Por unos servicios sociales dignos… Murrizketarik EZ!!!
Este miércoles movilización ante el Ayuntamiento para denunciar recortes, falta de recursos, saturación del albergue municipal y en demanda de una solución permanente que acabe con la situación de sin hogarismo en Barakaldo.
•Solo se atiende a menos de la mitad de las personas sin hogar localizadas y sólo permite estar una semana cada tres meses. Al no activarse el protocolo de atención invernal.
•Producto de las actuales condiciones meteorológicas el albergue municipal está saturado. Y se obliga a las personas sin hogar del municipio a residir en cajeros o soportales.
Nota de prensa
Berri-Otxoak denuncia que decenas de personas sin hogar duermen de nuevo en la calle porque Barakaldo no adopta medidas para protegerlas
● La plataforma contra la exclusión acusa al Ayuntamiento de Barakaldo de “echar” del albergue e impedir el acceso a una treintena de afectados en pleno invierno y segunda ola de covid-19
● Las personas sin hogar vuelven a dormir en los cajeros de bancos como ocurría hasta la declaración del estado de alarma por la pandemia
● El 22 de octubre se conmemora el Día de las Personas Sin Hogar
Barakaldo, 21 de octubre de 2020.
La plataforma contra la exclusión Berri-Otxoak ha denunciado que “decenas” de mujeres y hombres están de nuevo durmiendo en la calle “porque el Ayuntamiento de Barakaldo se niega a adoptar medidas integrales para solucionar el problema de las personas sin hogar”.
La acusación se ha producido durante una protesta realizada en Herriko Plaza, durante la que un activista, caracterizado como persona sin hogar, se ha refugiado en plena entrada del edificio consistorial con un cartel con la frase ‘El Ayuntamiento me deja sin techo’.
Berri-Otxoak ha destacado que “en plena temporada invernal y con la segunda ola de la pandemia de Covid-19, el Ayuntamiento se ha desentendido y no solo ha echado a la calle a decenas de personas, sino que además tiene desbordado el albergue municipal y sigue sin tomar ninguna medida pese a los riesgos para la salud en el sentido más amplio de la palabra”.
El albergue, situado en los bajos del polideportivo de Lasesarre, tiene actualmente capacidad para 28 personas, con cinco de ellas para mujeres. El piso exclusivo para mujeres sin hogar se cerró el 24 de marzo y nunca más ha vuelto a abrir, a pesar de que las mujeres de este colectivo están expuestas tanto a la violencia aporófoba como a la de género.
Durante el estado de alarma por Covid-19, el refugio se trasladó a la cancha polideportiva acogiendo hasta a 51 afectados, pero el 10 de junio regresó a su lugar habitual y 25 personas tuvieron que salir, supuestamente a habitaciones alquiladas y viviendas tuteladas.
“El Ayuntamiento dijo que ‘ningún’ usuario del albergue se iba a quedar en la calle, pero de inmediato se vio que no era verdad, que todo el verano ha habido personas pernoctando a la intemperie y que ahora, con la llegada del frío, el viento y las lluvias, se refugian en cajeros como el de la La Caixa en la esquina de Eguzkiagirre y Gernikako Arbola o en pleno centro, en la avenida de la Libertad, en la entrada de una inmobiliaria”, advierte Berri-Otxoak.
El colectivo, que recuerda que el último recuento oficial del Gobierno Vasco detectó 30 personas durmiendo en la calle en Barakaldo, exige “medidas inmediatas y urgentes no sólo para hacer frente a la temporada invernal y al coronavirus, sino para dar una solución digna y definitiva a aquellas personas, por diferentes razones, se quedan en la calle desamparadas”.
“Este 22 de octubre se conmemora, como cada año, el Día de las Personas Sin Hogar y al Ayuntamiento de Barakaldo le pilla de nuevo sin hacer los deberes y, en esta ocasión, con el agravante de poner en peligro vital a las personas sin hogar a pesar de que el año pasado dejó sin utilizar 34,8 millones de euros del presupuesto, lo que equivale a 5.800 millones de las antiguas pesetas”.
“Mientras tanto, el equipo de gobierno formado por el PNV en coalición con el PSE, sigue dedicando más de dos millones de euros en sueldos de políticos y asesores, dificultando el acceso a las ayudas sociales y malgastando los recursos públicos en poner escaleras mecánicas mientras el 16% de la población activa está en paro, lo que supone 7.600 personas, además más de un 10% de habitantes en riesgo de pobreza”.