Por César Neto, Resumen Latinoamericano, 27 de agosto de 2020.
El Gobierno alemán decidió, a través del Ministerio Federal de Cooperación y Desarrollo Económicos de Alemania (BMZ), en conjunto con la Volkswagen Sudáfrica, resolvieron apoyar la lucha contra el coronavirus en Puerto Elizabeth, en Sudáfrica.
La iniciativa fue presentada a la prensa en el mes de junio. Un importante periódico local informó con el siguiente titular «la Volkswagen convirtió una antigua fábrica de repuestos en un enorme hospital para covid-19 en tan solo 7 semanas».
Los medios de comunicación dieron mucho protagonismo a esta noticia. Al fin y al cabo, en un país donde predomina la medicina privada, es decir, se favorece a quien puede pagar, una noticia de esta es recibida con gran aprobación popular. Incluso porque la situación en la que se encuentra el principal hospital público de la ciudad de Puerto Elizabeth, donde se encuentra la fábrica de la Volks, se encuentra en una situación desesperada.
¿Cómo se dio esa ayuda tan desinteresadamente?
Se pusieron a disposición 125 millones de rands (moneda local) o 6,52 millones de euros. De los cuales el Estado alemán aportó el 80% y la Volkswagen el 20%. Además de eso, la empresa hizo una donación de Equipo de Protección Personal (EPI) a los profesionales de la salud[1].
Se informa que la Volkswagen ha comprado EPIs para los profesionales de la salud en la siguiente cantidad: 50.000 máscaras N95; 65 mil delantales desechables; dos millones de guantes desechables; mil viseras; 200 termómetros infrarrojos digitales; y 190 dispositivos para controlar el contenido de oxígeno en la sangre y en el pulso[2].
La otra parte de la ayuda se entregó en la concesión de un espacio de una antigua fábrica de la Volks que fue desactivada para la construcción de un hospital de emergencia. La Volkswagen, según el sitio web del Ministerio Federal de Cooperación y Desarrollo Económicos de Alemania (BMZ), cedió las instalaciones hasta marzo de 2021[3], es decir, por menos de un año.
Ayuda desinteresada o jugada de marketing?
Históricamente la Volkswagen Sudáfrica ha exigido de los trabajadores que trabajen jornadas extremadamente largas en comparación con las jornadas de trabajo en Alemania. Un estudio del año 2000 realizado por el Comité Mundial de Trabajadores del Grupo Volkswagen muestra que en Wolfsburg, Alemania, la carga de trabajo anual era de 1.430 horas por trabajador. Mientras tanto, el trabajador sudafricano trabajaba 1.686 horas anuales, es decir, 256 horas más por año.
Sobre estos datos, algunos pueden decir: ¡son viejos! nosotros decimos que sí; pero fueron hechos antes de la flexibilización total de los derechos de los trabajadores llevada a cabo en los gobiernos de la CNA-Cosatu-PC de África del sur. Esto significa que hoy las condiciones son aún peores y las horas e intensidad de la producción son aún más mayores.
La sobreexplotación de la clase trabajadora permite a la Volkswagen en Sudáfrica, y en el mundo, una tasa de ganancia exorbitante. En este sentido, podemos decir que la «donación» de 190 dispositivos para monitorear el contenido de oxígeno en la sangre y en el pulso, los famosos oxímetros, son gastos insignificantes en la medida en que esos aparatos cuestan cada uno alrededor de 20 dólares. Lo mismo con la inversión para comprar 200 termómetros infrarrojos digitales que cuestan en el mercado minorista de 50 a 70 dólares.
Por si fuera poco, la entonces antigua fábrica de autopartes que estaba abandonada, pasó por un proceso de maquillaje. Un maquillaje que diríamos muy mal hecho, en la medida en que «el piso de concreto todavía está marcado por líneas amarillas donde estaban las máquinas[4].
