Por Marcelo Langieri y David Pike /Resumen Latinoamericano /Grandes Alamedas/19 de octubre de 2020.
“Nuestra victoria es que entramos al campo de concentración siendo militantes y salimos siendo militantes”
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El dirigente de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM) surge desde la actividad privada y tiene en su currículo una amplia y respetada trayectoria dentro del campo de la lucha popular, tanto en la CTA Autónoma, en su propio gremio como en la lucha por los Derechos Humanos. Dueño de un perfil bajo pero aguerrido, Ricardo Peidro Secretario General de la CTA Autónoma, militante desde sus albores fundada en 1991 de la que siempre fue parte, como Secretario de Derechos Humanos y Secretario Adjunto, anteriormente.
Militante del JUP – Montoneros (Juventud Universitaria Peronista – Facultad de Medicina de la UBA.) fue secuestrado el 10 de mayo de 1977 junto a su compañera, Gabriela. Posteriormente estuvo exiliado en el año 1978.
Entró en 1980 en un laboratorio como Visitador Médico y ahí comenzó a militar en la práctica gremial, ocupando cargos en la seccional de Lomas de Zamora de la AAPM, después ocupó la secretaría de Prensa y DDHH en la conducción Nacional del gremio.
Testificó desde antes de la CONADEP, en más de una docena de juicios, entre ellos ABO 1, 2 y 3 que juzgó por delitos de lesa humanidad a 15 exmilitares cometidos en los tres centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCD) dependientes del I Cuerpo del Ejército. “Club Atlético”, “El Banco” y “Olimpo”, que funcionaron durante la última dictadura. Por su testimonio, el de su compañera y otros ex detenidos desaparecidos se dictaron seis cadenas perpetuas.
En su detención ilegal, junto a las vejaciones y torturas, tuvo contacto con compañeros y compañeras que estuvieron detenidos por esos días en El Atlético, tal es el caso del uruguayo Gustavo Insaurralde, quien fue detenido en Paraguay y compartió celda con él en Buenos Aires. Su testimonio fue clave en el Juicio por el Plan Cóndor en Argentina, ya que él fue el único testigo que dio cuenta de la situación de Insaurralde..
Grandes Alamedas: ¿Cuál es el significado histórico del 17 de octubre para el movimiento obrero?
Ricardo Peidró: Si hay un hecho en la historia de los que se dice que son bisagra, que son un antes y un después, si hay un acontecimiento que es fundamental en la historia de nuestro país, por supuesto, para la clase trabajadora, es el 17 de octubre. Es indiscutible esa irrupción del pueblo, de la clase trabajadora en la historia, en la vida, en la sociedad, en las relaciones laborales. Fundamentalmente porque plantea un nuevo tipo de sociedad donde se rompe con las relaciones de sometimiento de la clase trabajadora. No porque no existiera el sindicalismo, no porque no existieran las luchas populares anteriores. Estamos orgullosos de las que llevaron adelante el pueblo y la clase trabajadora en los años anteriores al peronismo, es indiscutible sino sería desconocer la historia. Pero la masividad y el protagonismo de la clase trabajadora en ese 17 de octubre marcó la historia hasta nuestros días.
No se puede leer la historia sin ver la importancia del 17 de octubre. No se puede ni siquiera hoy, después de tantos años, explicar el peronismo, con sus traiciones a la clase trabajadora, fundamentalmente en la década del “90, sin entender lo que significó el 17 de octubre. Culturalmente este pueblo no ha sido sometido, a pesar de la barbarie, a pesar de todo lo que ha ocurrido. Cuando uno dice que es culturalmente peronista es porque a través de generaciones se fue transmitiendo esta identidad. A pesar de todo lo vivido las clases dominantes nunca pudieron volver a ser lo que eran anteriormente al 17 de octubre. No porque no hayan tenido las clases dominantes épocas de privilegio, no porque, hoy mismo, haya una gran desigualdad, sino porque en toda latinoamérica no se encuentra una experiencia semejante. Para la formación de la conciencia de los trabajadores argentinos el 17 de octubre es fundamental.
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G.A.: Es conocido que la CGT declaró un paro para el 18 de octubre pero los acontecimientos se precipitaron. ¿Cómo interpretas este hecho?
R.P.: Tal cual lo decís vos, el paro se declara para el 18 de octubre. Realmente los acontecimientos son así. El pueblo y la clase trabajadora establecieron las condiciones reales. Las formalidades quedaron subordinadas a la conciencia, al clima y a lo que había decidido en los hechos la clase trabajadora. La CGT en ese momento respondió a los tiempos de los dirigentes, y eso que algunos estaban comprometidos con el proceso en marcha, pero sus tiempos no eran los tiempos de la clase trabajadora que veía que era imprescindible provocar un hecho en lo inmediato. Cuando analizamos los acontecimientos de la historia vemos que primero se crean las condiciones para su realización.
