Con una abstención de 56 por ciento del padrón electoral, en el contexto habitual de violencia ‑16 muertos reportados en la jornada- y con el antecedente de las denuncias de la compra masiva de votos por el gubernamental Partido de la U, el candidato oficialista Juan Manuel Santos obtuvo un aplastante triunfo (…).
Se consumó así el dispositivo de perpetuación del régimen de Álvaro Uribe Vélez, de quien Santos fue ministro de Defensa, y la continuidad del proyecto oligárquico y contrainsurgente del actual gobierno. Si ha de creerse lo dicho por la senadora liberal Piedad Córdoba, la candidatura de Mockus fue un instrumento de la oligarquía para dar cierta verosimilitud a un proceso comicial que fue, de acuerdo con la información disponible, una elección de Estado.
Con la legisladora coincidió el ex aspirante presidencial del Polo Democrático Alternativo, Gustavo Petro, quien hace unos días señaló, en entrevista con este diario (18÷6÷10), que «la derecha fabricó el fenómeno de la Ola de Verde con apariencia de izquierda» e infló artificialmente las encuestas en favor de Antanas Mockus «para cerrarle el paso al Polo Democrático Alternativo, que era la única opción claramente distinta» a la de la clase dirigente.
El mes pasado, la Misión de Observación Electoral (MOE) para Colombia detectó masivas compras de sufragios por el gobierno para favorecer a su candidato en los departamentos de Antioquia y Cauca, así como en la capital. A ese documento se sumó el de la Misión de Veeduría Electoral de la OEA (…)
La continuación de la política uribista constituye un factor de desesperanza para Colombia, la cual verá postergadas, durante al menos cuatro años más, cualquier expectativa de atenuar las desigualdades sociales, poner fin a la violencia y depurar una clase política abiertamente infiltrada por los paramilitares, el narcotráfico y otras expresiones de la mafia. (…)