Por­tu­gal. El peli­gro de nor­ma­li­zar la extre­ma derecha

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de noviem­bre de 2020.

Los últi­mos son­deos colo­can al par­ti­do ultra Che­ga como segun­da o ter­ce­ra fuer­za en las pró­xi­mas presidenciales.

La extre­ma dere­cha ini­ció su anda­du­ra de for­ma acti­va en la polí­ti­ca por­tu­gue­sa en el año 2019, cuan­do André Ven­tu­ra, líder del par­ti­do polí­ti­co Che­ga (¡Bas­ta!) y ya cono­ci­do en el país por ser un famo­so comen­ta­ris­ta depor­ti­vo, con­si­guió el pri­mer esca­ño por el Dis­tri­to de Lisboa.

Por­tu­gal deja­ba así de per­te­ne­cer al redu­ci­do núcleo de paí­ses de la Unión Euro­pea don­de la extre­ma dere­cha no tenía repre­sen­ta­ción parlamentaria.

Aho­ra las encues­tas mues­tran como las dotes de comu­ni­ca­ción y la bue­na ima­gen que Ven­tu­ra quie­re trans­mi­tir, acom­pa­ña­dos de un dis­cur­so nacio­na­lis­ta, están calan­do cada vez más en la pobla­ción lusa. En el últi­mo son­deo de Inter­cam­pus publi­ca­do a media­dos de octu­bre en ‘Jor­nal de Nego­cios y el ‘Correio da Manhã’ se sitúa a Ven­tu­ra como el ter­cer can­di­da­to más vota­do en las pró­xi­mas elec­cio­nes pre­si­den­cia­les, solo por detrás del actual pre­si­den­te Mar­ce­lo Rebe­lo da Sou­sa y la exeu­ro­dipu­tada socia­lis­ta Ana Gomes.

Unos días antes una encues­ta de Euro­son­da­gem publi­ca­da en ‘Por­to Canal’ y el sema­na­rio ‘Sol’ colo­ca­ba a Che­ga como la segun­da fuer­za con un 11% de los votos, fren­te al 10% de Gomes.

Según Ric­car­do Mar­chi, inves­ti­ga­dor del Ins­ti­tu­to Uni­ver­si­ta­rio de Lis­boa y exper­to en la dere­cha radi­cal: «El auge de Che­ga se debe a una insa­tis­fac­ción del elec­to­ra­do con los par­ti­dos tra­di­cio­na­les y en espe­cial con el con­ser­va­dor PSD en cri­sis des­de 2015».

El par­ti­do de Ven­tu­ra defien­de una refor­ma de la Cons­ti­tu­ción, se posi­cio­na en con­tra de las polí­ti­cas de igual­dad de géne­ro y la inmi­gra­ción irre­gu­lar, defien­de las baja­das de impues­tos y el fin de los sub­si­dios y está a favor de endu­re­cer las penas de cár­cel en caso de deli­to terro­ris­ta o sexual.

Pero cada vez son más los inci­den­tes racis­tas regis­tra­dos en Por­tu­gal, algo que la Red Euro­pea con­tra el Racis­mo vin­cu­la al auge de polí­ti­cos de extre­ma dere­cha como André Ventura.

El pasa­do mes de enero, una mujer negra y su hija fue­ron agre­di­das por­que no tenían un bille­te de auto­bús. En febre­ro, la poli­cía agre­dió a dos muje­res bra­si­le­ñas fren­te a un club de Cabo Ver­de y el fut­bo­lis­ta del Opor­to Mous­sa Mare­ga tuvo que aban­do­nar un par­ti­do des­pués de que los afi­cio­na­dos gri­ta­ran insul­tos racistas.

En julio, un actor negro, Bruno Can­dé, fue ase­si­na­do des­pués de que un hom­bre le dis­pa­ra­ra seis veces por la espal­da con un rifle. Cien­tos de per­so­nas salie­ron a las calles en los días siguien­tes para denun­ciar lo que con­si­de­ran una mues­tra más de vio­len­cia racista.

La Red Euro­pea con­tra el Racis­mo (ENAR) con­si­de­ra que tras el resur­gi­mien­to de la extre­ma dere­cha «los acti­vis­tas de extre­ma dere­cha se han enva­len­to­na­do para come­ter ata­ques racis­tas que cons­ti­tu­yen deli­tos con­tra per­so­nas racia­li­za­das», algo que no com­par­te el miem­bro fun­da­dor de la orga­ni­za­ción SOS Racis­mo José Fal­cao, quien con­si­de­ra que el racis­mo siem­pre estu­vo allí.

El pasa­do mes de agos­to, Mama­dou Ba, miem­bro de SOS Racis­mo jun­to a tres dipu­tadas por­tu­gue­sas reci­bie­ron un correo elec­tró­ni­co, pre­sun­ta­men­te de un gru­po de extre­ma dere­cha vin­cu­la­do a Che­ga, en el que se les ins­ta­ba a aban­do­nar el país en 48 horas si no que­rían sufrir las con­se­cuen­cias tan­to ellos como sus familias.

Este año, la comu­ni­dad negra de Por­tu­gal orga­ni­zó la que según Ba fue la mayor mar­cha anti­rra­cis­ta jamás vis­ta en el país, en la que los mani­fes­tan­tes tra­ta­ron de qui­tar algu­nas esta­tuas de per­so­na­li­da­des his­tó­ri­cas vin­cu­la­das con el pasa­do colo­nial del país y el líder de Che­ga res­pon­dió con una con­tra­ma­ni­fes­ta­ción bajo el lema «Por­tu­gal no es racista».

Fren­te a la sede de SOS Racis­mo se con­cen­tra­ron dece­nas de ultra­de­re­chis­tas con antor­chas y más­ca­ras que le cubrían el ros­tro al esti­lo «Ku Klux Klan» don­de pin­ta­ron graf­fi­tis con esvás­ti­cas y comen­ta­rios ofen­si­vos racis­tas. Des­de enton­ces han refor­za­do con barras de metal las puer­tas de las oficinas.

La dipu­tada negra Joa­ci­ne Katar Morei­ra ha sido obje­to de aco­so y ha reci­bi­do comen­ta­rios deni­gran­tes des­de que asu­mió el car­go e inclu­so Ven­tu­ra la invi­tó «a regre­sar a su país».

Pero a pesar del cre­cien­te núme­ro de denun­cias por dis­cri­mi­na­ción e inci­ta­ción al odio y la vio­len­cia, la cifra de con­de­nas por estos deli­tos, entre 2014 y 2018, es infe­rior a 3, según datos esta­dís­ti­cos de la poli­cía pro­por­cio­na­dos a The Guar­dian. Esta fal­ta de res­pues­ta ins­ti­tu­cio­nal reafir­ma el sen­ti­mien­to his­tó­ri­co de impu­ni­dad de los res­pon­sa­bles de estos actos y nie­ga la nece­si­dad urgen­te de abor­dar el pro­ble­ma de racis­mo en Por­tu­gal, tal y como ha seña­la­do ENAR.

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