El consejero de Educación, Javier Imbroda, se muestra incapaz de sofocar las movilizaciones de la comunidad educativa reclamando más seguridad para este curso. Todo pese a que ha asegurado que el 99% de los centros están libres de Covid-19.
Sara Caleya, madre insumisa, coordinadora del grupo de Facebook Por una vuelta voluntaria y segura Jerez, con más de 800 seguidores sumando los indignados que solo usan Whatsapp, no se cree esos datos. “En muchos colegios no se está tomando la temperatura y no todos están entregando los planes de contingencia porque no están sellados”, asegura. Y, en cualquier caso, aprovechando que hace cola en Correos mientras hace las declaraciones telefónicamente, se pregunta por qué no pueden acceder a la oficina del servicio postal más de diez personas y los niños y adolescentes tienen que pasar seis horas encerrados entre cuatro paredes con grupos que superan, de largo, los 25 integrantes máximos permitidos en Primaria o los 30 en Secundaria.
“Si me dan a elegir entre salud y educación, elijo salud”, señala, por su parte, Lola Rodríguez, madre de una niña de 7 años de Puerto Real que no ha pisado todavía la clase. Miembro destacado de la comunidad Vuelta a Aulas Voluntaria y Segura-Prov Cádiz, con 8.151 seguidores en Facebook, lamenta que “Educación haya tenido desde marzo para responderse a qué hacíamos con la escuela” pero no ha hecho la tarea.
“Ceder espacios para rebajar la ratio es una opción”, apunta. De hecho, ayuntamientos como los de Cádiz o El Puerto han formulado ya propuestas concretas en este sentido. Pero también plantea ofrecer enseñanza telemática a las familias en situación de vulnerabilidad por cuestiones de salud. “Pero solo a las que se encuentren en situación de vulnerabilidad”, remarca, porque, advierte, “la enseñanza telemática opcional podría llevar a no invertir cuanto hay que invertir para garantizar la seguridad”.
Lola admite que “se siente sola”, desprotegida, como otros muchos padres y madres. El consejero ya ha amenazado con poner en marcha protocolos de absentismo ante la falta a clase prolongada e injustificada. “Únicamente llevaré a mi hija cuando se adopten las medidas sanitarias necesarias o si me van a multar porque no puedo hacer frente a una sanción”, señala.
Daniel Fernández, portavoz de Ustea en Cádiz, defiende que “llevar a los niños al colegio es una decisión personal, depende del centro, porque algunos tienen serias dificultades para hacer grupos burbujas, cuando no imposibilidad, la familia… El absentismo puede estar justificado si hay situaciones de riesgo”. En este sentido, hace una semana, el portavoz de la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE), Javier Fernández Franco, declaraba a Andalucía Información que “lo mejor es el diálogo, la información y compromiso mutuo entre el centro y las familias”. Hoy, sin embargo, las posturas parecen irreconciliables.
Fuente: www.andaluciainformacion.es
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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