilizaciones no sirven, sino que tenemos una clase política que no quiere escuchar, se niega a atender a las demandas de trabajadores. Eso sólo se soluciona siendo cada vez más los que salimos a la calle y si es cada vez mayor nuestra capacidad de movilización.
¿Los partidos políticos vascos pueden rebajar la reforma laboral?
Lo que les pedimos es que rechacen la reforma y exijan que se retire, que asuman compromisos claros ante los trabajadores, que dicen representar, en iniciativas políticas que nos permitan ver de una vez por todas que en las instituciones se toma alguna decisión a favor de nuestros intereses. Y pueden y deben jugar un papel que es fundamental ante Madrid, sea cual sea el presidente de turno, y es defender el ámbito de decisión vasco. Ésa es la respuesta más eficaz ante las pretensiones de Zapatero, la cuestión es hasta qué punto difieren las pretensiones de Zapatero de los intereses de los partidos vascos que van a participar en la negociación.
¿Detrás de la pancarta del día 29 puede haber también otro tipo de reivindicación como la del Marco Vasco de Relaciones Laborales?
Detrás de la pancarta del día 29 hay un decálogo que se concreta en diez reivindicaciones. Una alternativa eficaz para dar respuesta a la situación de la mayoría social trabajadora, que se basa en cambiar las políticas que han generado esta crisis y que son medidas que se pueden adoptar en las instituciones, si hubiera voluntad política. Y efectivamente, una de las medidas es que se impulse la configuración de un Marco Vasco de Relaciones Laborales que nos permita decidir en nuestro ámbito políticas que son determinantes para los trabajadores. Tener esa capacidad no nos garantiza que tengamos solución a todos los problemas, pero sí nos da la posibilidad de generar en Euskal Herria las respuestas que la situación económica y social demanda. No es lógico decir que es contrario a los intereses de Euskal Herria tener más instrumentos de decisión e intervención en nuestra realidad.
¿Qué consecuencias va a tener la reforma laboral?
La patronal está dirigiendo todo el proceso de la reforma con sus demandas. Hay dos cuestiones que son determinantes para los empresarios, facilitar el despido barato y tener instrumentos para neutralizar o condicionar la mejora de las condiciones laborales mediante la negociación colectiva. La reforma no va a generar empleo porque para eso, la clave es invertir en ello y en la reforma solo se habla de cómo abaratar costes laborales. Se trata única y exclusivamente de que las empresas sean más rentables con menos trabajadores y con menos coste