¡Aquí están, estos son, los piquetes del patrón!. Boltxe Kolektiboa
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La información de la Huelga de la Mayoría Sindical disponible en este enlace.
El rechazo a la reforma laboral que abarata y facilita el despido y deja en papel mojado los pactos de la negociación colectiva tuvo ayer una respuesta masiva en Euskal Herria en la jornada de huelga general convocada por la mayoría sindical, que anunció que esta respuesta marca el inicio de la lucha por anular la aplicación de la reforma, que «no será tranquila».
Polígonos industriales sin actividad, fábricas paradas, y manifestaciones durante toda la jornada en las principales localidades vascas mostraron en la calle la rabia de la clase trabajadora ante las nuevas medidas aprobadas por el Gobierno español. Más de 65.000 personas se manifestaron en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, según explicaron los miembros de la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, que consideraron que la huelga general fue un éxito y un rechazo directo a la reforma laboral más agresiva y dura de los últimos 30 años.
En Bilbo, la marcha del mediodía fue la «más grande de carácter laboral celebradas en la capital vizcaina de los últimos años», afirmaron. Estuvo encabezada por los responsables de las seis organizaciones portando la pancarta «Basta de imposiciones. Gure eskubideak defenda dezagun». Patxi Agirre (Hiru), Ainhoa Iturbe (EHNE), Josu Balmaseda (ESK), Belén Arrondo (STEE-EILAS), Ainhoa Etxaide (LAB) y Adolfo Muñoz, «Txiki» (ELA), entre otros miembros de las ejecutivas sindicales, se mostraron satisfechos con la respuesta de los trabajadores que llenaban la Gran Vía a partir de la plaza Elíptica.
La marea humana gritó consignas contra la reforma y contra los banqueros hasta llegar al Ayuntamiento de Bilbo donde se sentaron en el suelo para escenificar la amplia respuesta que obtuvo la manifestación. Belén Arrondo, Ainhoa Etxaide y Adolfo Muñoz señalaron que a quienes afirmaron que no se podía preparar una huelga general en quince días «les tenemos que responder que decenas de miles de trabajadores estamos llenando las calles de Hego Euskal Herria en contra de la reforma más dura y agresiva de los últimos 30 años».
Advirtieron de que esta huelga general es un nuevo paso, pero llegarán otros de forma conjunta «para impedir que se aplique esa reforma regresiva para los trabajadores vascos».
Destacaron una actuación decidida en la negociación colectiva para mantener una condiciones laborales adecuadas. Arrondo remarcó que la reforma laboral «supone un grave retroceso de los derechos laborales», mientras que Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, precisó que «hemos llenado las calles de las capitales vascas para rechazar esta reforma laboral hecha en Madrid y a espaldas de los trabajadores vascos».
Aseguró que «debemos mantener la presión» para que la reforma laboral se eche para atrás «porque profundizaremos en la negociación colectiva para que esas medidas de la reforma laboral no se apliquen en Hego Euskal Herria».
Ainhoa Etxaide recordó que las medidas de Rodríguez Zapatero no reactivan la economía, ni el empleo y «sólo apoyan al sistema financiero al que le ofrecen todo el dinero necesario para tapar y maquillar sus cuentas, mientras que el sector público aplica recortes. Se está avanzando hacia un empobrecimiento económico. Esas medidas nos llevan a la ruina».
Adolfo Muñoz, «Txiki», cerró las intervenciones, denunciando que «sufrimos una hegemonía de política de derechas» y añadió que «aquí manda la banca, como con Franco. Botín y González. Exigen una reforma laboral dura, otra de la negociación colectiva, otra de pensiones, para reducir prestaciones y privatizarlas, el copago en Sanidad sin ningún rubor y piden que se inyecten más ayudas a la banca. Dicen qué hay que hacer y los gobiernos obedecen».
«No es un punto final»
Denunció que esas políticas de ajuste destruyen empleo y lamentó que el diálogo social «es un instrumento financiado para control social y desmovilización». A juicio del líder de ELA, «la huelga general no es un punto final. Sirve para mucho. El éxito hay que medirlo en el trabajo sindical para impedir la aplicación de estas medidas en cada ámbito concreto. La solidaridad hay que trasladarla a todos los ámbitos», concluyó.
Fue sobre todo el sector industrial vasco el que vivió con mayor intensidad la jornada de huelga. Según el seguimiento sindical alcanzó el 65%. Los sindicatos presentaron un informe pormenorizado del control que realizaron de 480 empresas de más de 50 trabajadores descontando las empresas que se encuentran con ERE y las que coincidieron en poblaciones con fiestas patronales.