Este es un hecho que no se analiza, se cree que fue un paro de la CGT, un paro formal, y la verdad es que no fue así. El paro formal vino al otro día. La clase trabajadora fue la que creó las condiciones para la realización del 17 de octubre.
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G.A.: Aquel 17 de octubre tuvo como protagonista principal a la clase obrera fabril. Hoy la composición de la clase trabajadora se ha modificado ¿Cómo pensás hoy el sujeto protagónico teniendo en cuenta estos cambios?
R.P.: Yo soy secretario general de la CTA Autónoma, cuando fundamos la CTA en la década del ‘90 no era fácil irse de la CGT por lo que significa esa sigla para la organización de la clase trabajadora. El modelo sindical que se desarrolló a partir del ‘45, con trabajadores en pleno proceso de construcción de derechos, esa clase de trabajadores formales en la década del ‘90 no existían más y aquel modelo sindical no respondía a las necesidades porque la clase trabajadora estaba atomizada por el propio sistema. El problema de la atomización de la clase trabajadora no pasaba por las diferentes siglas; el problema era que el poder los estaba atomizando en trabajadores formales, trabajadores informales, trabajadores desocupados. En ese momento nosotros dijimos que el sindicato se tenía que trasladar también al barrio. Había que organizar a los trabajadores en el territorio porque no había trabajo formal. No podía ser que el modelo sindical tradicional te dijera: “perdiste el trabajo, lo lamentamos, no te podemos representar, cuando consigas laburo te volvemos a representar”. Eso era imposible, no solo por una cuestión ética, si no organizas a la clase trabajadora en todas sus dimensiones el poder te debilita. Hoy hay un debilitamiento de la clase trabajadora. Entonces, frente a esta realidad, nosotros no podemos encuadrar a la clase trabajadora exclusivamente como trabajadores formales que están aportando a un sindicato. La condición de trabajador no te la da un patrón, el trabajador es aquél que trabaja o tiene la potencialidad de hacerlo. Esa situación es la que le da su condición de trabajador o trabajadora. Si no quedás supeditado a que organicen a los trabajadores los patrones y que te digan cómo tenés que hacerlo. Esta caracterización explica el surgimiento de los trabajadores de la economía popular y de las organizaciones sociales; por eso nosotros en la CTA tenemos también la afiliación directa. Así, a la CTA Autónoma te podés afiliar a través de tu sindicato, a través de tu organización social o también mediante la afiliación directa a la Central. La clave es la unidad en la acción de la clase trabajadora, que pasa por romper la atomización que nos plantean los grupos de poder. Si nosotros vemos en escala histórica la realidad, la clase trabajadora a partir de 1945 ensayó distintas estrategias y este nuevo embate que venimos sufriendo nos tiene que dar elementos para elaborar nuevas estrategias para organizarla. Esta estrategia tiene que tomar elementos de de lo que fue y de lo que es actualmente.
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G.A.: ¿Hay algún legado vigente del 17 de octubre en el movimiento de trabajadores?
R.P.: Los que nos definimos como peronistas, el peronismo no se puede reducir el pejota por supuesto, podemos tener distintas posiciones, pero lo que uno reivindica como carga cultural del peronismo es el legado histórico que la clase trabajadora es la protagonista de la unidad. Y no me refiero a la unidad de siglas o de dirigentes. Una unidad con protagonismo de los trabajadores para revertir situaciones que parecen imposibles de revertir. El legado histórico del 17 de octubre, de aquel peronismo, es que hay derechos que son irrenunciables. Los derechos humanos en todas sus dimensiones: derecho a la salud, a la educación, el derecho a las vacaciones, el derecho a vivir dignamente, ese es el legado de aquel 17 de octubre.
