Por Colonel Cassad. Resumen Latinoamericano, 15 de agosto de 2020.
Sobre cómo el general del Ejército Ucraniano Marchenko se ha lucrado a costa del suministro de material de baja calidad a las tropas.
La historia del general Marchenko merece ser escrita y encuadernada en cuero. El general proviene de una familia de militares e intentó dos veces ingresar en la escuela militar, aunque suspendió en ambas ocasiones los exámenes de acceso. Finalmente, fue al ejército, donde estudió y sirvió en la 79ª brigada aerotransportada.
En 2014, Marchenko, con rango de mayor, estuvo a punto de tener éxito en la hazaña de entrar en el territorio de Crimea en su vehículo personal haciéndose pasar por taxista para así tratar de determinar las perspectivas de infiltrar a la brigada en el territorio de la península. Luchó en Donbass y en octubre de 2014 participó en la defensa del aeropuerto de Donetsk.
Pero la verdadera historia de Dmitry Marchenko comenzó poco después, al de ser nombrado jefe del Departamento de Desarrollo y Mantenimiento del Apoyo Material para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Su departamento era responsable de la transición a los estándares de la OTAN en lo que respecta al suministro de vestido y alimentos, desarrollo de nuevos estándares, creación de las condiciones técnicas y control de la producción y calidad de los productos adquiridos para las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El 11 de noviembre de 2019, la corte del distrito de Pechersk arrestó al mayor-general Dmitry Marchenko y decretó prisión eludible con una fianza de 76 millones de grivnas. ¿De qué cargo se acusaba a este exitoso militar, que en cinco años fue capaz de pasar de mayor a mayor general responsable del suministro del ejército? Resulta que el héroe de la defensa del aeropuerto de Donetsk se había ganado un buen dinero con el suministro de material de protección y uniformes a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Como parte de la investigación judicial se realizaron más de cuarenta registros en los que se incautaron 11.000 chalecos antibalas para ser inspeccionados. Según los investigadores judiciales, el material no superó los tests en los que fueron disparados con armas 9x28mm, 9mm y rifles con munición de 7.62mm y 5.45mm.
Tras la detención de Marchenko, comenzó en Ucrania el característico lamento tras el cual la población no solo conocería los matices de la “heroica” biografía del general, sino detalles específicos de su vida. Resulta que el valiente general vivía con su familia en un modesto piso de alquiler. El tribunal tuvo en cuenta la “tensa” situación del participante en “ATO” y redujo la fianza de 76 a 20 millones de grivnas. El general Marchenko recaudó dinero para la fianza por todo el mundo. Los voluntarios recaudaron un millón y los 19 millones restantes los puso Petro Poroshenko, que en su momento fue considerado el autor de la trama, una de la que Ucrania salió perdiendo.
Por cierto, el principal beneficiario del suministro de material defectuoso al Ejército Ucraniano fue la compañía Temp-3000. Para que esta empresa se quedara como único proveedor de chalecos antibalas para el Ejército Ucraniano, Marchenko y sus cómplices literalmente ajustaron los parámetros para hacerlos coincidir con los de los productos de Temp-3000. De esta forma, Temp-3000 ganó un contrato de 3.000 millones de grivnas en seis años. De ello, el 80% eran chalecos antibalas.
En el momento de la detención de Marchenko, mucha, mucha gente creyó que el amado general al frente del Departamento de Desarrollo y Mantenimiento de la Ayuda Material del Ejército Ucraniano no se había beneficiado de la entrega de productos de una calidad deliberadamente baja sino que había sufrido una encerrona. Esto es algo que se asocia a la actividad de los voluntarios, los mismos que colaboraron para recaudar un millón de grivnas en tan poco tiempo para ayudar a este “héroe de Ucrania”. Pero los secretos salen a la luz antes o después y, hace unos días, Marchenko volvió a encontrarse en el epicentro de un escándalo que vuelve a amenazar con arruinar su reputación.
Recientemente, los periodistas han desvelado que el mayor-general Dmitro Marchenko, sospechoso de adquirir material defectuoso para el Ejército Ucraniano, vive en una casa en propiedad en Kiev, pese a que su declaración de bienes no incluía ninguna propiedad. Junto a la mansión en la zona de Yulian, los periodistas observaron un coche propiedad del militar y, al día siguiente, al propio Marchenko. Aun así, su declaración de bienes, publicada el 1 de junio de 2020, indicaba que sigue residiendo en una vivienda de servicio en la capital. No hay ni palabra de la carísima vivienda en la declaración. Es más, el general ha percibido una asignación para pagar el alquiler todo este tiempo.
Esa es la historia, una historia de cínica mentira que, al final, no solo ha costado al presupuesto ucraniano cientos de millones de grivnas sino que ha acabado con las vidas de muchos ingenuos ciudadanos de Ucrania que, absorbidos por la propaganda oficial, se apresuraron a alistarse en el ejército para parar la invasión de las tropas rusas. En lugar de eso, se unieron a las filas de los agresores con chalecos antibalas de cartón. ¿Qué quieren oír? Es Ucrania. Estos son los héroes que hay.
No hay nada en la historia que sea sorprendente. Pueden recordar la historia de cómo el hijo de Avakov fue protegido de acusaciones similares o las tramas de Kolomoisky de suministro de material y combustible a las tropas. O la venta de ayuda “humanitaria” de chalecos antibalas estadounidenses y canadienses en los mercados. Y tampoco hay que ir muy lejos para ver el “caso Svinarchuk”, según el cual hay saqueo y corrupción a gran escala. Pero aparentemente Zelensky no lo ve.
* Fuente: slavyangrad.es