«Los resultados nos permiten hablar de una gran huelga general en la CAV» y «un resultado muy significativo en Nafarroa», explicaron Jabi Garnika, secretario general adjunto de LAB, y Patxi Agirrezabala, secretario de Comunicación de ELA.
Estudio de incidencia
Agirrezabala informó de que la incidencia fue del 65% en las empresas del sector industrial vasco con más de 50 trabajadores en plantilla, que «son las más afectadas por la crisis y los chantajes de la patronal».
Según sus datos, en este sector pararon totalmente o más del 70% de la plantilla, en un total de 311 compañías, mientras que en otras 79 el seguimiento se situó entre el 30 y el 69%.
Entre los funcionarios de la administración autonómica, el seguimiento contabilizado por estas centrales fue del 55%, mientras que en los ayuntamientos rondó el 70% y en las diputaciones fue menor.
Por territorios, en Araba casi la mitad de las empresas superaron el 70% de seguimiento; en Bizkaia, el 60% y en Gipuzkoa, el 80,11% de las empresas alcanzó ese porcentaje. En Nafarroa, el paro fue «total en en algunas empresas, con una incidencia muy alta en Sakana y la zona norte, también en Iruñerria y el cinturón industrial», donde, se registraron paros relevantes, por encima del 50% en empresas importantes del metal.
Los representantes sindicales destacaron que la incidencia de la huelga en el sector servicios fue «muy elevada». En el sector comercio, destacaron que en el textil, en las empresas del grupo Inditex el paro «fue casi total», en Zara, Bershka, Massimo Dutti, Pull and Bear. Oysho, etc. También H&M, las perfumerías Marionnaud y el sector de alimentación como Sabeco, Lidl, Dia, BM pararon. Grandes superficies como Carrefour Olaberria y Oiartzun, Alcampo y el Hiper Eroski de Abadiño, permanecieron cerradas. En el sector público, «en la Administración local y foral el paro fue muy amplio». Ayuntamientos como Tolosa, Ordizia, Beasain, Pasaia, Durango, Gernika, Galdakao, Orduña, Leioa, Muskiz, Agurain, Dulantzi fue total. En Barakaldo, Santurtzi y Portugalete tuvo una amplia respuesta.
En la Administración autonómica de la CAV el paro rondó el 55%; en Justicia, el 75% y en Osakidetza afectó de forma parcial a todos los centros sanitarios, aunque el 80% se vio obligado a hacer servicios mínimos.
En Nafarroa, en el sector público el seguimiento fue amplio con paros parciales en el Gobierno de Nafarroa, Osasunbidea, Instituto Navarro de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Emergencias y se extendió en los ayuntamientos de Iruñerria, Bortziriak y Sakana.
En las Haurreskolak el paro rondó el 80%; en el transporte funcionaron los servicios mínimos, pero en los puertos de Bilbo y Pasaia el paro fue mayoritario.
En la Construcción se vieron afectadas obras importantes y en empresas como Lemona Industrial, Rezola, Portland Valderrivas, Hormigones Lazkano, Altuna y Uria, Hormigones Azkue y otras el paro fue mayoritario. Petronor paró y enel sector de las gasolineras «tuvo una respuesta irregular». También en los medios de comunicación tuvo su reflejo, GARA y Berria no se publicaron, y también hubo paros en las ediciones comarcales de Hitza y en las rotativas de Deia y Diario Vasco. EITB funcionó con servicios mínimos.
En conjunto, se trata de un respaldo mayor que el logrado en la huelga general del pasado 21 de mayo de 2009, según los sindicatos, que. también explicaron que «numerosas empresas pequeñas llevaron a cabo un paro total, contribuyendo a la visualización generalizada de apoyo a la huelga general». Agirrezabala destacó que «por mucho que las administraciones públicas y los empresarios se empeñen en valorar la huelga a la baja, la respuesta ha sido amplia. Estaba en examen la reforma laboral y en Hego Euskal Herria ha suspendido» y afirmó que «es ridículo intentar esconder la incidencia masiva de la huelga».
La patronal minimiza
Respondió así al mensaje que lanzó la patronal vasca Confebask de que la huelga fue un «rotundo fracaso» al haber logrado «un seguimiento muy limitado con diferencias no especialmente acusadas en función del sector o el territorio».
