Resumen Latinoamericano, 29 de octubre de 2020.
La OLP-Resistir y Luchar es una de las organizaciones que desde el vamos estuvo presente en la recuperación de tierras de Guernica, tanto con vecinxs que como integrantes de la misma bancaron los 101 días de lucha y resistencia, como con algunos de sus referentes pujando en los diálogos con el gobierno provincial.
Comunicado de la OLP-Resistir y Luchar
Cuando, para hacerla realidad, esta consigna se transforma en acción, resistencia y lucha, el poder enemigo apela a su política más eficaz: Reprimir.
Hoy en Guernica (Pcia de Buenos Aires) y Santa Elena (Pcia de Entre Ríos), todo lo dicho se hizo evidente.
En Guernica más de mil cuatrocientas familias, estaban recuperando tierras desde hace 101 días. La inmensa mayoría eran jóvenes que aspiraban construir allí sus viviendas y la dignidad a sus familias.
La mayor parte de quienes fueron a la Justicia invocando una usurpación, nunca pudieron exhibir títulos precisos. Pero la Justicia (Fiscal, Juez y Cámara de Apelación) procedieron de un modo fulminante, probando que la Justicia es rápida cuando quiere, y ordenaron el desalojo inmediato. La organización y lucha de esos pobladores logró prorrogar esa medida en varias oportunidades.
Varias organizaciones sociales, entre las que orgullosamente nos encontramos, acompañamos la lucha de estas familias. La Gremial de Abogadas y Abogados a pedido de las organizaciones sociales defendió a los ocupantes.
Creció la Organización local, se constituyeron 4 barrios, con delegadxs designados por los propios pobladores y pobladoras.
El gobierno hizo dos censos, el último avalado por el CELS y SERPAJ.
Luego de múltiples negociaciones. El propio gobierno propuso que los vecinos y vecinas se trasladaran a otro predio. Lo harían de un modo provisional, bajo el compromiso ‑que sería asumido judicialmente- que entre 4 a 6 meses se les haría entrega de los lotes con los servicios de agua y luz.
Más allá de variados debates, cuando las y los vecinos estaban aprobando este acuerdo y un barrio se aprestaba al traslado, desde el gobierno avisaron que no firmarían, porque no podían garantizar que las fuerzas represivas no hicieran un forzoso desalojo, según lo ordenado por la Justicia.
Eso pasó ayer.
Hoy antes de las 5 de la mañana unos 4 mil policías ingresaron al predio. Durante unas 4 horas hubo resistencias y al final, con cerca de 40 presos y varios heridos, el área quedó bajo control de las fuerzas policiales.
En Santa Elena, Dolores Etchevehere heredera de una importante fortuna (sobre cuyo origen habría mucha tela por cortar), ante continuos aprietes y acosos de su familia decidió colaborar con organizaciones sociales para poner en marcha un proyecto de producción agroecológico, en tierras que se correspondían con el 40% de sus bienes hereditarios.
En el día de hoy, también allí la Justicia, decidió que debían desalojar.
Ambas medidas fueron el mismo día y por el mismo tema: la tierra.
En un caso, Guernica, para vivir con dignidad; en el otro, Santa Elena, para producir de un modo sano y amigable con la naturaleza.
Pero la Justicia, no solo la de Guernica y Santa Elena, sino la Justicia del Poder (o de los poderosos) decidió actuar a favor de los intereses que representa. Todo ocurrió casualmente, muy casualmente, el mismo día. En los dos casos se hizo bajo la invocación al respeto de la sacrosanta propiedad privada.
Hoy le tocó actuar con gobernantes peronistas, Kicillof en Buenos Aires; Bordet en Entre Ríos. Eso poco importa porque allí, encima de ellos, estaban los intereses de los poderosos que les demandan determinadas respuestas.
Ya sabemos que hay cuestiones que prueban que esa Justicia del Poder no reconoce diferencias de colores políticos.
En Guernica (Buenos Aires) un peronista Sergio Berni, quien compite en payasadas con el “emperador Caniggia”, fue el símbolo del cinematográfico desalojo. En Santa Elena a Luis Etchevehere, quien fuera Presidente de la Sociedad Rural y Ministro de Macri, lo acompañaba el símbolo de la represión macrista: Patricia Bullrich. Ambos festejaron, en la tranquera del campo, la victoria judicial gritando: ¡Viva la propiedad privada!
El Che nos advirtió que “no se puede confiar en el imperialismo ni un tantico así, nada…”, nosotros muchos más modestos podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nada podemos esperar de esta Justicia y estos gobernantes porque: Los que son débiles o se arrodillan ante los poderosos se desquitan con los de abajo.
Tierras para vivir!
Unirse desde abajo, organizarse combatiendo
OLP-RESISTIR Y LUCHAR