El cineasta Oliver Stone sostiene que su documental “Al sur de la frontera” que estrena esta semana en Estados Unidos, es para mostrar “la otra cara” de los procesos políticos de izquierda en América Latina “a un país desinformado con tonterías”, dijo a la AFP.
En 78 minutos el documental da una lectura de los movimientos políticos desde el punto de vista de Hugo Chávez en Venezuela, de Evo Morales en Bolivia, de Lula da Silva en Brasil, de Cristina Kirchner en Argentina, de Fernando Lugo en Paraguay, de Rafael Correa en Ecuador y de Raúl Castro en Cuba, presentados como un proceso conjunto.
“South of the border” se estrena el viernes en Nueva York y la próxima semana en Los Angeles y otras ciudades como el primer documental de Oliver Stone de mayor difusión en los cines de su país.
“Desde que llegaron Chávez y Lula dijeron: ‘Queremos llevar nuestros recursos naturales, nuestro petróleo, el gas que poseemos, a que pertenezcan al pueblo”, dijo al reconocer su admiración sin fisuras por un “luchador como Chávez”.
Convencido de haber constatado procesos democráticos muy populares en la región, Stone remarca sobre Estados Unidos, donde nació hace 63 años: “Éste es un país desinformado con tonterías”.
Para afirmar esta idea, el documental se sirve, entre otras cosas, de archivos de noticieros de la cadena conservadora FOX y declaraciones del ex presidente George W. Bush sobre Chávez o Morales, muy fáciles de caricaturizar.
Es el caso de un programa en el que los comentaristas narran cómo el presidente boliviano “come coco” y otro lo corrige: “Oh, no es coca” y prosiguen como burla.
Sin embargo, dice AFP, escasean entrevistas directas a los opositores locales. ”Sí hay algunos en la película”, aclara el director de “Platoon” (1986). “Hay un buen número de adversarios, parte del golpe de Estado, parte de la huelga petrolera, y ya sabes, parte de la guerra mediática en contra” de Chávez.
“Hay muchas críticas pero se sabe que la crítica es bastante desequilibrada en este país, se puede acceder a YouTube y encontrar nada más que mierda maléfica sobre Chávez. Por lo tanto se necesita algún contrapeso a esta historia”.
“En realidad creo que se puede encontrar un montón de críticas en YouTube y los diarios. El New York Times y El Washington Post prácticamente cada semana tienen un artículo sobre lo que Chávez ha hecho recientemente. Todas son pendejadas”, sentencia.
Para la cineasta argentina Adriana Yurcovich, que presentó en Los Angeles el documental “El Ambulante”, “‘Al sur de la frontera’ es para el público que le preguntas ‘¿Cuál es la capital de Buenos Aires?’ y responden Rio de Janeiro”.
“Muestra de una forma muy simple procesos que son muy complejos y contradictorios. No es blanco y negro ni tampoco es igual en todos los países”, dijo a la AFP.
“Es importante ser simple”, responde Stone a críticas similares a las de Yurocovich publicadas en la prensa latinoamericana.
“Si estás en contra de las políticas de reforma entonces lo que haces es complicarlo. A veces se necesita el blanco y negro, se necesita la simpleza” en el debate, responde Stone.
Ejemplifica con las actuales reformas que ha intentado el gobierno de Obama para cambiar las reglas de la banca estadounidense que se beneficia indiscriminadamente o para lograr un sistema de salud universal, ambos difíciles de acordar por la oposición republicana.
Pero cuando se menciona que estas reformas se han discutido en su país sin cierres de medios de comunicación, también adversos a Obama, el cineasta es tajante: “Lo de los cierres de radios en Venezuela son pendejadas”.
“Que no se exagere (…) en Venezuela se puede decir más o menos lo que usted quiere, excepto hacer llamados para derrocar el Gobierno o alguna otra actividad ilegal, porque es una oposición muy esfervescente”.
“No hay más críticas de Chávez allá que aquí para Obama”.
¿Existe más libertad de prensa en Venezuela que en Estados Unidos?: “Por supuesto, usted puede decir lo que quiera, allá se puede ser irresponsable. Aquí no se pueden decir cosas como ‘tenemos que derrocar a Obama’”.
“La verdad, es que están poniendo el dinero en el sistema del pueblo, están ayudando a la gente, no están ayudando a las corporaciones a crecer y enriquecerse. Ese es el fondo del asunto”, cierra Stone, asegurando que desea que un día llegue un “Chávez a Estados Unidos”.