Excavadoras israelíes derriban algunas de las construcciones pertenecientes a palestinos por no estar supuestamente autorizadas en el distrito de Dora en Hebrón, Cisjordania, el 23 de septiembre de 2020 [Mamoun Wazwaz – Agencia Anadolu].
Israel ha demolido casi 166.000 viviendas palestinas desde que se estableció en la tierra Palestina en 1948, según ha revelado un informe del Centro de Investigaciones sobre la Tierra de la Asociación de Estudios Árabes en la Jerusalén ocupada, en el que se añade que más de un millón de palestinos han sido desplazados como resultado de la ocupación.
“Durante los primeros nueve meses del año 2020, las fuerzas de ocupación demolieron 450 hogares e instalaciones, y también empujaron a algunos palestinos a demoler sus propios hogares con sus propias manos”, añadió el centro.
En el informe también se destacaba que el régimen israelí había adoptado la política de limitar la construcción por parte de los palestinos, obligándolos a recurrir a la construcción de sus hogares sin permiso.
Israel ocupó la Ribera Occidental, incluida Jerusalén oriental, durante la Guerra de los Seis Días de 1967. Justifica la demolición de las viviendas palestinas diciendo que carecen de permisos de construcción, a pesar de que Israel muy rara vez expide esos permisos a los palestinos.
El Estado sionista, por su parte, aprueba la construcción de miles de unidades residenciales dentro de asentamientos ilegales construidos en tierras palestinas ocupadas.
El centro añadió que sólo los palestinos con residencia en la Jerusalén Oriental ocupada necesitan urgentemente 25.000 unidades residenciales.
Los palestinos creen que el verdadero propósito del régimen de planificación restrictivo es vaciar la ciudad de sus habitantes palestinos autóctonos.
El mes pasado se informó de que el número de permisos de construcción que Israel concedió a los palestinos de los territorios ocupados disminuyó en un 45% en el segundo trimestre de 2020.
La Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) señaló en un informe de abril de 2019 que en Jerusalén Oriental “un régimen de planificación restrictivo aplicado por Israel hace prácticamente imposible que los palestinos obtengan permisos de construcción”.
Los permisos de construcción se cobran a precios exorbitantes y son inasequibles para la mayoría de los palestinos, lo que crea una laguna jurídica para que Israel se anexe más tierras y deje a los palestinos en el limbo, impidiéndoles desarrollar su infraestructura.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también ha anunciado que tiene previsto anexar más zonas en la Ribera Occidental ocupada, de conformidad con el “trato del siglo” del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a pesar de las críticas generalizadas de la comunidad internacional.
La propuesta cede a las exigencias de Israel, al tiempo que crea un Estado palestino con un control limitado sobre su propia seguridad y sus fronteras.
La política de demolición de viviendas de Israel, ampliamente practicada y dirigida a familias enteras, es un acto de castigo colectivo ilegal y constituye una violación directa de las normas internacionales de derechos humanos.
Fuente: monitordeoriene.com
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