Estado español. Izquierda Castellana: «No tenemos estado, tenemos una organización criminal con un potente aparato de manipulación»

Esta­do espa­ñol. Izquier­da Cas­te­lla­na: «No tene­mos esta­do, tene­mos una orga­ni­za­ción cri­mi­nal con un poten­te apa­ra­to de manipulación»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de sep­tiem­bre de 2020.

En las últi­mas sema­nas los medios de mani­pu­la­ción nos inun­dan con infor­ma­cio­nes sobre la poli­cía patrió­ti­ca. Una estruc­tu­ra arti­cu­la­da en el Minis­te­rio del Inte­rior para orga­ni­zar, libres de cual­quier ata­du­ra legal, la lucha con­tra el movi­mien­to sobe­ra­nis­ta y repu­bli­cano cata­lán y, apro­ve­chan­do, con­tra los movi­mien­tos rup­tu­ris­tas en general. 

De los GAL a la poli­cía patriótica

En Madrid sufri­mos cla­ra­men­te sus efec­tos, pero leyen­do aho­ra “deter­mi­na­dos medios” pare­cie­ra que la “poli­cía patrió­ti­ca” se haya mon­ta­do para com­ba­tir a Pode­mos. La poli­cía patrió­ti­ca no es más que un epi­so­dio nue­vo en la línea de los GAL, que ade­más del ase­si­na­to direc­to de acti­vis­tas pro­mo­vía la repre­sión indis­cri­mi­na­da, la tor­tu­ra en cuar­te­li­llos y comi­sa­rías y la ins­tru­men­ta­li­za­ción del apa­ra­to judi­cial. Todo el mun­do sabe, aun­que a algu­nos no se les haya lle­ga­do a juz­gar nun­ca, quie­nes con­for­ma­ban la direc­ción polí­ti­ca de esa estruc­tu­ra ile­gal y criminal.

El apa­ra­to repre­si­vo del Régi­men del 78 no tie­ne difi­cul­tad algu­na para poner en mar­cha en cual­quier momen­to diná­mi­cas de esa natu­ra­le­za, por­que es con­sus­tan­cial a ellos. No es un pro­ble­ma de este o aquel par­ti­do, es una cues­tión de Régi­men; si el Gobierno actual lo nece­si­ta­ra no ten­dría duda algu­na en recu­rrir de nue­vo a ese tipo de “ser­vi­cios”.

La segun­da edi­ción de Alfon­so Gue­rra, pero esta vez con moño y pendientes

No solo la acti­vi­dad ile­gal y cri­mi­nal de los apa­ra­tos de Esta­do es lo que uti­li­za el Régi­men cuan­do lo nece­si­ta. Aho­ra han redes­cu­bier­to el uso del jue­go del Pre­si­den­te prag­má­ti­co (Feli­pe Gon­zá­lez) y el izquier­dis­ta, el de “los des­ca­mi­sa­dos” (Alfon­so Gue­rra); y lo están apli­can­do con Pedro Sán­chez y las Vice­pre­si­den­tas del Gobierno por un lado y Pablo Igle­sias por el otro. Ya tene­mos un nue­vo Alfon­so Gue­rra, esta vez con moño y pen­dien­tes, para inten­tar­nos ven­der “motos tuneadas”.

Si las segun­das par­tes nun­ca fue­ron bue­nas, en este caso son paté­ti­cas. Los suje­tos que inter­pre­tan a estos per­so­na­jes tie­nen una capa­ci­dad y una cre­di­bi­li­dad por los sue­los. Hay que reco­no­cer que el Régi­men del 78 no tie­ne alter­na­ti­va posi­ble al Gobierno actual y por eso los cui­dan con esme­ro en el plano mediá­ti­co y tam­bién en el judicial.

La admi­nis­tra­ción de Jus­ti­cia una vez más al ser­vi­cio del poder político

La rec­ti­fi­ca­ción de la Sala de lo Penal de la Audien­cia Nacio­nal sobre la deci­sión del juez Gar­cía Cas­te­llón de reti­rar la con­di­ción de per­ju­di­ca­do a Pablo Igle­sias en el caso del robo del telé­fono de Dina Bous­selham es anto­ló­gi­co. La deci­sión de la Fis­ca­lía Gene­ral del Esta­do de que se inad­mi­tan todas las que­re­llas con­tra la ges­tión del Gobierno, así sin más, es otra expre­sión del papel que la Admi­nis­tra­ción de Jus­ti­cia jue­ga en este Estado/​organización cri­mi­nal. No es de extra­ñar que su con­si­de­ra­ción públi­ca tam­bién esté por los suelos.