A lo largo de la historia al peronismo no lo pudieron derrotar a través de los fusilamientos, de la represión o de la proscripción. La estrategia para controlarlo indudablemente fue la cooptación, como sucedió en la década del ‘90. En esa época se cae el muro y acá se nos cayó el peronismo. Se decía que estaba todo perdido, a la deserción del peronismo en la Argentina, se sumaba la caída del muro en Europa, la verdad que se planteaba un futuro terrible. Encima con el discurso del fin de la historia y el fin de las ideologías los cambios se mostraban como irreversibles. Por supuesto que después esta situación se revirtió en toda la región, pero una de las razones por las cuales Argentina pudo recuperarse fue el legado del 17 de octubre y del peronismo. Desde adentro del peronismo vivimos la cooptación con situaciones muy duras. Antes del golpe, en el ‘75, se estaba produciendo en nuestro país un salto cualitativo en la conciencia y organización en relación a los principios revolucionarios del movimiento obrero. En el año 1975 las comisiones internas, la representación directa de los trabajadores en el interior de las fábricas, en el interior de los lugares de trabajo, donde los trabajadores votaban directamente, eran comisiones internas relacionadas a los sectores revolucionarios del peronismo. La mayoría de las comisiones internas estaban relacionadas a los sectores de la tendencia, a Montoneros, al Peronismo de Base y a sectores de la izquierda partidaria. Estas comisiones internas no eran la representación de los sindicatos del sector, se estaba produciendo un movimiento muy importante que fue leído rápidamente por el poder. Inclusive, hay documentación desclasificada que demuestra la participación de la embajada de los Estados Unidos. Fueron publicados mensajes que enviaba el embajador americano a Kissinger donde le decía que la mayoría de las comisiones internas de las fábricas no respondían a las conducciones de los sindicatos y que los patrones tenían que negociar con las comisiones internas.
Se estaba produciendo en los años ‘74-‘75 dentro del peronismo un movimiento que estaba profundizando la revolución inconclusa del peronismo. Una de las razones fundamentales del golpe del ‘76 fue la organización de los trabajadores y trabajadoras al interior del movimiento obrero. En ese proceso el peronismo tuvo un rol fundamental, la mayoría de esas comisiones internas se declaraban peronistas, de un sector del peronismo, que en ese momento era mayoritario dentro de la clase trabajadora.
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CTA Autónoma
En 1991 un centenar de trabajadores y dirigentes gremiales en lucha contra el menemato se reunieron para construir una herramienta de lucha al considerar que el modelo sindical tradicional estaba agotado y no podía dar respuesta a la nueva configuración de la clase trabajadora producto de las políticas económicas y sociales neoliberales.Así surgió el “Encuentro de Burzaco”, en diciembre de ese año.En ese momento se plantearon tres ejes fundamentales: recuperar la identidad de clase trabajadora, defender la autonomía de la organización frente a los partidos, los gobiernos y los patrones, generar una política hacia los compañeros que habían quedado desocupados y transitar un camino hacia la libertad y democracia sindical.
De ahí se conformó en 1992 el Congreso de Trabajadores Argentinos; que en 1996 pasó a ser la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) con el objetivo de luchar por una sociedad sin excluidos agrupando a Sindicatos, Organizaciones Sociales, Organizaciones de Jubilados y Afiliados Directos (cualquier persona mayor de 14 años que vive, vivió o quiere vivir de su trabajo).La Central pasó por diversas coyunturas políticas y divisiones internas que llevó a que en el 2014 se constituyera la Central de Trabajadores Argentina Autónoma de la que hoy Ricardo Peidró es el Secretario General.
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G.A.: ¿Cómo analizas la actual coyuntura y cómo está parado el movimiento obrero frente a ella?
R.P.: Más allá de lo difícil de la situación actual, hay una intención muy clara. Así como en la década de los ‘90 se planteaba el fin del trabajo, el fin de las ideologías, hoy hay un discurso parecido. Si nos corremos de la pandemia un minuto veremos que antes de la pandemia ya estaban planteando que con las nuevas tecnología iba a haber una nueva relación laboral, que no podían continuar los mismos derechos laborales que había en el pasado. Estaban planteando un futuro del trabajo sin derechos, meritocrático, con un contrato individual disfrazado de libertad. No solamente se ve acá esta posición, se la ve a nivel internacional. En la OIT, en las últimas asambleas que se realizaron, los patrones cuestionaron el derecho de huelga. Una de las razones por las cuales no se llegó a acuerdos es porque los patrones cuestionaron el derecho de huelga y los derechos colectivos de los trabajadores.