No hay duda de que la primera hipocresía del Gobierno alemán y de la Volkswagen fue el uso de la pandemia para hacer marketing y presentarse como salvadores de la salud pública en Sudáfrica.
El pueblo sudafricano no necesita hospitales mal hechos e improvisados a corto plazo, que serán devueltos a la empresa después de marzo. No es necesario que compre EPIs. No necesita de jugadas de marketing que solo fingen preocuparse por el pueblo de Sudáfrica.
El pueblo sudafricano realmente necesita cobrar impuestos a las grandes fortunas; Controlar las remesas de las ganancias del capital extranjero; con este dinero, y este conjunto de medidas puede garantizar la salud pública, gratuita y de calidad para toda la población, tanto durante la pandemia como después, de forma permanente.
La persecución histórica de los trabajadores
Los alemanes tienen una larga tradición de faltar el respeto a las poblaciones africanas. En Namibia, un país vecino a Sudáfrica, entre 1904 y 1908, fue invadido por Alemania e implantó un clima de terror. Mataron a 80.000 hereros, un pueblo originario. Lo mismo sucedió en Tanzania, donde entre 200 y 250 mil personas fueron asesinadas en el mismo período. La
Volkswagen, en la propia Alemania, utilizó el nazismo para producir automóviles con mano de obra esclava. Aunque en Brasil no hubo necesidad de un régimen fascista. Aquí, Alemania y la Volks apoyaron un régimen semifascista, la Dictadura-Empresarial-Militar, para reprimir a los trabajadores, esconder a los criminales nazis y utilizar mano de obra esclava en la hacienda de Rio Cristalino, en el estado de Pará.
La Volks persigue en Sudáfrica a sus trabajadores que luchan contra el covid 19
El 4 de mayo, los trabajadores volvieron a la producción tras el cierre decretado por el Gobierno el día 27 de marzo. Para volver al trabajo, se debería haber seguido todo un protocolo de prevención de covid 19.
Entonces, las fábricas fueron autorizadas a operar con solo el 50% de la fuerza laboral para poder garantizar las medidas del protocolo de distanciamiento físico en el lugar de trabajo.
La Volkswagen impuso la utilización total del 100% de los trabajadores, operando en dos turnos, impidiendo de esa manera el necesario y obligatorio protocolo de distanciamiento físico. El portavoz del sindicato nacional Numsa, Phakamile Hlubi Majola, dijo que «no se llevaron a cabo evaluaciones de riesgo en la reapertura de la fábrica».
Incluso después de que algunos trabajadores dieron positivo por covid-19, no se llevó a cabo ninguna limpieza profunda en la fábrica ni hubo paralización de las actividades en los lugares de trabajo, lo que llevó a la rápida propagación de la infección entre los trabajadores. NUMSA afirmó que aunque muchos trabajadores tuvieron que aislarse, estos fueron llamados de regreso a la línea de producción, incluso antes de que los resultados de sus pruebas fueran confirmados como negativos[5].
En entrevista a los medios de comunicación, Irvin Jim, secretario general de Numsa y ex candidato a la presidencia por el Partido de los Trabajadores, afirmó “la empresa en lugar de referirse a sus acciones ilegales e irresponsables, insistió en decir que los trabajadores se estaban infectando en sus comunidades y no en el trabajo”.
En Sudáfrica, los trabajadores tienen un límite de días para que puedan quedarse enfermo durante el año. El período que se excede de ese límite se descuenta directamente de vacaciones y de los salarios.
Irvin Jim acusa a la Volkswagen de manipular los acuerdos de licencia médica al negarse a reconocer que los trabajadores fueron infectados dentro de la fábrica, principalmente por no adoptar el protocolo de distanciamiento. En este caso, Jim dice que la Volks considera que el trabajador que «contrajo el virus fuera del lugar de trabajo, no tiene derecho a licencia médica especial y los períodos de aislamiento o cuarentena se descontarán de las vacaciones anuales normales».
