El embajador venezolano ante las Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, aseguró ayer que los planes de los Estados Unidos de América (EEUU) para una invasión a Venezuela siguen vigentes.
En su cuenta en la red social twitter, el diplomático publicó el video de una nueva entrevista en la que Juan José Rendón, estrecho colaborador del diputado opositor Juan Guaidó, reafirma que siguen vigentes las acciones planeadas para derrocar al presidente Nicolás Maduro y a su gobierno.
«Guaidó ofreció $ 212 millones a sicarios al servicio de Estados Unidos para matar a miles de venezolanos y provocar una invasión militar. Los asesinos que firmaron el monstruoso contrato están protegidos por Trump y afirman que los planes continúan su curso. ¿Quiénes son los terroristas? », Escribe Moncada en su relato.
En el video Rendón asegura que “los escenarios y acciones que tuvieron lugar en junio y mayo siguen vigentes”. Explica que los planes estratégicos ideados por esa comisión [refiriéndose al organismo que planifica las acciones] aún no se han implementado y que lo que se ha hecho hasta ahora han sido acciones previas que no pudo revelar en la entrevista.
El estratega de Guaidó buscó desvincularse de la operación terrorista contra Venezuela realizada por mercenarios de la empresa de seguridad Silvercorps, con la que dice, en la entrevista, “no teníamos nada que ver”.
Al respecto, las declaraciones de Rendón carecen de credibilidad y parecen más destinadas a no ver asociado su nombre a una operación fallida y a salvaguardarse ante los tribunales venezolanos.
Documentos incautados a los mercenarios involucrados en la acción terrorista del 3 y 4 de mayo pasado lo identifican como uno de los contratistas de Silvercorps, junto a Guaidó y Sérgio Vergara, y lo ubican en el tercer lugar de la cadena de mando de las operaciones, con las funciones Estratega jefe.
La acción, lanzada desde territorio colombiano, fue derrotada por la articulación entre Fuerzas Armadas, Policía y milicias populares , y el gobierno de Venezuela responsabilizó a los gobiernos de Colombia y Estados Unidos por los hechos.
El viernes pasado los dos mercenarios estadounidenses contratados por Silvercorps, Luke Denman y Airan Berry, fueron condenados a veinte años de prisión por la incursión fallida, que cobró ocho vidas y supuso la detención de 17 personas involucradas.
Ambos admitieron su participación en los hechos y confirmaron que Estados Unidos, Colombia y la extrema derecha venezolana fueron responsables de la invasión armada que tenía como objetivo, entre otros objetivos, encarcelar a Nicolás Maduro y sacarlo del país.
El narcotráfico como pretexto y como arma
Ese mismo día, el embajador venezolano denunció los intentos de Estados Unidos de provocar una guerra contra Venezuela utilizando el narcotráfico como excusa.
“Trump no tiene excusa para invadir Venezuela, los narcos son parte del plan de agresión”, comentó Samuel Moncada.
Las declaraciones se realizaron tras la incautación, por parte de la Guardia Costera norteamericana, de un gran narcosubmarino, que podía transportar seis o siete toneladas de cocaína.
“Existe una flota clandestina de narcosubmarinos que bate récords de exportación de cocaína desde Colombia, el mayor productor del mundo”, dijo Moncada, quien caracterizó la situación actual del narcotráfico colombiano, como la de “una época dorada, superior a la de Pablo Escobar ».
Considerando al submarino aprehendido como “un nuevo tipo de amenaza [a Estados Unidos] producida por su mejor aliado, los narco-criminales colombianos”, el diplomático se preguntó sobre “para qué son las nueve bases militares estadounidenses en Colombia”, dando a entender que el tamaño de las fuerzas estadounidenses en la región está vinculado a objetivos de desestabilización regional.
Esta apreciación ha sido confirmada por sucesivas filtraciones de información en los últimos años. En abril de 2019, por ejemplo, se conocieron las acciones de coordinación del Estado Mayor Conjunto del Pentágono con el Comando Sur (SouthCom) de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos con Colombia de Duque y Brasil de Bolsonaro, así como la realización de un Encuentro conspirativo de golpes de Estado venezolanos con altos funcionarios político-militares de Washington, con el único propósito de “evaluar el uso de la fuerza militar en Venezuela”.
Coincidencia o no, desde ese mismo mes que las fuerzas navales estadounidenses han permanecido frente a las costas de Venezuela, supuestamente como parte de un operativo antinarcóticos en las aguas del Pacífico Oriental y el Caribe .
En los medios de comunicación, Estados Unidos y sus aliados regionales, como Colombia, buscan encauzar al país caribeño hacia el narcotráfico. Caracas dice exactamente lo contrario y el presidente Nicolás Maduro ha reiterado una lucha permanente contra el narcotráfico y aseguró que no permitirá que el territorio venezolano sea utilizado por narcotraficantes.
También se ha denunciado la conexión de la oposición golpista en Venezuela con los cárteles colombianos. Durante un intento de golpe de Estado en febrero de 2019, realizado al amparo de una supuesta “acción humanitaria” en la frontera entre Venezuela y Colombia, la escolta del diputado Juan Guaidó en territorio colombiano fue proporcionada por paramilitares vinculados al narcotráfico .
Fuente: www.abrilabril.pt
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