La pandemia ha dejado al descubierto las injusticias provocadas por el neoliberalismo, centralmente por el desmantelamiento del sector de la salud y el aumento de la pobreza. Así, todos los problemas se hicieron más visibles. Desde algunos sectores, no nosotros, dijeron que a partir de quedar en evidencia la importancia del Estado, los trabajadores y trabajadoras seguramente van a tener un cambio y la verdad es que ni la pandemia ni el virus pueden hacer lo que no podemos hacer nosotros. Los sectores de poder consideran exactamente lo contrario de lo que pensamos nosotros, esto lo vemos claramente cuando discutimos las paritarias. Ellos cuestionan la existencia de relaciones rígidas y que tienen que haber relaciones laborales flexibles, una relación individual entre el patrón y el trabajador, que haya “libertad” en el trabajo, y que hay que hacer una nueva ley de contrato de trabajo y que el teletrabajo va a modificar las relaciones laborales. Nosotros planteamos exactamente lo contrario hacia el futuro, planteamos desde la perspectiva de la clase trabajadora un futuro del trabajo con más derechos, donde el Estado tenga un rol protagónico en las relaciones de la sociedad y que la tecnología esté al servicio de los trabajadores y no en contra de la clase trabajadora. Hay que discutir quién la va a manejar, quién va a ser el dueño de esas tecnologías hacia el futuro.
La situación se ha agravado con el aumento de la pobreza, la desigualdad y todo esto que estamos discutiendo con los sectores de poder. La realidad es que hay que dar mil vueltas para cobrarle un impuesto a la riqueza por única vez. La relación de fuerzas con ellos es desfavorable, es una balanza que está desequilibrada. Por otro lado somos optimistas porque hay una vocación del movimiento de trabajadores de responder con unidad a todas estas cuestiones. Unidad entendida, como lo decimos siempre, como unidad en la acción y tomando conciencia del poder que estamos enfrentando.
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GA: En los últimos meses la agenda política la está marcando la derecha. La CTA Autónoma está planteando una campaña de distribución de la riqueza y forma parte del armado del Manifiesto Nacional por la Soberanía, el Trabajo y la Producción ¿Hay en estas acciones una intención de retomar la iniciativa como parte del movimiento de trabajadores y trabajadoras?
R.P.: Sí exactamente. El Manifiesto surgió el 1ro de Mayo, allí convergen distintas corrientes del movimiento obrero, entre ellos la CTA Autónoma. Hay compañeros y compañeras que construyen dentro de la CGT, como la Corriente Federal; están los compañeros de los movimientos sociales, como la UTEP; e inclusive sectores de las pequeñas y medianas empresas, en contraposición a las imposiciones de los grandes grupos económicos. En ese sentido, pudimos ponernos de acuerdo en grandes líneas en las cuales debemos avanzar independientemente de las banderas o las siglas que nos agrupen.
En ese Manifiesto planteamos el camino al salario universal, una distribución verdadera de la riqueza, soberanía energética, alimentaria, el tema de la salud, de la educación, etc. Son cuestiones que apuntan a encontrar un camino en común para terminar con esta desigualdad agobiante que hay en este país. El tema de la tierra, la derecha se escandaliza por las tomas, está haciendo campaña en ese tema. Desde el Manifiesto, apoyamos proyectos como la vuelta al campo que es verdaderamente para esta época revolucionario y es fundamentalmente porque no se puede vivir en los grandes conglomerados de las grandes ciudades, es clave y necesario hacer una reforma en la producción agraria.
Son temas que nosotros planteamos en el Manifiesto del Trabajo, Producción y Soberanía y es una de las luces que se ven para avanzar en estas propuestas. Inclusive están incorporados muchos compañeros y compañeras que tienen representación institucional en el gobierno y también otros que no. Así que en ese sentido, nos parece que es un polo de atracción muy importante para la clase trabajadora y muestra también, que se puede tener unidad en la propuesta manteniendo la identidad.
También está la Mesa de Diálogo por el Trabajo y la Vida Digna, ahí fue encarado en el primer momento por la Pastoral Social, convivimos sectores de la CGT, de la CTA de los Trabajadores, nosotros de la CTA Autónoma, incluso hay sectores de la pequeña y mediana empresa, para tratar de instalar cuestiones en común para poder avanzar en revertir la realidad de hoy.
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G. A.: ¿Cómo caracterizan al gobierno nacional?
R. P: Nosotros nos sentimos como CTA Autónoma protagonistas de la derrota del gobierno de Macri. Un gobierno que creía que era inevitable su reelección y la resistencia de este pueblo lo frenó. Nosotros al mes le hicimos un paro y movilización cuando anunció las medidas de gobierno. No hubo un día que nuestros compañeros y compañeras no estuvieran en la calle resistiendo. Ya sea como protagonistas o en unidad con otros sectores, fueron esas grandes movilizaciones, esa resistencia, que provocaron la derrota de Macri.
Muchos de nuestros compañeros, hay grandes líneas de nuestra Central, forman parte de la experiencia del Frente de Todos. Es un gobierno con contradicciones internas, pero que indudablemente hay que fortalecer con autonomía los lugares en los que consideramos que tenemos que avanzar ¿Qué nos puede pasar negativo? Esa foto de la AEA con un dirigente sindical de la CGT, si repetis las fórmulas históricas el resultado va a ser el mismo. Entonces en eso nosotros fuimos críticos, hay que convocar a todos los sectores, ya sean los sectores gremiales, los movimientos sociales, la pequeña y mediana empresa; en algunos ministerios se está convocando de esta manera.