Según sus datos, el seguimiento del paro en el sector industrial fue del 18% en Araba, del 25% en Gipuzkoa y en Bizkaia se situó «entre uno y otro» de estos porcentajes, concentrándose la huelga «en empresas de cierta dimensión, mientras que en la inmensa mayoría de las pymes la normalidad es absoluta». Aseguró que la situación fue «normal» en la Construcción con excepción de algunas obras emblemáticas», y en el sector servicios observó un seguimiento «mínimo».
El Gobierno de Lakua se sumó a esta visión de la patronal, y su portavoz, Idoia Mendia, indicó que «con los datos contabilizados hasta el mediodía, que el seguimiento del paro fue desigual y no se puede calificar de una huelga exitosa». Lo situó en un 5% en la Administración pública y entre el 19 y el 25% en las empresas privadas.
Por su parte, el Gobierno navarro cifró la respuesta a la huelga general en la Administración foral en el 2,38%. Tanto los piquetes que desde primera hora de la mañana recorrieron polígonos industriales y centros comerciales como las manifestaciones de mediodía, se desarrollaron bajo la presencia intimidatoria de la Ertzaintza, que llegó a cargar en algunas ocasiones. De hecho, detuvo a tres personas, imputó a trece por desórdenes públicos e identificó a varios miembros de piquetes.
Gara
Los partidos implicados en la huelga apuestan por mantener la movilización
La huelga general marcó una clara raya divisoria entre los partidos políticos vascos. PSOE, PP, UPN y PNV la rechazaron o se desentendieron mientras la izquierda abertzale, EA, Aralar, EB y Alternatiba se echaron a la calle. Todos éstos hablan, en declaraciones hechas ayer o antes incluso de la jornada de huelga, de la necesidad de mantener el pulso con el Gobierno Zapatero.
La izquierda abertzale ya explicó el pasado jueves que consdera estas medidas como un reflejo de la «imposición» del Go- bierno español y como la constatación del «carácter subordinado y sucursalista de unas instituciones convertidas en recep- cionistas administrativos de las decisiones políticas del Estado». «No podemos estar pagando sus desmanes», añadió ante este 29 de junio que ha situado no como un punto final, sino como un paso hacia «el horizonte de un Estado vasco que permita a los trabajadores vascos la construcción de un nuevo modelo económico y social».
Aralar también entiende que «son necesarios cambios profundos, hay que cambiar de raíz este modelo», según explicó su vicecoordinador, Jon Abril.
Una amplia representación de cargos públicos e internos de EA acudió a las manifestaciones: Mariano Alava estuvo en Gasteiz, Santi Merino y Maider Carrere en Donostia, Jon Aritz Bengoetxea y Helena Gartzia en Bilbo… Esta formación remarcó que «la respuesta que las instituciones están dando a los problemas generados por la crisis económica no sólo no soluciona la situación, sino que la agrava al hacer recaer sus consecuencias sobre los sectores más afectados».
Alternatiba aboga desde su web por ir «hacia la huelga general, indefinida y revolucionaria», en palabras de Luis Mª Salgado: «Quie nadie se asuste, , no nos hemos vuelto locos ni vivimos en un sueño ‑matiza-. Este título simplemente refleja una necesidad palpable, tal y como mantenemos en todos los documentos de Alternatiba, de confrontar un nuevo modelo económico y social al capitalismo reinante». «Esta huelga no es un fin en sí mismo, debe ser el pistoletazo de salida», añade.
Ezker Batua se sumó a las movilizaciones de CCOO, donde Mikel Arana, su coordinador general, recalcó que «tenemos que decirle alto y claro a Zapatero que no vamos a permitir que con la excusa de la crisis económica, que en ningún caso hemos generado nosotros, nos robe los avances sociales que durante tantos años de lucha hemos conseguido».
Arana también habló en clave de mantener la movilización, ya que subrayó que EB no va a tolerar «ni el recorte de la negociación colectiva, ni el despido exprés, ni muchísimo menos el retraso en la edad de jubilación, que estamos convencidos de que está por llegar».
Rifirrafes en Iruñea
La unidad de acción en torno a esta huelga entre varias formaciones políticas se manifestó por ejemplo en Iruñea, donde en la manifestación se vio a Txelui Moreno o Xanti Kiroga, reprentantes de la izquierda abertzale, Maiorga Ramírez y Eva Aranguren, dirigentes de EA, y Txentxo Jiménez, coordinador de Aralar en Nafarroa.