Ante esta situación, los trabajadores arrinconados, para proteger sus pocas ganancias, en caso dar positivo, y ser puestos en cuarentena excediendo el límite de otorgamiento de licencias médicas anuales, ellos optaron por no revelar los síntomas y continuaron trabajando, desarrollando la enfermedad dentro de la fábrica y contaminando a los demás.
Así, en menos de treinta días, después de la apertura de la fábrica, se produjo la primera muerte de un trabajador. Esto ocurrió el 3 de junio. Para el día 17 de julio; de un grupo de 546 trabajadores examinados 120 fueron aislados por dar positivo.
La máscara de la Volkswagen y del Gobierno alemán se cayó cuando los trabajadores intentaron plantear sus preocupaciones al gerente de Recursos Humanos (RR.HH.) y este se negó a dirigirse a ellos diciendo que «representaba un riesgo para su salud», confirmó Irvin Jim.
Cuando los trabajadores perdieron la paciencia con los despidos de la Volks, sumado a la amenaza de muerte del covid 19 dentro de la fábrica, los hicieron perder el miedo, los trabajadores realizaron una manifestación. Debemos entender lo que significa hacer una manifestación en Sudáfrica, un país capitalista periférico, dirigido por los administradores coloniales de CNA-Cosatu-PC, en el cual los trabajadores no tienen libertad legal para hacer huelga, pues antes deben «avisar y pedir permiso» a la propia empresa para paralizar la producción.
La Voks, que hizo marketing con coronavirus, acusó a sus trabajadores de ir a la huelga, aprovechándose para despedir a 14 delegados sindicales. La Volks simplemente no esperaba que sus súbditos se rebelaran, pero para los trabajadores fue la gota que derramó el vaso, la lucha por defender sus propias vidas fue urgente, y amenazaron con paralizar la producción, sin o con previo aviso. Esta vez, arrinconada, la Volks readmitió a los que lucharon por sus vidas.
La verdad, es que la Volks y el Gobierno alemán siguen la misma política practicada durante más de 100 años. En Namibia y Tanzania, donde los alemanes practicaron el genocidio y se niegan a reconocer sus crímenes. En Brasil, la Volkswagen, apoyó la dictadura, escondió a los nazis en su fábrica, organizó la represión política al servicio de la dictadura dentro y fuera de la fábrica y como si eso no fuera poco, utilizó mano de obra esclava en la hacienda de Rio Cristalino, en Pará y 35 años después del fin de la dictadura-Empresarial-Militar, se niegan a reconocer sus graves violaciones a los Derechos Humanos.
Hacemos nuestras las palabras del periódico sudafricano Mail and Guardian:
«En el vocabulario de los alemanes parece que las palabras ‘genocidio’ y
‘reparaciones’ aún no figuran o no aparecen en su léxico oficial sobre este
tema. Pero no te preocupes, podemos ayudarte: intenta en ‘Völkermord’ y ‘Wiedergutmachung’» [6]
Notas:
[1] https://www.businessinsider.co.za/vw-built-a-covid-19-field-hospital-in-sa-in-less-than-two-months-using-an-old-car-factory-2020 – 6
[2] https://timesofmalta.com/articles/view/volkswagen-helps-south-africa-in-battle-against-covid-19.810303
[3] https://www.bmz.de/en/press/aktuelleMeldungen/2020/mai/200507_pm_010_Corona-crisis-Development-Ministry-and-Volkswagen-provide-4000-additional-hospital-beds-in-South-Africa/index.html
[4] https://www.businessinsider.co.za/vw-built-a-covid-19-field-hospital-in-sa-in-less-than-two-months-using-an-old-car-factory-2020 – 6
[5] https://peoplesdispatch.org/2020/08/15/volkswagen-south-africa-reinstates-shop-stewards-after-pressure-from-union/
[6] African Journalism – Mail & Guardian – nº 16 – 15/agosto/2020