Dentro de todas las contradicciones que se están llevando adelante, nosotros creemos que no es respaldandose en los sectores de poder existentes, responsables de la desigualdad y de la pobreza, que se va a salir adelante. Lo que planteamos es que la convocatoria sea cada vez más amplia, porque los poderosos votan todos los días, no esperan cada dos años para votar, condicionan todos los días. Si te encerras en tu gobierno y te transformas en algo sectario, aunque creas que estás haciendo las cosas bien, el poder real te derriba; si no amplias el volumen política, la base de sustentación y las condiciones que te puedan sostener. Por supuesto nosotros nos planteamos una agenda propia, con autonomía, que no significa neutralidad. Fue un avance derrotar a Macri, hay que profundizar en algunos aspectos y ampliar la base de sustentación para que estos tipos no vuelvan.
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G. A.: El movimiento obrero supo defender sus derechos, mantener las grandes conquistas de aquel primer peronismo, sin embargo el neoliberalismo con la flexibilización y precarización del trabajo, ha logrado correr a grandes franjas de la clase trabajadora de esos derechos. A 75 años del 17 de octubre ¿Creés que se hace necesario vivir un acontecimiento similar para volver a reconquistar esos derechos para toda la clase trabajadora?
R.P.: Tenemos una clase trabajadora distinta a la que teníamos hace 75 años y tenemos que ver de qué manera la organizamos para tener poder frente a los sectores dominantes o hegemónicos. Por otro lado, es muy difícil que nosotros podamos revertir la situación en este país si no lo pensamos en clave regional o global. Antes vos tenías toda la cadena de valor en Argentina, las empresas ahora esa cadena de valor la tienen a lo largo de distintos países. Cómo organizar la clase trabajadora en toda esa cadena de valor, porque por ahí le haces un paro acá y no le movés un pelo si no tenes una determinada coordinación con la clase trabajadora regional o global. Del mismo modo la deslocalización, las empresas hoy en día no les conviene las relaciones laborales en este país y se van a otro lugar excepto en determinados rubros.
Entonces, primero hay que construir el poder de la clase trabajadora en toda su concepción y también las relacionan con la clase trabajadora regionales que es lo que estamos haciendo para dar respuestas regionales. Estos tipos con la globalización dan respuestas globales.
Esa concepción de la patria grande hoy se convalida mucho más. Hoy estamos en una situación difícil con lo que ocurre en Brasil con Bolsonaro, en Bolivia con el golpe, en Chile con Piñeira, en Uruguay… Es indispensable la unidad regional para enfrentar esta situación. Somos optimistas porque se están dando movimientos en los distintos países de unidad de la clase trabajadora que pueden revertir esta situación. La unidad de la clase trabajadora no es entre dirigentes que se juntan y hacen una sola sigla, sino que la unidad te la da ponerse de acuerdo en la acción y en propuestas para salir adelante en clave regional.
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G.A.: ¿Querés cerrar la entrevista con algún comentario?
R. P.: Mi generación el 17 de octubre, lo vivíamos con lo que nos transmitían nuestros viejos, lo mamabamos en el barrio, yo soy de Lanus. A la generación del ‘70, la del “Luche y Vuelve”. ese 17 de octubre nos marcó, no habíamos nacido, pero es como si estuviésemos ahí, eso se va transmitiendo. Ese 17 de octubre está metido en el ADN de nuestro pueblo, por eso se les hace tan difícil derrotarnos. Hemos pasado por momentos difíciles, hay derrotas que parecen que son definitivas; sin embargo, resurgimos en la resistencia, resurgimos frente a ese poder.
Para mi la continuación de ese 17 de octubre, se refleja en la resistencia peronista, en la acción de esa generación del 70, en esas JP regionales, en Montoneros, en eso que fue tan importante para nosotros, que marcó una época y que más allá de los errores que hemos cometido, creo que estamos en condiciones de cumplir los sueños que tuvieron nuestros compañeros. Pasamos por momentos muy difíciles, los que pasamos por la dictadura, los que pasamos por campos de concentración entramos militantes y salimos militantes. Hubo un 17 de octubre con el pueblo en la calle y eso no lo pueden borrar de la historia, es lo que nos sigue guiando.
Por Consejo editorial, entrevistaron Marcelo Langieri y David Pike.
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