No obstante, poco antes se produjo un incidente verbal entre miembros de un piquete y el propio Jiménez, al pasar ante la sede de Aralar y advertir que estaba abierta. Algunas personas del piquete recriminaron esta actitud a los que allí se encontraban, que posteriormente explicaron en una nota que estaban en la sede «precisamente para atender a las incidencias del día de huelga, y por cuanto se habían citado en ese lugar para sumarse a la manifestación».
Aralar asegura que sus miembros fueron insultados y admite que «hicieron frente» a los componentes del piquete. El altercado no pasó a mayores, pero el partido que dirige Patxi Zabaleta decidió denunciarlo a través de una «queja pública».
El mismo grupo tuvo otro encontronazo con el también parlamentario de Nafarroa Bai (y miembro de Batzarre) Ioseba Eceolaza, al que recriminaron que estuviera tomando un café en un establecimiento que no había secundado la huelga. Se produjo también un cruce de palabras gruesas al que, según la agencia Efe, puso fin la Policía interponiéndose entre el parlamentario y el grupo.
El PP habla por Lakua
Por lo que respecta al resto de partidos, tanto el PSE como el PNV mantuvieron silencios durante todo el día que revelaban su interés de no dar excesivo eco a la jornada de protesta.
El partido de Patxi López había mantenido en los últimos días un discurso público basado en admitir que la huelga es un derecho pero en subrayar, a la vez, que no supone una solución en las actuales circunstancias económicas. En línea con ello, la portavoz del Gobierno de Lakua, Idoia Mendia, hizo una valoración muy escueta y centrada en contrarrestar los datos ofrecidos por los sindicatos.
A mediodía, Mendia situó en un 8% el seguimiento en la Administración, y lo elevó a cotas de entre el 19 % y el 25% en las empresas. Por lo tanto, aseguró que se trataba de una protesta «desigual» y añadió su impresión de que «no se puede calificar de huelga exitosa».
«La huelga no aporta soluciones para superar la crisis ni para generar empleo», recalcó Mendia, que lamentó además que «en algunos lugares la huelga se haya pretendido imponer con coacciones y con sabotajes».
Mientras el PSE optaba por intentar reducir el perfil de la jornada, su socio del PP sí hizo un discurso más duro contra los impulsores de la protesta. De ello se encargó, en sucesivas declaraciones, el parlamentario en Gasteiz Iñaki Oyarzábal.
Acusó a los sindicatos abertzales y a CCOO de «pretender parar este país y provocar más daños a las empresas», pero al mismo tiempo les acusó, paradójicamente, de que durante los últimos años «no han protestado por las políticas de Zapatero, que son las que nos han traído hasta aquí. Hoy es muy tarde ya», aseguró Oyarzábal.
Antes de estas declaraciones, en una entrevista a la emisora Onda Vasca Iñaki Oyarzábal afirmó que los sindicatos nunca han querido apoyar medidas estructurales porque «están muy cómodos, viven de las subvenciones públicas y no les preocupa que cuatro millones de personas se hayan ido al paro, que haya jóvenes que no tengan una perspectiva de encontrar empleo y que muchísimos trabajadores no sepan cuál va a ser el futuro de sus empresas».
Junto a ello, el dirigente del PP también prefirió desviar la atención hacia los escasos incidentes. Censuró en concreto «las actividades de coacción que están sufriendo en muchas ciudadades y pueblos del País Vasco» a cargo de «quienes no dejan trabajar a aquellos que quieren defender su derecho al trabajo».
Aprovechó, además, para reivindicar las politicas del PP: «La gente sabe que seguramente nos equivocamos en algunas cosas, pero cuando nos ocupamos de la económía lo hacemos de manera mucho más eficaz».
UPN y PSN estrechan lazos
En Nafarroa, el Gobierno de UPN intentó dar impresión de normalidad total, y de hecho aprovechó el día para promocionar su acuerdo presupuestario con el PSN, que ha recortado múltiples partidas sociales.
Miguel Sanz, presidente del Gobierno, y Roberto Jiménez, secretario general del PSN, mantuvieron una reunión tras la que destacaron que su acuerdo está dando «buenos resultados». Ambos confirmaron además que tienen una reserva de gasto de cien millones de euros que piensan utilizar para incrementar los gastos de Salud ‑fármacos y personal, en concreto– y de Asuntos Sociales ‑dependencia y renta básica‑, después de los recortes anteriores.