Por Cida de Oliveira. Brasil de Fato. Resumen Latinoamericano, 24 de septiembre de 2020.
En la publicidad en prime time de todo el país, el agronegocio es tecnología, y todo lo que nos quieran vender, pero este discurso no demuestra que sea, en realidad, la mayor causa de conflictos en la Amazonía. Sin mencionar que el sector que incluye ganadería y monocultivos extensivos, como soja, maíz, algodón y eucalipto, entre otros, también está detrás de la deforestación y los incendios. En 2017 y 2018, fue responsable de más de la mitad de los 995 conflictos que involucraron a 131.309 familias en los estados de Amazonas, Pará, Maranhão, Roraima, Amapá, Acre, Mato Grosso y Tocantins.
Los datos provienen del Atlas socioterritorial de conflictos panamazónicos, lanzado este miércoles 23 por la Comisión Pastoral de Tierras (CPT). Inédito, el atlas contó con la participación de la Universidad Federal de Amapá, Observatorio de Democracia, Derechos Humanos y Políticas Públicas y organizaciones de países de la región amazónica. Entre ellos, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) y la Federación Nacional de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, ambos de Bolivia; el Instituto del Bien Común, Perú; y Asociación Minga y Universidad de La Amazonia, de Colombia.
Según la publicación, la tala de árboles por parte de madereros que actúan ilegalmente, contribuyendo a la degradación de la Amazonía, aparece en el segundo lugar del ranking.
Amazonía en guerra
De los casi mil conflictos registrados en 2017 y 2018, más de la mitad (59%) ocurrieron por disputas de tierras sin legalización y/o sin título legal. En la mayoría de los casos, comunidades tradicionales e indígenas cuyos territorios no han sido reconocidos y demarcados, o áreas de ocupantes ilegales sin reconocimiento.
Engañados con promesas de tierras fáciles, los pequeños agricultores representan el 42% de los involucrados en los conflictos. Las comunidades tradicionales son el 29%, seguidas de las indígenas (17%) y quilombolas (11%).
En los dos años estudiados se registraron 80 asesinatos, incluidas seis mujeres. Además de las amenazas de muerte, agresiones y criminalización del liderazgo de las familias involucradas en los conflictos.
Bosque amenazado
El atlas panamazónico recopila datos de las porciones de la selva tropical más grande del mundo en otros tres países, en los que, a diferencia de Brasil, la agroindustria no es la mayor amenaza. En Bolivia se trata de tala ilegal y obras de infraestructura. En Colombia, infraestructura, cultivos ilícitos y tala. Y en Perú, la minería aparece como la principal causa de conflictos, seguida de la extracción de petróleo y otros hidrocarburos.
En la Amazonía colombiana hubo 227 conflictos, que involucraron a 7.040 familias. En Perú, 27.279 familias estuvieron involucradas en 69 disputas. Y en Bolivia, 1.931 familias, en 17 episodios. En la gran mayoría de los casos se trataba de familias indígenas. En estos tres países, 38 personas fueron asesinadas.
La edición de un atlas pan-amazônico fue decidida en una reunión celebrada en marzo de 2018, en la ciudad de Cobija, Bolivia, como una rama del VIII Foro Social Panamazónico (Fospa), en Tarapoto, Perú.
Fuente: Brasil de Fato
Foto: Raphael Alves //AFP