Sacan­do nue­vos cone­jos de la chistera

No han dero­ga­do la Ley Mor­da­za, cosa con­cre­ta y apa­ren­te­men­te sen­ci­lla, obvia­men­te por­que no quie­ren; tam­po­co las leyes de recor­tes de dere­chos labo­ra­les, tan­to las del PSOE como las del PP, aun­que lle­van ama­gan­do con ello dos años. Pero aho­ra nos ponen sobre la mesa “otra nove­dad”, que des­de lue­go se corres­pon­de­ría con las mas ele­men­ta­les exi­gen­cias demo­crá­ti­cas, pero que des­de este edi­to­rial ya avi­sa­mos que es una dosis más de entre­te­ni­mien­to y que ade­más una bue­na par­te de sus aspec­tos fun­da­men­ta­les son invia­bles por una sen­ci­lla razón que expli­ca­mos a continuación.

Lega­li­dad y legitimidad

La tran­si­ción polí­ti­ca y la cons­truc­ción del Régi­men del 78 se hizo sobre la base de la lega­li­dad fran­quis­ta. Fue­ron las Cor­tes fran­quis­tas las que apro­ba­ron la Ley de Refor­ma polí­ti­ca en 1976 y sobre la base de esa ley se con­vo­ca­ron elec­cio­nes gene­ra­les en 1977 a Cor­tes, Con­gre­so y Sena­do; por cier­to, este últi­mo tenía nada menos que cua­ren­ta miem­bros de desig­na­ción real, es decir no ele­gi­dos. Y todo esto fue hecho en base a esa lega­li­dad, la deri­va­da del fran­quis­mo, con un Jefe de Esta­do nom­bra­do por Fran­co como su suce­sor a títu­lo de Rey y ya en uso pleno de sus fun­cio­nes. La Cons­ti­tu­ción del 78 se ela­bo­ró en esas cir­cuns­tan­cias y bajo la super­vi­sión del Ejér­ci­to y del con­jun­to de los pode­res fác­ti­cos del momen­to. En esa Cons­ti­tu­ción en nin­gún momen­to se decla­ra ile­gal al Régi­men franquista.

Refor­ma /​Rup­tu­ra

El deba­te entre refor­ma y rup­tu­ra no era pues un deba­te for­mal. La rup­tu­ra supo­nía y supo­ne el no reco­no­ci­mien­to legal del fran­quis­mo y, por tan­to, no par­tir de esa base para cons­truir las nor­mas jurí­di­co-polí­ti­cas en las que se enmar­can nues­tras vidas. La refor­ma, base polí­ti­ca y doc­tri­nal sobre la que se hizo la Tran­si­ción, si reco­no­ció esa lega­li­dad como referencia.

No se pue­de con­fun­dir legi­ti­mi­dad con lega­li­dad. Cier­ta­men­te muchas de las cosas que se han hecho duran­te los últi­mos años han sido úti­les para des­le­gi­ti­mar al Régi­men fran­quis­ta, espe­cial­men­te des­de los movi­mien­tos socia­les. Pero eso es total­men­te insu­fi­cien­te. Hay que decla­rar la ile­ga­li­dad del Régi­men fran­quis­ta, ello es lo que nos per­mi­ti­rá avan­zar real­men­te en un pro­ce­so demo­crá­ti­co constituyente.

Pon­ga­mos un ejem­plo: se nos anun­cia que se van a anu­lar los títu­los nobi­lia­rios crea­dos por el Régi­men fran­quis­ta, todos menos curio­sa­men­te el prin­ci­pal de ellos: el de Prín­ci­pe de Espa­ña y des­pués Rey en la figu­ra de Juan Car­los I. Fran­co como Jefe de Esta­do tenía atri­bui­da esa potes­tad, por lo que si el Régi­men fran­quis­ta en su tota­li­dad no es decla­ra­do ile­gal, nos teme­mos que en los recur­sos judi­cia­les ‑que los habrá por par­te de los afec­ta­dos- estos ten­drán muchas posi­bi­li­da­des de ganarlos.

Si vivi­mos en “el mun­do entre las nubes” de los medios de mani­pu­la­ción y de las redes mediá­ti­cas aso­cia­das a la repro­duc­ción del poder, ade­más de embru­te­cer­nos cada vez más, no per­ci­bi­re­mos la reali­dad tal cual es, que al fin y al cabo es lo que pretenden.

Hemos de hacer el mayor esfuer­zo por orien­tar nues­tro tiem­po, nues­tra bús­que­da de infor­ma­ción y cono­ci­mien­tos a la reali­dad real, a lo que real­men­te está pasan­do. Des­de lue­go con las cla­ses tra­ba­ja­do­ras en nues­tros pue­blos y barrios, pero tam­bién sobre la deri­va abso­lu­ta­men­te paté­ti­ca que el Régi­men está tenien­do en esta últi­ma fase de su existencia.

Pode­mos y tene­mos que derro­tar­los. La orga­ni­za­ción y el movi­mien­to popu­lar serán los ins­tru­men­tos esen­cia­les para ello.

Izquier­da Castellana

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